MARQUEZ STERLING: Cosas que pasaron en Cuba que jamás nos contaron

Carlos Márquez Sterling. Al centro con traje a rayas

En innumerables ocasiones hemos escuchado decir que Fidel Castro era un pistolero. Su radical posición, así como su capacidad de intimidación frente a partidarios y adversarios, terminó por imponer un liderazgo dentro de una oposición electoralista que deseaban salir de Batista por la vía política, y no violenta como la que al final terminó imponiendo.

Pero resulta que existe un pasaje ocurrido en el 1958, donde no solo quedó demostrado que esa acusación era totalmente cierta, si no que resultó fatal en el posterior devenir de la historia. En este caso el protagonista fue el político Carlos Márquez Sterling, sobrino del destacado diplomático y presidente interino de Cuba por unas horas, doctor Manuel Márquez Sterling Loret de Mola.

Carlos fue un historiador y político cuyo liderazgo, junto al de otros 76 delegados que representaban a los nueve partidos de entonces, propiciaron en 1940 la creación de aquella avanzada constitución. Además, había sido presidente de la Cámara de Representantes y ministro, tanto de Estado, como de Educación. En representación del Partido del Pueblo Libre, llevó a cabo en 1958 otro intento por restaurar de manera pacífica la democracia en Cuba. 

Su candidatura presidencial, que llevaba como objetivo acabar con el militarismo de Fulgencio Batista, llevaba al profesor Rodolfo Méndez Peñate como segundo en la fórmula. Y claro, como esto se suponía un peligro para las ambiciones de poder de Fidel Castro, sus pistoleros del 26 de julio reventaron de la manera más violenta aquella proclamación celebrada en el centro Gallego de la Habana.

Aunque Sterling estaba por la labor de obligar a Batista a terminar con su dictadura, sabía a su vez que había que evitar a toda costa el acceso a estos elementos castristas y las funestas consecuencias que traerían a la nación Cubana. Como así fue. A consecuencia de aquel disturbio, uno de aquellos alborotadores consiguió apuñalarlo levemente, y aunque la policía pudo apresarlo posteriormente, prefirió no hacer denuncias.

No obstante el uno de julio asesinaron a Nicolás Rivero Agüero, candidato a concejal por Santiago de Cuba, y hermano del candidato a la presidencia por la coalición gubernamental, Dr Andrés Rivero. No solo eso, ultimaron también al sindicalista Felipe Navea y al empresario ganadero Rosendo Collazo, así como a Aníbal Vega, hermano de Víctor, presidente provincial del Partido del Pueblo Libre. Con este ultimo ni siquiera tuvieron consideración de dispararle delante de su propia hija, y aunque algunas balas impactaron en la cuna, la niña salvó milagrosamente la vida.

Si estos no eran sicarios, que venga dios y lo diga. 

Con la consigna de "Ni con botas ni con balas, si no con votos", Márquez Sterling le propuso a Fidel Castro una amnistía y la celebración de unas nuevas elecciones libres, que debido al ambiente de amenazas tuvieron que ser pospuestas para el mes de noviembre. Esas elecciones contarían con la ONU como observador. Así las cosas, el 3 de noviembre de 1958 Andrés Rivero Agüero, can­didato oficialista, y Márquez Sterling por la oposición, se vieron las caras en las urnas.

El fraude fue descarado, siendo declarado Agüero ganador en una farsa que terminó por finiquitar definitivamente lo poco que quedaba ya de republica, y que terminó con un Agüero huyendo junto con Batista el ultimo día de ese mismo año, dando paso además a la desgracia que muchos temían y que hoy el pueblo sigue soportando.

Preguntarnos hoy si la revolución de Fidel Castro no hubiera tenido razón de ser en caso de que Sterling hubiera resultado presidente en unas elecciones justas, eso no lo sabremos jamás, pero el hecho de que terminara siendo arrestado y retenido en prisión domiciliaria por varios meses, que el nombre de su tío que honraba la escuela de periodismo fuera retirado y que a su esposa, la señora Uva Hernández Catá, se lo quitaran todo, ya nos dice algo.

Una vez más se repetía la historia.

Márquez Sterling pidió asilo en la Embajada de Venezuela el 13 de julio de 1959, llegando un tiempo después al exilio en los Estados Unidos. Vivió varios años en la ciudad de Nueva York, donde enseñó en la Universidad de Columbia y en el C.W. Post College, de Long Island, antes de retirarse a Miami en 1979, ciudad donde murió el tres de Mayo de 1991 a los 91 años de edad. Por su parte la señora Catá murió en esa misma ciudad en 1997, casualmente el mismo año que murió Rivero Agüero.

Cosas de nuestra Cuba que jamás nos contaron.

Maldita Hemeroteca 
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