Ion Mihai Pacepa y la imagen financiada de Guevara
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| Ion Mihai Pacepa, a la izquierda con gafas. // |
El oficial rumano, Ion Mihai Pacepa, ex jefe de los servicios de inteligencia de ese país y que desertó en 1978 a Estados Unidos, relató en una ocasión que la campaña para hacer del Che Guevara un icono revolucionario y un mártir del imperialismo estadounidense, fue una idea de los Servicios de Inteligencia cubanos y con el financiamiento de la K.G.B. Soviética.
Pacepa, un general de los servicios secretos rumanos, la "Securitatea Statului", para la que trabajaba como jefe en el extranjero y, una vez desertó en la embajada de EEUU en Alemania, se incorporó a la CIA en los Estados Unidos. Esta fuga tuvo funestas consecuencias para el régimen comunista rumano y salpicó también al Kremlin.
---El dictador rumano, Nicolae Ceausescu, puso un precio de 2 millones de dólares por la cabeza de Pacepa.---
Pacepa, que falleció de COVID 19 hace dos años, fue una fuente vital para la confección del libro "Las victimas olvidadas del Che Guevara", lanzado por la organización "Archivo Cuba" que sacó a la luz nuevos datos y testimonios sobre la campaña de propaganda del régimen cubano y la KGB para mitificar y dotar de una aura romántica al guerrillero argentino.
En un entrevista con el destacado historiador británico Dennis Deletant, Pacepa le confesó:
En una nueva versión de su libro, María Werlau aporta una segunda edición con nuevas fotografías y la lista actualizada de las víctimas del Che, así como el testimonio inédito sobre la ejecución sumaria por orden del argentino de dos hermanos acusado de ser "chivatos". Para Werlau, el Che Guevara fue un hombre "sin piedad, un sociópata" al que se le pueden atribuir directamente casi un centenar de ejecuciones y fusilamientos en la fortaleza de La Cabaña y en la Sierra Maestra.
“Conocía personalmente a todos los malvados con rango del mundo, incluyendo a Mao de China, a Kim de Corea del Norte, a Yaser Arafat de Palestina y a una larga lista de líderes soviéticos y del KGB. Según afirmó Wayne A. Barnes, el agente del FBI que le tomó declaración, su conocimiento era enciclopédico.
En 1987, casi una década después de su huida, publicó "Horizontes rojos", las memorias de sus años junto a Ceausescu. Este general aseguró que la teoría del "movimiento de liberación" existió y que la KGB puso por nombre: "Teología de la Liberación". Durante esos años, la KGB tuvo una inclinación por los movimientos de “liberación” en el continente latino americano.
El Ejército de Liberación Nacional de Colombia (FARC –sic–), creado por la KGB con ayuda de Fidel Castro; el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia, creado por la KGB con ayuda del “Che” Guevara; y la Organización para Liberación de Palestina (OLP), creado por la KGB con ayuda de Yasser Arafat.
El Ejército de Liberación Nacional de Colombia (FARC –sic–), creado por la KGB con ayuda de Fidel Castro; el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia, creado por la KGB con ayuda del “Che” Guevara; y la Organización para Liberación de Palestina (OLP), creado por la KGB con ayuda de Yasser Arafat.
---El dictador rumano, Nicolae Ceausescu, puso un precio de 2 millones de dólares por la cabeza de Pacepa.---
Estos son algunos de los movimientos de “liberación” - dijo este oficial - que fueron creados en los cuarteles de la KGB en Lubyanka, aprobados por Aleksandr Shelepin, el presidente de la KGB, y por el miembro del Politburo, Aleksey Kirichenko, quien coordinó la políticas internacionales del Partido Comunista.
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| Ion Mihai Pacepa |
Pacepa, que falleció de COVID 19 hace dos años, fue una fuente vital para la confección del libro "Las victimas olvidadas del Che Guevara", lanzado por la organización "Archivo Cuba" que sacó a la luz nuevos datos y testimonios sobre la campaña de propaganda del régimen cubano y la KGB para mitificar y dotar de una aura romántica al guerrillero argentino.
"En 1972 me nombraron segundo de la Dirección de Inteligencia Exterior, y me di cuenta gradualmente de que tarde o temprano tendría que tener valor y romper con esa sociedad perversa. Dar el paso concreto, sin embargo, resultó ser más difícil que llegar a esa conclusión. Por una parte, me apenaba pensar en mi futuro:
Ceausescu me condenaría a muerte y después borraría todo lo que recordara que una vez existió un general Pacepa. Desertor, la palabra utilizada por el Gobierno de EEUU para los funcionarios del bloque soviético que elegían la libertad en Occidente, era otra cadena alrededor de mis tobillos, pues la palabra está aterradoramente cerca de la palabra traidor.
Por último estaba mi vida privilegiada en la cúspide de la sociedad rumana: mi villa de Bucarest con mi piscina y mi sauna, mi pista de tenis, mis coches y mis chóferes, mi casa de verano en el Mar Negro y mi retiro de caza en los Cárpatos. La idea de verme envuelto en asesinatos políticos fue la gota que colmó el vaso de mi indecisión".
En cuanto al libro, escrito por la directora de la base de datos "Cuba Archive", María Werlau, también incluye testimonios de cómo "el Che" disfrutaba haciéndole daño a los animales y "hasta de degollaba perros" según lo afirma un primo de Guevara, cuya declaración ya estaba recogida en el libro y que aseguró que así era Guevara cuando niño.
EJECUCIÓN A HERMANOS TRACTORISTAS
Entre otra de las historias que se publicaron por primera vez en esta nueva edición, se recoge el fusilamiento sumario de los dos hermanos tractoristas, perpetrado por Guevara en una plantación arrocera del pueblo de Vertientes, en la provincia cubana de Camagüey.
El encargado del batey le reprochó a Guevara que "sus hombres se limitaron a echar un poco de tierra encima de esos muchachos y los puercos vinieron y les comieron las tripas. ¡Eso no se hace!".
"Guevara, que estaba de buen humor, se limitó a reír y le dijo: "Vale, viejo, voy a seguir tu consejo."
"Guevara, que estaba de buen humor, se limitó a reír y le dijo: "Vale, viejo, voy a seguir tu consejo."
El caso del campesino Eutimio Guerra, al que nadie quería fusilar porque en realidad había muy poca prueba en su contra por delación, sin embargo el Che no lo pensó dos veces para darle un tiro en la cabeza. Según la escritora, la cifra de fusilamientos atribuidos a Ernesto Guevara sin actualizar fue de 119.
