BREAKING NEWS
latest

MAMBISES: De soldados a caciques (FINAL)

Mayor general Mario García Menocal, sentado con las manos unidas, Pasó de ser militar a administrador del central Chaparra, el más productivo de Cuba, a Presidente de la republica. Fue un vivo ejemplo del cacicazgo político en en la Cuba republicana.// ...

Se ha podido constatar que para la gestión del pago de los haberes del ejército se contempló hasta Europa en caso de que fuera necesario, aunque al final esos acuerdos fueron alcanzados bastante cerca de las costas Cubanas, tan cerca como a solo noventa millas.

En esta segunda parte pasamos a reproducir un excelente articulo titulado: "EL EJERCITO LIBERTADOR CUBANO. NI TAN POBRES NI TAN OLVIDADOS" y en el cual se explica perfectamente como aquellos mambises, sobre todo los altos oficiales, llegaron a amasar verdaderas fortunas luego de recibir el referido pago.

Basta con poner un ejemplo. El Teniente Coronel Francisco Franco Ortiz, jefe de un batallón del primer regimiento de infantería en la localidad de Banes, en Hoguín, y que para casualidad fuera ascendido por el general Calixto García el 18 de agosto de 1898, mismo día que se ponía fin a las hostilidades, le permitió recibir por compensación la increíble cantidad de 7 mil 970 pesos.
---------------------------------------------------------------------

En los Estados Unidos los representantes cubanos enviados (Domingo Méndez Capote, Manuel Despaigne, Mario García Menocal y Ricardo Dolz) negociaron con casas como la Stillman (a través de James Stillman, presidente del The Nacional City Bank de New York), con la Schiff (con Jacob H. Schiff, gerente de la firma Kuhm, Loeb & Co.) y con la Speyer (con la casa Speyer & Co. directamente). Finalmente, no fue necesario ir a Europa, porque días después la Speyer & Co cerraría el trato.

De esta forma, el pago se convirtió en un símbolo de bienestar para los miembros del antiguo Ejército Libertador, y tambien en una vía de enriquecimiento por las inversiones económicas que generaría, y de este modo crecerían los sectores de la economía, a la vez que constituiría un interés para los sectores privados ante la posibilidad de un aumento de la demanda ante la oferta.

En otro orden, no menos importante, fue muy beneficioso para los oficiales debido a la posibilidad de convertirse en nuevos propietarios e insertarse en la sociedad cubana emergente. Los veteranos, convertidos con la guerra en hombres valerosos y admirados, poseían una cuota de prestigio y carisma ante la sociedad. No importa su procedencia social ni su instrucción previa a la guerra, el pago los situó en un estatus social diferente al que antes tenían.

Un ejemplo de ellos fue el Teniente Coronel Francisco Franco Ortiz, de Banes, quien era negro analfabeto, pero pudo comprar haciendas y ejercer dentro del comercio en la zona, convirtiéndose de esta forma en un hombre acaudalado gracias a los $7 970,66 que recibió. Para el gobierno de la República representaba una obligación - y a la vez un beneficio - efectuar dicho pago porque estos hombres tenían ganada la simpatía de todo el pueblo, y cuanto más rápido se atendieran sus necesidades más pronto el pueblo creería en la nueva administración nacional. De esta manera lo entendían todos.

En una reunión de oficiales presidida por el general Vicente Miniet, la cual tuvo como objetivo solicitarle al Gobierno de la República el pago de los haberes de los soldados de la Revolución por los medios más breves y equitativos, el argumento era que: “al hacer efectiva la paga al Ejército se aplacaba el malestar que se siente en las clases menesterosas y tomarían incremento la agricultura y las industrias del país”.

QUE DIJO LA PRENSA 

El Diario de la Marina se refirió a que el empréstito sería apoyado por todas las clases del país:

“Servirá para dar entrada en Cuba a un dinero que en su mayor parte será destinado al fomento y desarrollo de la riqueza pública. Por otra parte, el presidente le prestará la atención debida para evitar la muerte de las industrias, la ruina del comercio y hacer posible la paga al Ejército.”

