jueves, 2 de noviembre de 2023

Breve historia de un oficio muy antiguo


A mediados del siglo XIX, España estableció en Cuba los primeros reglamentos que pretendían organizar - bajo vigilancia municipal - los burdeles oficiales registrados con un control sanitario.

Las distintas enfermedades venéreas como la sífilis o la gonorrea, generaron auténticos estragos entre los varones comprendidos en edades productivas, tanto desde el punto de vista económico como reproductivo. En el caso concreto de Cuba, esta situación sanitaria se agravó con el continuo número de conflictos armados entre los ejércitos españoles e independentistas en la segunda mitad del siglo.

El problema cobró mayor relevancia en las ciudades que se caracterizaron siempre por una abrumadora mayoría de población masculina. A ello coadyuvó la situación de la isla, y el papel dado a ésta por la Corona española. El movimiento continuo de inmigrantes, soldados y marineros, propio de toda ciudad portuaria — sobre todo en una ciudad de tan alto volumen comercial e importancia como La Habana — originó una ingente presencia masculina en estado de soltería, con la consiguiente demanda de sexo femenino.

Para 1873 se puede decir que no existía un único barrio, es más, diremos que toda La Habana Vieja es un gran centro de prostitución. Para intentar paliar de algún modo esta situación, se establece una normativa que regule las casas toleradas y su estructura física. Así, el artículo 20 del Reglamento de 1873, estipulaba que las amas y prostitutas habitarían los pisos altos.

En el censo de burdeles y prostitutas según el color de la piel, hecho en La Habana en 1869, encontramos un total de 498 prostitutas. De ellas, 19 eran pardas y 27 negras, lo que supone un 9% del total lo cual es una cifra realmente reducida. Otros datos nos muestran que en 1874 y 1875 existían unas 400 prostitutas inscritas y que, tres años después, el número llegó a 500 y así se mantuvo hasta 1886.
Si estudiamos los porcentajes entre las prostitutas de color y las blancas observamos que, al menos dentro del submundo que supone la prostitución reglada, son las blancas las que tienen mayor porcentaje, aunque con un claro declive que va desde el 76,1 % en 1873 hasta el 56,8 % en 1887.

Ese mismo año —1873— el gobernador político Pérez de la Riva, ordena que en vista del crecido número de prostitutas existentes en la ciudad “por las naturales causas de la guerra”, se inscriban con objeto de establecer una cuota para cubrir los gastos originados por la creación de una plaza de médico higienista, así como una sección especial administrativa.

Según el historiador cubano Manuel Moreno Fraginals, el negocio de la prostitución de negras y mulatas esclavas y también libres, llegó a sus más altas cotas hacia la mitad del siglo XIX, cuando hubo que agrupar a las gentes de ese oficio en tres, luego en cuatro y hacia 1888 en cinco demarcaciones de la ciudad de La Habana.

Con respecto al protagonismo que fueron alcanzando estas mujeres en la sociedad cubana, ese mismo año de 1888 se produjo en Cuba - y tal vez en América - un hecho inaudito, cuando las prostitutas aparecieron como protagonistas e impulsoras de un periódico destinado a defender sus intereses. ¿Su nombre?, "La Cebolla, periódico ilustrado y órgano del partido de su nombre", dirigido por Victorino Reinieri

Desde principios del siglo XX hay referencias del control que la nueva metrópoli trató de establecer sobre el fenómeno de la prostitución. Entre las medidas de cumplimiento inmediatas dictadas por el primer gobierno de ocupación norteamericano estuvo el saneamiento de la isla y, para el control de las prostitutas, el establecimiento de “casas de tolerancia” (Barcia, 2009, p. 279), en las que se ubicaban a las meretrices en una región específica de la ciudad.

La prostitución había sido asimilada como un mal social necesario, según la tradición agustiniana de la Edad Media, donde ella aportaba, a pesar de todo, una especie de servicio. Por lo tanto, lejos de eliminarla buscaron como alternativa un espacio por y para el ejercicio del “viejo oficio”. No solo se heredaba esta tradición, sino que se afianzaba cada vez más en la sociedad cubana, amparado en mayor o menor medida por los gobiernos de turno.

En los años veinte se comienza a combatir.

La moralización de las costumbres iniciada por el gobierno de Mario García Menocal (1913-1921), y continuada por Alfredo Zayas (1921-1925) y Gerardo Machado (1925-1933), se extendió aún más. La persecución de este tipo de vicios conllevó a su sanción.

Se comienza a cerrar algunos establecimientos donde se practicaban manifestaciones inherentes a la prostitución y que eran comunes en la República. De esta forma se cerraron teatros o academias de bailes en las que las mujeres realizaban sus actividades desnudas, se persiguió el juego y - como es lógico - la prostitución propiamente dicha.

En tal sentido, la moral y las costumbres de la época se hicieron sentir con mayor peso. A pesar de ello la prostitución persistió y no solo eso, se afianzó, sobre todo en las décadas de los 40 y los 50 aprovechando la relajación moral que caracterizaron estos años.

