domingo, 24 de diciembre de 2023

De residencia de Emilia Borges y Hernández a museo de Fidel Castro.


La residencia de Emilia Borges y Hernández fue la hija única de una unión neta entre cubanos, de clase media-alta de la sociedad del siglo XIX. Sigue estando en el número 707 de la calle 11, esquina hacia la avenida Paseo, en el barrio Habanero del Vedado.

Llegado su juventud, Emilia contrae matrimonio con Enrique Juan José Victoriano Conill Rafecas, proveniente de una familia española vinculada al negocio del tabaco y el sector bancario, además propietario de varios inmuebles y valores tanto en Cuba como en el extranjero. Desde 1903 doña Emilia Borges poseía en propiedad los solares 1, 2, 3, 10, 11, 12.

La residencia, que se levantó en dichos solares en 1894, era de dos pisos de mampostería con cubierta de azotea y tejas hacía la calle 11, abarcando una superficie plana de terreno de 5 mil metros cuadrados y valorada en 17 millones de pesos. Había sido fabricada por la señora Joaquina Silva, viuda de Plá en abril de 1894, quien compró estos terrenos a los herederos del Conde de Pozos Dulce en 1891 por el precio de 3,600.00 pesos a 600.00 pesos cada uno, quedando inscritos a su favor en 1900.

La citada doña Joaquina Silva y Rodríguez vendió a su vez esta finca a doña Emilia Borges Hernández, por el precio de $299,503.00 pesos, 92 centavos oro americano en 1903. En los referidos solares 4, 5 y 6, el doctor Antolín del Cueto, abogado de profesión y natural de La Habana, tenía construida una casa que abarcaba 49 metros de frente por 50 metros de fondo y ocupaba una superficie total de terreno de 2,490.90m². Esa propiedad se la vendió también a la señora Emilia Borges y Hernández en 1916.

El precio de venta fue de 62 mil pesos oro de los Estados Unidos de América, reservándose el derecho de demolerla, aprovechando todo lo que tuviera valor y quedara de su derribo, hasta las verjas que la separan de la calle, dejando el terreno limpio y cubriendo finalmente los hoyos que resultaron de los escombros, según quedó reflejado en escritura ante notario.

Algunas fuentes - como Diario de los Américas - publicaron que empresas españolas como Iberostar y Meliá, habían aportado la friolera de 24 millones de dólares.

Estos solares en lo adelante no se edificaron, destinándose al área de los jardines de la residencia. Sobre los últimos solares -7, 8 y 9 - se extendió la propiedad en fecha no definida, comunicándose ambas partes. De ahí que, por escritura fechada a inicios del año 1922, consta que doña Emilia Borges y Hernández formó una sola finca con la citada casa y los solares del 1 al 12, adquiriendo la totalidad de esos terrenos donde estableció su propiedad.

Cuando enviudó del señor Julio Hidalgo - en marzo del mismo año - declaró heredera universal de sus bienes a su legítima hija, sin embargo, doña Emilia permaneció siendo la dueña de esta casa.Emilia falleció en La Habana a finales del mismo año 1922. Bajo testamento declaró que del matrimonio con el señor Julio Hidalgo y López nació una hija llamada Emilia «Lily» María Ana Hidalgo y Borges, quien se casó con el señor Enrique Juan José Victoriano Conill y Rafecas.

En los años 40 dejó de estar señalada con el número 19 antiguo que la había identificado por la calle 11, para adoptar la numeración 707. A partir de esta década, la señora Emilia «Lily» María Ana Hidalgo y Borges, comenzó a vender en distintas partes la propiedad a sus tres hijos. En la década de 1950 la propiedad de esta casa permanecía a los tres hermanos Conill por terceras partes. Según expediente que obra en el archivo de amillaramiento, la casa se encontraba dividida en tres partes: la alta, la baja y la trasera; según fueron adquiridas estas partes por cada uno de los herederos de la señora Emilia Borges.

Centro Fidel Castro 

Hasta esta fecha llega la información del inmueble y la familia en los documentos que existen en el archivo del registro de la propiedad. Luego, en 1959, el inmueble fue expropiado por el régimen castrista y sometido a varios cambios y severas modificaciones, desde oficinas del Ministerio del Interior hasta locales comerciales e incluso un correccional de menores, quedando en desuso y en total abandono.

En el 2021, con la isla atravesando una de las peores crisis económicas de su historia y en medio de una pandemia de COVID 19, al régimen se le ocurrió "la brillante idea" de fabricar allí un museo dedicado al dictador fallecido, Fidel Castro. Dijeron que el capital había sido aportado por "amigos de Cuba", como el grupo hotelero francés Accor, la selecta burguesía catalana y balear de los Gabriel Escarrer y los Fluxá Roselló, propietarias de un compañía aérea y de varias cadenas hoteleras también, y hasta con capital Saudí, según dijeron algunas fuentes.

Condensado de "Tipologías constructivas de las residencias del Vedado", de Lynne Zayas Rubio.

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