Zayas y su genial diccionario indígena de las Antillas
Ese que está ahí, en la foto, es el abogado Alfredo Zayas y Alfonso y fue nuestro cuarto presidente durante la democracia. El tema es que aunque la dictadura Cubana se empeñe en desmoralizarlo, como a casi todos los que fueron electos por el pueblo, sepa que ese señor fue un genio que hizo estudios y aportes nunca antes conseguidos dentro de la lexicografía Cubana.
Es más, en 1925, su ultimo año, se alcanzo los 5 386 303 millones, más de un millón que lo molido en el año anterior. Vete a ver por donde anda ahora la zafra cubana, si es que se le puede llamar así, que no llega ni al medio millón y tienen que comprarla en el extranjero. Ay señor. Como dice el dicho, cuando veas a un tonto loma abajo déjalo que su camino lleva.
Zayas, que además fue vicepresidente de la República entre los años 1909 y 1913 hasta que en el 1920, como candidato del Partido Popular, gana las elecciones, escribió una colección bastante extensa, entre las que destacan sus obras "Cuba autonómica" (La Habana, 1899) y "Lexicografía antillana" (La Habana, 1914).
A Zayas le debemos la aclaración al origen de la palabra Marianao: Resulta que en un pedido hecho por el Director General de Indios, Presbítero Cristóbal Zayas Bazán, dirigido al Cabildo de La Habana, escribe lo siguiente:
"En demanda de 'que en los auttos que a su pedimento tiene hecho sobre un paraxe que llaman los Quemados de Marianabo, se le "conzeda un paraxe realengo y apropósito para la residencia de otros indios".
Como se puede apreciar, al formular su solicitud Zayas Bazán escribe: Quemados de Marianabo, lo cual indica que ya por esa época había comenzado a degenerar el vocablo Mayanabo, dentro de un proceso que no finalizaría hasta quedar en la forma en que ha llegado a nuestros días: Marianao.
Es por eso que Zayas nos dice en su obra que la terminación ABO de aquellos tiempos significaba lo mismo que AR o AL del castellano; que colocada detrás del nombre significaba un conjunto o plural. Por ejemplo Cafetal o Palmar sería lo mismo que Mayanabo, que en este caso significabaun paisaje con exuberante paraje. Ósea, que lo de la nao perdida de la Portuguesa María, no es más que una trola o leyenda romanticona.
También se le debe una serie de escritos políticos y poéticos. Fue director de revistas literarias como La Habana literaria. Debido a su amplia cultura fue designado por el gobierno de Cuba para escribir la historia oficial de la nación.