En The Sun de New York, con fecha 30 de octubre de 1903, se publicaría un artículo titulado, El empréstito cubano y la Enmienda Platt, donde se analizarían las cláusulas estipuladas en el apéndice constitucional, y la concertación del empréstito violaría tal estatuto, pues hasta la fecha no se tenía concretada la acción con ningún prestamista. Así, el gobierno había resuelto dar como garantía los productos de las Aduanas:

“[…] el artículo 11 de la Enmienda Platt declara que Cuba no podrá contraer deuda pública alguna, que no pueda pagarse con los ingresos ordinarios después de cubiertos los gastos corrientes del Gobierno […] la recaudación de las Aduanas constituyen cerca del 95 % de las entradas de la Isla y constituye la única base segura para el pago de los gastos corrientes.”

El diario Correo de Oriente, en noviembre de 1903, sacaría a la luz el artículo El empréstito, buenas impresiones, en el que alentaba a los veteranos de la próxima llegada de su pago en retribución a sus luchas por la independencia del país:

“El empréstito se hará. La legión de bravos que abandonaron cuanto hace dulce su existencia para formar Patria, alcanzará en breve recursos con que reparar algo que es reportable a sus ofrendas a la amada Patria […] las facilidades para la vida material […]. Se les restará íntegra otra deuda: la de la gratitud; pero esta le será perfecta y profundamente acreditada en el sentimiento del pueblo cubano.”

Pero la atención a los antiguos libertadores cubanos no se limitó a los dos momentos analizados anteriormente. El 11 de julio de 1918, el general y presidente de la República, Mario García Menocal, aprobó la Ley de Pensiones para los miembros del Ejército Libertador y su Cuerpo Auxiliar Civil, una ley que reconocía el derecho a una pensión anual dirigida a los miembros del Ejército cubano, a su Cuerpo Auxiliar Civil y también, en su ausencia, a sus familiares.

En el Artículo VI, regulaba que las pensiones oscilaban de acuerdo al grado militar, entre los 3 600 pesos anuales para los Mayores Generales hasta los 360 para los soldados. Aquella ley también tenía en cuenta a los oficiales que habían sido mutilados en alguna acción de guerra durante el servicio activo. En esos casos se les otorgaba el 20 % por encima de la cuantía fijada, siempre y cuando el valor no sobrepasara de los mil pesos. En el caso de corresponderle cobrar la pensión a un familiar, la cantidad recibida sería el 75% de la reglamentada.

CASIQUISMO POLÍTICO 

Podemos mencionar casos como el de Mario García Menocal quien ostentó el grado de Mayor General y una vez instaurada la República en 1902, se dedicó a administrar el Central azucarero Chaparra, en Puerto Padre. Menocal negociaba “favores” directamente con el gobierno local ofreciéndoles postes para el alumbrado, o gestiona una ley en el senado para establecer una aduana en ese puerto. No fue nada casual que cuando decidió postularse para la candidatura presidencial, fueran los habitantes de ese pueblo sus más fieles votantes.

Se estudiaron treinta y tres individuos haciendo coincidir el escenario de operaciones del segundo cuerpo del Ejército Libertador con la región de operaciones, dígase Holguín, Puerto Padre y Banes después de la guerra, que alternaron su profesión con la actividad económica o política. Con el pago de los haberes de guerra pudieron incursionar en la política, comprarse tierras, o ejercer ambas prácticas inclusive.

Otro caso digno de mencionar en ese apartado fue el de Juan Vicente Cárdenas, quien había sido Teniente Coronel durante la guerra y ya en la independencia era el Jefe Comercial de la United Fruit Company en Banes. Vicente Cárdenas tramitó préstamos de parte de la empresa destinados a obras públicas, como el alcantarillado para el área residencial de la ciudad, las calles, la carretera al embarcadero, etc., siendo en 1910, fecha en la que se declara a Banes como Ayuntamiento, electo como su primer Alcalde. De hecho la mayor parte de los cargos electos en la región holguinera fueron ocupados por la antigua oficialidad del Ejército cubano.

El acceso a la documentación de la oficialidad holguinera tras el proceso de licenciamiento del Ejército Libertador, permitió analizar el proceso de emergencia y consolidación del libertador - terrateniente - cacique rural. La mayoría de los cargos electivos fueron ocupados por mayores generales y coroneles, los cuales, a su vez, en sus múltiples variantes, se dedicaron por lo general a la explotación del colonato azucarero, vinculados a las empresas extranjeras.

