viernes, 15 de diciembre de 2023

Había una vez un campamento en Marianao ....

Ceremonia en la caseta No 1 del Camp Lazear en 1947

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la fiebre amarilla se había convertido en un serio problema de salud pública. Ya no el caribe, en los Estados Unidos invadió más de 100 ciudades y pueblos y, para el 1878, la enfermedad se había cobrado la vida de 20,000 personas así como 100 millones de dólares en pérdidas económicas. 

El impacto de la epidemia llegó hasta el Congreso estadounidense, el cual dictó una ley (3 de marzo de 1879) para establecer una junta nacional de sanidad con un gran presupuesto. Como se sabía que el origen de este mal provenía del Caribe y, luego de tres meses de estancia en Cuba, en noviembre de 1879, se llegó a la conclusión de que la fiebre amarilla era una enfermedad endémica y contagiosa, y que el agente transmisor "estaba en el aire".

En este contexto aparece la figura del doctor Carlos J. Finlay y Barré, que ya desde 1858 se dedicaba al estudio de esta enfermedad y, a partir del año de 1881, comenzó con la parte experimental para comprobar su hipótesis sobre la existencia de un agente independiente, transmisor de la fiebre amarilla. Con estos datos experimentales, Finlay escribió su trabajo que fue fundamental: «El mosquito hipotéticamente considerado como agente de transmisión de la fiebre amarilla», presentada el 14 de agosto de 1881 en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.

En el mes de febrero de 1900, el doctor Jesse William Lazear llegó al campamento de Columbia, Cuba, como cirujano de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos donde realizó estudios bacteriológicos de fiebre amarilla y malaria, por lo que fue invitado a participar en las investigaciones con el doctor Reed, a quien conocía desde su llegada a la Isla. El 1 de agosto de ese año, Finlay entregó a los médicos de la Comisión en La Habana, huevos del mosquito Culex o Aedes, más los expedientes de 104 experimentos que él había efectuado. Les explicó cómo realizarlos cuidadosamente, de modo que comenzaron a trabajar el día 11 del mismo mes, pero «sin creer en los postulados de Finlay,» según argumento de los cubanos.

Lazear y su comisión estadounidense se reunió por primera vez el 25 de junio de 1900 en las barracas de Columbia, en el barrio habanero de Marianao, donde existía un brote epidémico de fiebre amarilla. Seleccionó a los médicos que ayudarían en los experimentos, mientras que los casos de fiebre amarilla que se reportaban en el centro de La Habana fueron atendidos exclusivamente en el Hospital "Las Ánimas", en la calle Benjumeda en la Habana, devenido con los años en el "Hospital pediátrico de Centro Habana" .

LAZEAR Y MAASS DIERON SUS VIDAS 

Por otra parte, el soldado estadounidense William H. Dean se expuso a la picada de varios mosquitos infectados a la vez y 5 días más tarde este soldado enfermó de fiebre amarilla e igualmente sobrevivió a ella. De lo anterior se deduce que fue este el primer voluntario sometido a la inoculación experimental con resultados positivos para confirmar la teoría de Finlay. 

Lazear continuó sus estudios con mosquitos contaminados en su afán de hallar un germen causante de
la fiebre amarilla, a la vez que preparaba condiciones para una nueva serie de inoculaciones, pues estaba casi seguro de que la solución del misterio estaba en esos pasos. 

El 13 de septiembre, mientras mantenía un tubo de ensayo con un mosquito que picaba a un paciente, otro mosquito voló dentro del local y se posó en su mano izquierda. No se movió para no espantar al insecto del experimento y ello le costó la vida, pues el día 25 siguiente falleció producto de esa picada que le transmitió la fiebre amarilla. A partir de entonces, el campamento llevaría su nombre, "Camp Lazear".

MAASS

La enfermera del ejercito de los Estados Unidos, Clara Maass, fue enviada a Cuba por el servicio de sanidad de ese ejército, y allí, como parte de las investigaciones realizadas, el 14 de agosto del 1901 fue sometida a la picadura de un mosquito infectado, enfermando 4 días después. 

Seis días más tarde, el 24 de agosto, murió y fue sepultada en Cuba con honores militares en el cementerio de Colón. El 20 de febrero de 1902 fue exhumada para ser enterrada en el Cementerio Fairmont, en Newark, Nueva Jersey, su ciudad natal. Esta muerte, aunque dio por segura la teoría del doctor Finlay, dio por terminada la experimentación en seres humanos de forma oficial.

Durante el III congreso nacional de historia de la medicina, celebrado en la ciudad de Trinidad en septiembre de 1944, el doctor Rodolfo Pérez de los Reyes propuso solicitar a la Junta Nacional de arqueología y etnología declarar monumento nacional la caseta de madera ubicada en el barrio obrero de Redención en Pogolotti, Marianao, donde la comisión presidida por Reed hizo parte de los trabajos que confirmaron la teoría y las experiencias de Finlay.

El 3 de diciembre de 1947 la caseta No 1 de ese campo fue reparada al costo de 25 mil dólares y declarada monumento nacional, no así la caseta No 2, que había sido destruida al paso del huracán del 20 de octubre de 1926, que causó la friolera de 300 muertos y más de 1500 heridos. En 1933, con las obras de modernización de lo que sería el campamento militar de Columbia, organizadas por Fulgencio Batista, desapareció el campamento Lazear y en su lugar se construyó el hospital Dr Arístides Agramonte, rebautizado después como Carlos J. Finlay de Marianao.

También se edificaron las casas de los sargentos y, en 1944, en esa misma dirección, se construyó la rotonda y el emblemático obelisco de 40 metros de altura, en honor al eminente investigador Cubano. Sin embargo la misma fecha del 3 de diciembre, pero del año 1952, se inauguró en la citada barriada de Pogolotti un hermoso parque para honrar la memoria de estos investigadores.


Y aunque hoy se encuentra muy descuidado, porque a esa dictadura castrista le importa muy poco una historia más allá de la suya, todavía se pueden observar las tarjas con los rostros del doctor Finlay Barré, de Claudio Delgado, de los norteamericanos Leonard Wood, Walter Reed, James Carroll y Jesse William Lazear, así como del bacteriólogo camagüeyano, y primo segundo del mayor general Ignacio Agramonte, Arístides Agramonte Simoni, plasmadas en el abandonado paredón.  Solo agregar que aunque los moradores y mayoría de los cubanos en general le siguen llamando "Parque Finaly", su nombre original, al menos el que le pusieron el día de la inauguración, fue "Parque Lazear". 

Puntos de Vista

Fuentes:  Nogueira P. Breve historia de la fiebre amarilla hasta el año de 1905. //PBS.org.