En el siglo XIX hubo un teniente de navío español que se llamó Isaac Peral, que con los años se convirtió en el creador del primer submarino de propulsión eléctrica del mundo. Por baterías. Fue botado al agua el 24 de septiembre de 1888 y, según datos, su construcción no sobrepasó las 300 mil pesetas. Según las memorias de su propio creador, tenía una autonomía de 66 horas y un radio de acción de 284 millas náuticas, unos 511 km.
Así las cosas, el 7 de agosto de 1889 el aparato permaneció una hora en inmersión en alta mar, y, días después, Peral decidió hacer una prueba de disparo. Con el submarino sumergido decidió disparar a unas rocas que se encontraban a 300 metros de distancia, y dio en el blanco. Todo parecía ir sobre ruedas, pero en 1890 realizó un simulacro contra el acorazado Cristóbal Colón donde tuvo un éxito razonable en las maniobras diurnas y otro magnífico en las nocturnas.
A pesar de ello, el 18 de agosto de 1890, y aunque los informes por parte de la junta de valoración fueran satisfactorios, el visto bueno del gobierno español para avalar la nave nunca llegó. De ahí que muchos de los historiadores y conocedores actuales anden achancando la derrota ante EE UU en 1898, a los oscuros manejos del entonces gobierno, y aun teniendo una armada en Cuba que se encontraba en franca desventaja tecnológica frente a la norteamericana.
El 4 de mayo de 1895 Peral se trasladó a Berlín para ser operado de un cáncer de piel, pero un mal manejo en las curas post operatorias le ocasionaron una meningitis. El 23 de mayo de 1895 el inventor fallecía, mismo año en que los Cubanos se volvían a rebelar contra la colonia Española en la isla. Sus restos fueron trasladados a la ciudad natal de Cartagena en 1911 y su submarino, que había sido "canibaleado", fue recuperado y hoy, hipócritamente si se quiere, se exhibe en su ciudad de origen.
El masón Miguel de Morayta y Sagrario, adalid de la masonería en ese momento, hizo figurar una lista de masones célebres en un libro que publicó en 1915, en el cual incluía a Isaac Peral, lo que fue negado con los años tanto por el profesor de Historia Ferrer Benimeli, como por el maestro masón Miguel Ángel de Foruria. Hoy, repetimos, no son pocos los que apuntan a la masonería como una de las principales culpables del llamado "desastre de 1898".
morir Cánovas, fue sustituido por Práxedes Mateo Sagasta, masón para más detalles y que incluso llegó a convertirse en el segundo jefe de Gobierno que alcanzó el supremo cargo de la masonería Española, y entre las primeras medidas que tomó fue sustituir al general Valeriano Weyler, un estratega que le había dado un vuelo a la guerra de 360 grados, replegando incluso a lideres mambises como Máximo Gómez y Calixto García hacia el este de la isla.
Pero la pregunta del millón aquí sigue siendo una: ¿Qué interés tendrían los masones en negociar con EEUU la venta de Cuba, e incluso, torpedear un invento tecnológico tan importante que pudo haber cambiado aquella historia de cuajo?. Los más confabuladores y conspiranoicos aseguran que José Martí tuvo que ver mucho en esto, desde el mismo momento en que el apóstol se vincula a la masonería estando residiendo en España, concretamente en la Logia Armonía 52 de Madrid donde vivió desde el 1871 hasta 1873.
El rizo se pone más rebelde aún, cuando allí entabló amistad con el masón e independentista filipino José Rizal, casualmente otra de las posesiones de ultra mar que España perdió formalmente con la firma de París. Total, que hoy estamos más convencidos que el vuelo político de José Martí era muy superior al de los caudillos Máximo Gómez y Antonio Maceo. El apóstol sabía perfectamente que para alcanzar el triunfo, además del levantamiento, necesitaba la ayuda de los masones como antecedente, lo cual quedó demostrado una vez que arribó al puerto de Limón en Costa Rica.
Allí recabó la ayuda de los masones Bernardo Soto, Próspero Fernández, Genaro Rucavado, Ricardo Mora Fernández, Minor Keith, Tomás Soley Güell y el padre Francisco Calvo, entre otros, mientras que en EEUU hizo lo mismo en la logia Félix Varela No 64 de Cayo Hueso, un nido de independentistas cubanos, así como "La Fraternidad No 387", de Nueva York, que como tesorero y secretario tenía a Benjamín J. Guerra y a Gonzalo de Quesada y Aróstegui, respectivamente.
Los hay incluso que afirman, sin pruebas hasta el momento aportadas, que hasta el almirante Cervera y Topete era masón. Se entiende, quizás, el porque el dictador Francisco Franco desconfiaba tanto de los masones, al punto que los condenaba a largas penas de prisión. Decía que los masones eran parte de una estrategia "en contra de los pueblos", a la que se integraron además el comunismo y el judaísmo. Al tal efecto el dictador gallego dijo:
"Si la masonería no descansa en sus actividades criminales, forzosamente hemos de ponernos en plan de combatir quienes, por conocerla, nos hemos convertido en fieles guardianes de nuestro solar frente a sus ataques.
No hemos jamás de olvidar que entre las fuerzas derrotadas de la anti-España por el Movimiento Nacional español ocupaban un puesto principal las fuerzas masónicas de nuestra patria, que, aunque reducidísimas en su número, eran, sin embargo, las patrocinadoras de todas las traiciones y las que realmente habían abierto las puertas de la patria a la invasión comunista y a su enseñoreamiento de nuestro solar.
Los que crean que la masonería se da alguna vez por vencida se equivocan. Hija de la maldad, su espíritu demoníaco sobrevive a la derrota y encarna en nuevos seres y en nuevos territorios. Hemos de desconocernos al sol de la gloria y del
resurgimiento, si queremos librarnos de la sombra inseparable de las asechanzas masónicas."
Total que a todos nos ha quedado muy claro que quien "tumbó a España del caballo" fue el poderío militar de EEUU en alianza con las tropas rebeldes o mambises, pero por otro lado no se puede negar que la masonería siempre estuvo, de una manera u otra, jugando en contra de los ideales colonialistas. Y si la más alta magistratura española se confabuló contra Peral por dinero o por este tipo de ideales, eso tendrán que demostrarlo los que dicen que saben que por cierto, no llaman desastre a lo que ocurrió en Cuba, si no traición.
Maldita Hemeroteca
Nota al margen: En el año 2018 España construyó un submarino que bautizó como S-80, y como es de suponer se convirtió en la joya de la Armada. Sin embargo hubo un problema, y es que cuando lo probaron en el agua no flotaba. Imagínese usted, un submarino que no flota, pero rápidamente se pusieron a pensar y enseguida encontraron la solución del fallo, aumentando su tamaño.
Pero lejos de resolver el problema, lo que hicieron fue crearse otro. Con el nuevo tamaño del aparato no cabía en el muelle. Creo recordar que se construyeron 4 de este tipo, a un costo de más de dos mil trescientos millones de euros. Pero anécdota aparte y hablando de submarinos, h
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