Si tenemos en cuenta la cifra obtenida por cada oficial y el costo de la tierra en Cuba en esos años, podemos calcular cuántas caballerías de tierra se podían adquirir. Por ejemplo, en Holguín, al Oriente de la isla, el costo de los terrenos era bastante asequible. En barrios de ese término municipal la caballería de tierra se cotizaba a $75,00 en Alcalá; $100,00 en El Güiral y a $150,00 en Tacajó y Bijarú.

En ese caso, con una suma de mil pesos obtenida como pago de haberes, se podían adquirir en Alcalá 13.3 caballerías de tierra, en El Güiral 10 caballerías y en Tacajó y Bijarú 6.6 caballerías. (La caballería era una medida de superficie utilizada por los españoles y sus colonias. En Cuba la caballería de tierra equivalía a 134 202,38 m2.) Era una cantidad considerable de tierra como para convertirse en terratenientes, e invertir además en un negocio que le demandaría resultados por largo tiempo.

La paga de los haberes recibidas por los líderes militares, sobre todo los altos oficiales, y los dividendos obtenidos en sus nuevos negocios, tanto en zonas urbanas como rurales, les permitió reorientar sus funciones hacia la explotación de colonias de caña, fincas de ganado o de tabaco. De este arraigo local y regional de la antigua jefatura militar y política de la revolución, la mayoría procedente de familias de solvencia y prestigio, fue favorable en la definición de las estructuras de relaciones sociales de clientelas de donde emergerían los caciques políticos.

CONCLUSIÓN

El pago al Ejército cubano fue prioridad para la República de Cuba desde su fundación en 1902. Los pagos de guerra, además de convertirse en un sinónimo de enriquecimiento, se tradujeron en una ganancia a escala política. La mayor parte de los cargos públicos fueron ocupados por libertadores cubanos que, bajo el clientelismo político, el intercambio de favores, la compra de votos y la relación con las empresas extranjeras, les posibilitó a los gobiernos locales y nacionales ejercer influencia en la sociedad debido a la credibilidad en la gestión por un antiguo veterano de la guerra.

En el afán por insertarse en la nueva sociedad republicana, donde la burguesía tendría los mayores beneficios y el papel preponderante, los altos oficiales del Ejército Libertador se alzaron como los nuevos inversores de la economía cubana, así como los nuevos políticos de la República, desarrollando el fenómeno político conocido como caciquismo

Caciquismo político en la región de Holguín.

Se pudo constatar que, de los individuos analizados, todos ex miembros del Ejército cubano, la inmensa mayoría alternaría su profesión con una actividad política; dígase médico, concejal, abogado, alcalde, etc. Es decir, la actividad política con la actividad económica, dígase terrateniente, representantes a la Cámara, colonos, alcaldes, etc. El Archivo Provincial de Holguín agrupa en sus fondos las listas de pago al Segundo Cuerpo del Ejército, y a su vez posee la mayor cantidad de documentación resguardada del norte del oriente cubano.

Por su parte, el Archivo Nacional de Cuba posee las actas de los Ayuntamientos del país, donde se puede leer en sus sesiones la actividad de los caciques. El caciquismo como fenómeno generalizado en todo el país, asumió rasgos similares al del resto de América Latina, aunque de manera tardía debido a la fecha de eclosión del proceso independentista cubano. No obstante, la dinámica de guerra irregular, en un contexto libertador donde la región y la localidad les imprimieron un sello característico a las acciones militares, favoreció el desarrollo y arraigo de los líderes en las respectivas comarcas.

El pago de los haberes de guerra al Ejército cubano fue el elemento que viabilizó el tránsito del caudillo militar al cacique político. El dinero no solo le permitió al ex oficial libertador su remuneración por haber luchado en la guerra, sino le facilitó su ascenso social a través de la adquisición de propiedades y/o puestos públicos.

Maldita Hemeroteca

« PREV
NEXT »

MAS NOTICIAS

-------------------------------------------------------------------------------------------------