miércoles, 15 de noviembre de 2023

Como te lo cuento.

Ex congresista cubano americano, Joe García, un entusiasta de las MiPymes cubanas. // 

Anoche, en el programa del youtuber Alexander Otaola, se presentó la imagen de dos supuestos "MiPymeros" que, bajo la fachada de dos emprendedores comerciantes cubanos, se trataban en realidad de dos supuestos "agentones" como la copa de un pino.

Y eso me puso a pensar como ha cambiado la vida en estos últimos 20 años, tanto dentro como fuera de la isla. Hoy, con la ayuda de internet, son muy pocos los que escapan al secretismo, amen que la caracterización de estos dos personajes dejaba mucho que desear. Eran un fiel reflejo del deterioro que vive ese país. No obstante, y repito, la internet es quien se encarga muchas veces de "echarlos pá lante como el carrito del helado". 

Resulta que hace 20 años apareció publicado en la internet una noticia del periodista del Nuevo Herald, Wilfredo Cancio Isla, donde daba a conocer que la organización anti castrista "Alfa 66" había sido "penetrada" por la inteligencia Cubana. Lo supo gracias a un supuesto soplo que le llegó de la entonces activista anti castrista Martha Beatriz Roque Cabello.

Claro, en ese momento resultaba una noticia de muchísimo impacto, sin embargo hoy no asustaría ni sorprendería a nadie. Se trataba de Elizardo San Pedro Marín, que en medio de un show de barrio había sido presentado a sus vecinos como "el aguerrido agente Norman y/o Adrian" con grados de teniente del ministerio del interior y todo. 

¡¡Menuda hazaña!!. 

Esta especie de "super gente 86", entonces infiltrado en las filas de ese grupo fundado por el veterano opositor ya fallecido Andrés Nazario Sargen, había amenazado al embajador mexicano en Cuba a raíz de una entrada ilegal de Cubanos en la sede diplomática de este país en la Habana, diciendo que "su grupo iría a la isla a tomar medidas". 

San Pedro, que su supuesta militancia la hacía desde la Habana, fue "arrestado" y confesó que personas fuera de Cuba le habían pagado 1,200 dólares por decir aquellas mentiras que, a pesar de su tontería, le sirvieron al régimen como efectiva propaganda. Sin embargo resultó que dicho arresto, así como su posterior condena de 4 años de prisión, no fueron otra cosa que un reforzamiento de su imagen de "falso y valiente disidente". (Hoy meten 15 años por pedir libertad)

Se supo además que este tipo, que había cumplido misiones en las guerras de Angola y Etiopía, en realidad no estuvo todo el tiempo preso, que más bien se encontraba viviendo con perfil bajo en el barrio del Cerro. Todo indica que fueron los propios vecinos que asistieron sorprendidos a su "salida del closet", los que se encargaron de regar poco a poco la noticia.

Eran tiempos en que no escapaban ni los presos políticos en las prisiones, y todas, o prácticamente todas las organizaciones anti castristas en Cuba, se encontraban "penetradas" por el G-2. No solo en Cuba, ya vimos el caso del falso piloto de "Hermanos al Rescate" que salió huyendo para la Habana, el agente Juan Pablo Roque. 

Por cierto, el piloto que disparó desde la Habana en 1996 y que derribó las avionetas de esta organización por orden de Raúl Castro, murió en su casa de la Habana en medio de un total secretismo. Es más, la verdadera identidad de este oficial de la aviación, el coronel Francisco Pérez, se supo gracias a la internet.

Su identidad, así como su muerte, se dio a conocer por un supuesto audio filtrado de Raúl Castro, que fue publicado por los periodistas Rafael Solano y Jesús Díaz Loyola. El tal Paco, como le llamaban sus cercanos, pasó a mejor vida, o a peor, ¿quién sabe?, y hoy no se acuerdan de él ni los mismos vecinos. En cambio, cumpliendo una orden o lo que sea, dejó destruidas a cuatro familias en el sur de la Florida.

Este innecesario derribo, que solo pudo salir de la cabeza de alguien como Raúl Castro, provocó que el FBI desatara una cacería que dio como resultado la captura - en 1998 - de varios de los integrantes de la "red avispa". Así lo contó el señor Edgerton Levy, un agente de la inteligencia cubana que, junto a su esposa Ivette Bermello, se convirtieron cinco años antes en colaboradores del FBI y denunciaron la citada red.

Maldita Hemeroteca

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