DE LO QUE SE ENTERA UNO: El general Mola Vidal era Cubano
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| General Mola. Más alto y con gafas luego de aterrizar en el aeródromo de Gamonal, en Burgos, España. |
Como dice el dicho, "La vida es un pañuelo". Fíjese de que manera los destinos de Cuba y España han estado unidos hasta donde nadie es capaz de imaginar. Y es que no hace mucho nos enteramos que el general español, Emilio Mola Vidal, era Cubano por nacionalidad, algo que posiblemente muchos españoles ni lo sepan.
Entre abril y julio de 1936 este señor fue, junto a Francisco Franco Bahamonde, José Enrique Varela, Manuel Goded, Alfredo Kindelán y José Sanjurjo entre otros, de los principales responsable de la organización y levantamiento militar que puso fin a la Segunda República Española, hecho que desencadenó la sangrienta Guerra Civil.
Desde Pamplona, adonde había sido destinado por el nuevo gobierno, trazó el plan para el golpe de Estado y dirigió su ejecución en julio de 1936; pero el golpe fracasó ante la resistencia de las organizaciones republicanas en buena parte del territorio. Sin embargo los sublevados decidieron seguir con sus planes y plantaron cara a la República comunista apoyada por los Soviéticos.
Mola asumió el mando del ejército del Norte; pero murió en un accidente de aviación en la localidad de Alcocero el 3 de junio de 1937, permitiendo el ascenso del gallego Francisco Franco a la jefatura del bando rebelde.
Por supuesto aquí la imaginación se disparó de lo lindo - más en este país - pero según los historiadores por esa época era muy común ver a Mola utilizando el avión para sus desplazamientos y, por tanto, no existen pruebas de que hubiera un sabotaje. Eso sí, también es cierto que su muerte favoreció claramente a Franco. Pero eso no viene al caso ahora.
Caro se había incorporado a las fuerzas mambisas el 20 de junio de 1895, y sus grados de coronel los había obtenido solo 24 horas antes de encontrar aquella muerte precisamente. Hasta ese día, el de Corralillos se había destacado en varios combates como el de Vigía, el del tren de Caibarién, Cien Rosas, Las Yaguas y Palo Prieto, todas perfectamente recogidas en su diario de campaña.
Un busto, que fue esculpido en Italia, recuerda a este temerario mambí con una placa en la que el escritor e historiador Manuel García Garófalo y Mesa escribiera la siguiente inscripción: “Aquí, en la noche del 23 de marzo de 1896 sucumbió heroicamente en defensa de la independencia de la Patria el Coronel Leoncio Vidal”.
Lo cierto es que Mola era Cubano por la sencilla razón de que su padre, el comandante de la guardia civil Emilio Mola López, había sido destinado por el ejercito español en el pueblo de Placetas, lugar donde nació este militar en 1887.
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| Busto del coronel Leoncio Vidal en Santa Clara |
Resulta que fue el fruto de una relación de este comandante y una Cubana de ascendencia Catalana y de nombre Ramona Vidal, que casualmente era hermana del coronel Leoncio Vidal y Caro, el intrépido mambí que el pasado 23 de Marzo se cumplieron 125 años de su caída en combate en la ciudad de Santa Clara.
Por tanto Emilio Mola era sobrino de este corajudo y osado coronel de la guerra de independencia, que por su carácter le llevó a ser seleccionado al frente de una peligrosa y arriesgada misión, como fue la toma de Santa Clara en 1896. Aquella era una plaza muy bien defendida por los Españoles, y allí encontró la muerte en medio de una acción sin sentido, en la que se inmoló prácticamente.
el coronel LEONCIO Vidal Caro
Por ordenes de Máximo Gómez, Vidal Caro intentó penetrar en la madrugada del 23 de Marzo en aquella ciudad para tomarla momentáneamente, mientras que el grueso de las tropas insurrectas se hacía de provisiones y pertrechos, Leoncio efectuó un incensario alarde de fuerza cercano al teatro de esa ciudad, justo donde los fusileros españoles estaban dispuestos para la defensa.
No solo cayó él, si no también su ayudante, el cabo Ramón Brito, quien fue abatido primero victima de la andana de disparos de aquellas dos compañías de fusileros que al parecer los estaban esperando. Al tratar de socorrerlo, dos proyectiles impactaron en su cuerpo, uno en el pecho y otro en la frente, mortal por necesidad. La historia recoge que entre sus ultimas palabras al pie de la farola de la entonces plaza del Recreo y, antes de exhalar su ultimo suspiro dijo: ¡¡Coño me han matao!!.
