domingo, 30 de julio de 2023

Los Ñañigos de Figueres

Náñigos Cubanos presos en el Castillo de San Ferrant de Figueres en Cataluña.

Hace unos meses publicamos un artículo en el cual se detallaba una etapa de nuestra historia, que estaba relacionada con la vida de los ñáñigos en España. En ese post se narraba una deportación masiva a varias cárceles de la península, de cientos de cubanos -aproximadamente 300- detenidos en el siglo XIX por ser considerados como peligros y proclives al   independentismo.

El primer juego o logia abakuá que se funda en Cuba fue en la ultramarina ciudad de Regla, allá por el año 1836. Era una sociedad de iniciación masculina con un objetivo social de ayuda económica y de protección espiritual. Se desarrolla en los puertos de La Habana, Regla y Matanzas, lugares donde solía vivir mucha población abakuá en la contratación en los puertos, el gremio de los tabaqueros, los mataderos y en los mercados públicos. 

Desde su fundación, la sociedad Abakuá no admitía a ciudadanos blancos como miembros o ekobios, pero los fue incorporando progresivamente. Para el final de siglo ya habían negros bozales, llamados así cuando eran llegados de África directamente, negros criollos, los nacidos en Cuba, criollos blancos y criollos chinos, lo mismo fueron cubanos que peninsulares o pobres y ricos, osea que fueron aglutinando diversos sectores de una sociedad que iría forjando la nación cubana. 

Según los historiadores, la asociación tomó forma sobre el mito del pez sagrado Tanze, que una mujer llamada Sikán encontró una mañana al bajar al río. En ese pez, según los sacerdotes, había reencarnado Abasí (Dios) y su posesión haría más fuerte a la tribu. 

Los ñáñigos de La Habana, en su mayoría de ascendencia carabalí, tomaron este mito como su fundamento y prometieron no revelárselo a nadie. Sin embargo, Andrés Petit, un mulato de la villa de Guanabacoa, le vendió en 1857 el secreto por 30 onzas de oro a los blancos, quienes formaron su propio juego y se enfrentaron a los ñáñigos negros que se negaban a aceptarlos. 

Hasta mediados del siglo XX muchos consideraron a Andrés Petit un traidor, una especie de Judas que vendió a sus hermanos por 30 monedas de oro. A partir de las obras de la antropóloga Lydia Cabrera "El Monte" de 1954 y más específicamente "La sociedad secreta abakuá narrada por viejos adeptos" de 1959, la figura de Andrés Petit ha tomado un giro significativo: de traidor a salvador de esta sociedad. 

Abakuas, ekpes, de la zona de Nigeria 

Los informantes dieron a la antropóloga el argumento de que, en medio de las redadas policiales de mediados del siglo XIX, Petit se dio cuenta que la única forma que tenían los ñáñigos de sobrevivir era incluir a los blancos en sus filas. Por ello les vendió el secreto, fue su padrino y, además, con el dinero que sacó del plante compró la libertad de otros ñáñigos que eran esclavos. 

Lydia Cabrera cita una multitud de anécdotas en las cuales Petit aparece como un hombre de gran inteligencia, devoto de la fe católica y conocedor de varias lenguas, quien tenía poderes sobrenaturales y a quien los ñáñigos deberían estar eternamente agradecidos. Uno de estos informantes afirma: 

«¡Andrés Petit fue un traidor; le vendió Ekue a los blancos! Eso lo habrá Ud. oído decir mil veces. Traidor… ¡Qué disparate! Diga que no. Andrés Petit no fue un traidor. Andrés Petit no se quedó con una peseta de aquellas treinta onzas que les pidió y le dieron los blancos para hacerles su tierra, Akanarán Efó Okóbio Mukarará». 

Agrega Cabrera que Petit introdujo el crucifijo cristiano en el altar de los ñáñigos y sugiere que, al permitir la entrada de los blancos en esta sociedad, por primera vez se tendía un puente entre ambas culturas, creándose una especie de hermandad interracial. El informante de Cabrera aseveró que Petit decía que por su «moropo (cabeza) había que admitirlos para que durase en Cuba el ñañiguismo».

Uno de los prejuicios de esta época en contra de la sociedad Abakuá, fue el de su enemistad en contra de la colonia. A los tres años de fundada esta primera sociedad, comienzan las primeras detenciones y deportaciones que no cesaron en los siguientes años. En 1880 se lee en "El Gallego", un periódico de Buenos Aires lo siguiente: 

“Actualmente los ñáñigos son aliados naturales de los que deliran por la independencia antillana [...] la sociedad de ñáñigos fue descubierta en tiempos del general Concha, y […] fueron detenidos más de dos mil, muchos de los cuales fueron llevados en cadena y distribuidos entre las islas de Fernando Poo y Annobón.”

Las deportaciones de ñáñigos llegan a ser tan numerosas, que se elabora en 1898 una relación nominal en Ultramar con 640 deportados, de los cuales 581 son ñáñigos. Según Aline Helg, “Más de 580 supuestos ñáñigos fueron deportados y su destino, hasta finales de septiembre de 1896, era la isla de Fernando Poo situada justamente en Cross River, en el delta del río Níger, lugares donde la sociedad Abakuá tuvo su origen precisamente.

Esta deportación se acrecentó cuando estalló la guerra de independencia, y España envió a la isla como capitán general al mallorquín Valeriano Weyler y Nicolau, acompañado de un número mayor de tropas para tratar de reprimir la revuelta y de paso intentar "hacer limpieza" de todo lo que considerara como una amenaza.