En 1951, el ministro de Gobernación publica una comunicación dirigida al pueblo cubano. En ella abogaba por la prohibición de la prostitución y aseguraba que llevaría a cabo una ofensiva para erradicarla de la sociedad cubana; sin embargo, esto no logró eliminarla; al contrario, aumentaron y de manera clandestina.

REVOLUCIÓN CASTRISTA

Uno de los que peor propaganda le hizo a la mujer Cubana fue el propio dictador Fidel Castro.

¿Cuántas veces habrá escuchado usted decir: "En 1959 Cuba era el prostíbulo del mundo", pues eso lo dijo el fallecido tirano Fidel Castro e incluso, se daba el lujo de citar a 100 mil prostitutas en un país con una población de 6 millones de habitantes que, según el censo de 1953, el número de mujeres Cubanas entre los 14 y los 50 años, (la edad más propia para ejercerla) era de 460 mil dentro de una población de 6 millones de personas, lo que supone que una de 4,6 Cubanas era puta y más...¡¡En cada hogar cubano había un prostíbulo!!.

---Las prostitutas son perseguidas por el régimen castrista señaladas por el delito "estado peligroso", un tipo de concepto de criminalidad social por el cual son encausadas judicialmente---

Todavía existen personas capaces de continuar repitiendo repitiendo como cotorras semejantes barbaridades. Por suerte existen estudios de gente seria, y no delirantes como este enfermo represor y mentiroso, digamos la Dra. María Elena Benítez Pérez, que en su libro, "Características sociodemográficas de la familia cubana 1953-1970", cifra el número de prostitutas cubanas ese año en 11, 500.

"Jineteras" Cubanas. Así se les denomina peyorativamente

En 1961, el Gobierno promulgó la Ley 993, con la que hacía pública y oficial su posición contra la prostitución y el proxenetismo. Y como sabe hacer muy bien el comunismo, lo que hizo fue internarlas en granjas e intentar "rehabilitarlas. Desde entonces las consideraron como una “lacra social”. En aquellas granjas llamadas "escuelas" y que aparecieron en varios lugares del país, se les obligaba a aprender otros oficios.

Una de ellas se estableció en el Wajay, a las afueras de La Habana, tomó el nombre de “América Libre” y ocupó los terrenos de la finca "La Comparsa", propiedad del músico Ernesto Lecuona, antes de ser confiscada por el régimen. Para entonces, sólo en la Habana existían a fines del año 1961, más de 5000 mujeres que de una forma u otra vivían de la prostitución, la gran mayoría procedían de zonas rurales.(Fuente: Sexo y Revolución. Escuelas para prostitutas en Cuba / Abel Sierra Madero).

En declaraciones en noviembre de 2021 de la argentina Elena Reynaga, ex prostituta y secretaria ejecutiva de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex), en relación con la situación de las trabajadoras sexuales en Cuba, aseguró que la negación de la realidad por parte del régimen Castrista condenaba a las prostitutas a la persecución y a no poder defender sus derechos.

Para nadie es secreto que una gran parte de la población femenina de Cuba la practica lastimosamente, al punto de que se han dado casos de hombres que viajan a la isla van a por ella. Y lo que es peor aún, que hay un número de menores de edad que la ejerce ante la pasividad de la población. Eso sí que le hiela la sangre a cualquiera. 

---Desde el CENEX, Mariela Castro, la hija de Raúl castro, lesbiana y supuesta defensora de los derechos gays en la isla, asegura que en Cuba no existe ninguna razón económica que estimule la prostitución ,y que los obstáculos para erradicarla van desde la falta de experiencia de las autoridades, la tolerancia y la aceptación por las familias de que esas mujeres venden sus cuerpos---

Las trabajadoras sexuales en Cuba no están reconocidas ni protegidas, sino que son estigmatizadas socialmente y por el Gobierno. Desde hace décadas, a aquellas que ofrecen sus servicios a extranjeros se les denomina "jineteras", un término peyorativo que muchas suelen cargar de por vida.

El Código Penal vigente no castiga explícitamente la prostitución, pero el Artículo 73 considera "estado peligroso" a todo aquel que incurra en alguno de los índices de "peligrosidad" siguientes: "la embriaguez habitual y la dipsomanía, la narcomanía, y la conducta antisocial".

No es de extrañar que la exitosa obra del escritor cubano Amir Valle, "Habana Babilonia ó Prostitutas en Cuba ó Jineteras" haya sido censurada hasta prohibirse definitivamente, siendo uno de los mayores éxitos literarios en los últimos años. 

"En Cuba se torna muy difícil precisar el número de prostitutas que existen, y no solo en la Habana, en el resto del país es un número que asusta y no queremos ni pensar cual sería ahora "con la que está cayendo".

El 30 de noviembre de 1971 Fidel Castro dijo en uno de sus discursos: 

“En nuestro país, la prostitución se erradicó hace muchos años. En nuestro país, todas esas tristes y horribles cosas de una sociedad explotadora ya no existen”. 

Era otra muestra de la hipocresía de ese régimen que siempre han sido perfectamente consientes del filón económico que este negocio representa. De ahí que se haya disparado exponencialmente.

Maldita Hemeroteca 

Tags