domingo, 17 de diciembre de 2023

DICIEMBRE 17: Día de San Lázaro

El santuario San Lázaro. // 

Cada 17 de diciembre se celebra la fiesta de San Lázaro de Betania, como se denomina aquí en España este santoral que está relacionado a la amistad que tenían con Jesús, tanto él como sus hermanas Marta y María. De aquí es donde parte la historia del Lázaro que fue resucitado de entre los muertos. 

Sin embargo con Lázaro se da la curiosa confluencia de que son dos personajes distintos: el Lázaro canonizado por la Iglesia Católica Romana, y el otro pobre y mendigo, que ha sido representado como un humilde anciano con llagas en las piernas, que se hace auxiliar por muletas y esta acompañado de perros que le lamen sus heridas, aunque en realidad Lázaro es un nombre significativo en el idioma hebreo que quiere decir: “Dios es mi auxilio”.

SAN LÁZARO Y LA LEPRA EN CUBA

En el año 1917 los enfermos de lepra en Cuba fueron trasladados al pueblo del Rincón, luego de que un incendio destruyera parte del hospital San Lázaro de la Habana donde estaban ingresados. Antes, en el siglo XVII, en 1871 concretamente, los leprosos habían sido ubicados en barracas muy rudimentarias en la "Caleta de Juan Guillén", en la zona de extra muros conocida con ese mismo nombre.   

Unos dicen que fue por el valor de esos terrenos, pero lo cierto es que las autoridades decidieron su traslado para la finca “Dos hermanos”, en una localidad situada en Santiago de las Vegas, a unos 4 kilómetros de la Habana. Sin embargo debido a las protestas de los moradores, se acordó el traslado de los enfermos para un centro que servía de aislamiento de cuarentena para los inmigrantes en el "Mariel", mientras se concluyera el nuevo leprosorio. 
Desde 1854 los enfermos de lepra habían estado al cuidado de las monjas de la Orden Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, sin embargo algunas fuentes desde Cuba aseguran que desde el pasado mes de octubre las autoridades de salud pública del régimen, prescindieron de sus servicios. 

 Se seleccionó finalmente el Rincón, al ser esta una localidad bastante apartada de la población. De hecho el escritor Cirilo Villaverde la llamaba "La Aldeita". En 1862 llegó el ferrocarril, y es cuando comienza un desarrollo que se detuvo abruptamente al saberse la noticia de que sería edificado allí un leprosorio.

La instalación echó a andar el 25 de febrero de 1917 sin estar terminada todavía. En realidad las condiciones que tenían los enfermos en Lazareto, en el Mariel, eran muy deplorables. Esta es - en apretadísima síntesis - la historia de los enfermos de lepra en relación al Santoral que se celebra hoy en Cuba.

Babalú Ayé en la santería Cubana
Sin embargo la vinculación de los enfermos de lepra y San Lázaro data del 1118 en Jerusalén, cuando en los portales de aquella ciudad solían aglomerarse los leprosos. 

En fin que esta fecha del 17 de diciembre fue adoptada en Cuba a principios del siglo XVIII, cuando las autoridades coloniales españolas aprobaron la celebración al patrón de las enfermedades. 

Desde entonces, cada día 17 la iglesia del Rincón se viene convirtiendo en el escenario de miles y miles de visitas, no solo de capitalinos, si no de todos los cubanos que son devotos a este humilde y milagroso santo que, en la religión afro cubana, se conoce con el nombre de Babalú Ayé, predominando el color púrpura o morado y con vestimentas muy humildes. 

En la parábola que Jesucristo dirigió al pueblo, recogida bajo el título de “Lázaro y el rico Epulón” (Lucas 16, 19-31) cuenta como había un hombre rico que organizaba cada día banquetes en su casa; y que también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta, lleno de llagas, ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico, mientras los perros venían y le lamían las llagas. 

Puede que de aquí parta la imbricación de los "dos Lázaros". La oración dice así:

"Oh, bendito y glorioso Lázaro de Betania, amparo y sostén de Marta y María. A ti llamo, oh amado y siempre vivo espíritu de gracia con la misma fe y amor que Jesús llamó a la puerta de tu sepulcro de donde saliste vivo y glorioso, después de haber estado por espacio de cuatro días consecutivos tu cuerpo enterrado, sin haber dado la más leve señal de impureza e imperfección. 

Así también, yo llamo hoy a la puerta de tu santo espíritu para que con la misma fe que Dios infundió en ti, me concedas lo que en esta oración te pido, invocando para ello el incomparable amor con que Dios te quiso premiar y resignación con que supiste sufrir los tiempos de tu vida material. Amén


Maldita Hemeroteca // Fuentes de Internet

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