Estos ñáñigos, que venían siendo objeto de vigilancia por la policía colonial, entraron en la clasificación de "peligrosos" y como tal fueron a embarcados, no solo a Fernando Poo en Guinea, si no también a Cádiz, a la isla de Chafarinas y a otro grupo a Ceuta, pero ante la avalancha de detenidos se decidió habilitar como cárcel una parte del castillo de Sant Ferran de Figueres, en Girona, Cataluña.

La historiadora Catalana Tura Clarà, publicó un detallado informe acerca de estos hechos en el n.º 50 de la revista los anales del Institut d’Estudis Empordanesos, difusora de la cultura, la geografía, la economía y la historia catalana. En un fragmento de un artículo de la época publicado en Madrid, afirmaba esto:

“Ñáñigos, así llaman a cuatrocientos infelices que padecen encerrados en los calabozos del Castillo de Figueras. ¿Son ñáñigos?, quien sabe. El mismo General Weyler, que fue quien ordenó su deportación, ignora si les aplicó con justicia ese nombre. Muchos cubanos separatistas que ayudaban a los insurrectos con su dinero o espiando lo que hacían los españoles, fueron embarcados entonces y remitidos a la Península y, sin serlo en muchos casos, también los llamaron ñáñigos”.

Los ñañigos
Así empezaba la crónica de este diario madrileño de 1898 para referirse a los insurrectos cubanos encarcelados en la fortaleza de Sant Ferran de Figueres. El primer presidente de la Cuba republicana, don Tomás Estrada Palma, también estuvo encarcelado en Figueres en el año 1877

Lo ñáñigos eran una sociedad secreta creada por esclavos negros llegados a Cuba hacia 1820 procedentes de Nigeria. Se distinguían por su comportamientos violentos y por rituales de origen tribal, pero con el tiempo se les añadieron los primeros cubanos mulatos y luego hasta blancos, incluidos algunos delincuentes comunes.

El 27 de diciembre de 1896 salió de Cádiz un primer grupo de 74 ñáñigos con destino a Figueres. Llegaron en tren y al bajar en la estación fueron “maniatados por parejas”. Fueron trasladados a pie, “custodiados por la fuerza de la Guardia civil y la caballería”, hasta este castillo de Girona. Según la crónica del diario "El Ampurdanés" se detalla la llegada de estos detenidos a Cataluña....

"Atravesaron las calles de la ciudad abarrotadas de un público curioso ante este insólito acontecimiento, pese a la fuerte tramontana que soplaba y del frio que hacía, las nubes y el polvo que continuamente se levantaba”. En días sucesivos fueron llegando nuevas remesas de cubanos hasta llegar a unos cuatrocientos.

Una de las primeras referencias de ese capítulo histórico la escribió otro historiador, David García Algilaga en un libro colectivo publicado en el 2012: "Presons i castell de Figueres". En una de sus paginas se destacaba una descripción no muy conocida:

"Tomás Estrada Palma, un maestro de Guantánamo, que en 1876 había sido escogido como presidente de la República en Armas impulsada por el movimiento independentista, se encontraba entre los detenidos. Se le recluyó, junto con un ayudante en el castillo de Figueres, y aunque gozó de ciertos privilegios pasó allí un año. 

Fue liberado y se trasladó a Estados Unidos y cuando Cuba se independizó, y tras un periodo en que estuvo ocupada por Estados Unidos, acabó convirtiéndose en el primer presidente del país". Más tarde, en 1918, Estrada Palma escribió un libro sobre la correspondencia mantenida con otros políticos desde su celda titulado: "Desde el castillo de Figueres cartas de Estrada Palma". Los ñáñigos estuvieron en Figueres casi dos años en condiciones lamentables.

Articulo
Primero por el frío, ya que llegaron con ropa muy ligera, y luego por la deficiente comida que recibían, hasta el punto de que hicieron una huelga de hambre. 

Hubo un momento en que llegaron a colapsar el hospital de Figueres; y se calcula que al menos 35 de ellos murieron víctimas de la tuberculosis y otras enfermedades.

Algunos ciudadanos de Figueres les visitaron y les llevaron comida; y el concejal republicano-federal, Tomàs Jordà, pidió su libertad en una moción que fue aprobada por todo el Ayuntamiento. En diciembre de 1898, con el apoyo de Estados Unidos, Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam, dejaron de ser colonias españolas y el Consejo de Ministros acordó entonces, enviar de regreso a Cuba a los 300 ñáñigos que quedaban en Figueres.

El 15 de diciembre subieron a siete vagones especiales para dirigirse a Barcelona, y de allí subieron en el vapor Covadonga con dirección a Santiago de Cuba. Según la investigadora catalana Clará, aquella misma noche de la llegada dos de aquellos ñáñigos murieron en una pelea callejera en la ciudad de Santiago de Cuba. (¿cuentas pendientes de Figueres?).

Años después el castillo de Sant Ferran se habilitó como penal para presos comunes y, a finales del siglo XX, volvió a ser noticia porque fue utilizado como cárcel de los objetores de conciencia, como por ejemplo los que se negaban a cumplir con su deber o lo que estaba legislado. Con los años fue morada del teniente coronel golpista Antonio Tejero, autor de la rebelión militar en 1981.

Memorias Fragmentos tomado de laVanguardia.es.

Tags