martes, 1 de octubre de 2024

FELIPE GONZALEZ: Y los peces gordos cubanos. (Primera parte)


No se sabe si el cambio climático, una hipotética extinción de la especie por contaminación de las aguas o por la introducción de especies invasoras, incluso por la desidia e inoperancia del régimen Castro Canelista, no se ha podido dar una respuesta clara y concisa del porque no se encuentra un dichoso pescado que comprar en las calles Cubanas.

Se trata de un raro fenómeno que viene sucediendo desde hace varios años, y a pesar de que la isla de Cuba cuenta casi seis mil kilómetros de costa. Por ejemplo, en el tramo entre el 1988 y 2019 la captura de pescados y mariscos en Cuba ya se había reducido de 23o mil toneladas a solo 46, al extremo de que no se experimentaba una cifra así tan baja desde 1966, cuando apenas se capturaron 44 mil. (Datos "Our World in Data").

Esta situación ha ido a peor, y recientemente la viceministra de la Industria Alimentaria, Mydalis Naranjo Blanco, se vio obligada en la televisión cubana, en el cómplice y ridículo programa "La Mesa Redonda", que los mares que rodeaban a Cuba no tenían los peces suficientes que el pueblo cubano necesitaba consumir, y que desde el 2002 apenas habían barcos que operaban en la desaparecida flota cubana de pesca.

Y esa es una de las razones por las cuales un pargo, una cherna o un humilde chicharro, no que tengan precios caros, es que no se encuentran ni a través de una sesión espiritual. Y claro, uno ve este estas cosas y se acuerda cuando en el año 2019 la Fundación "Felipe González" puso a disposición del público una enorme cantidad de documentos clasificados, que el ex presidente socialista atesoraba.

La presentación, que tuvo lugar en la Fundación Telefónica de Madrid, conllevó un notable esfuerzo en el tratamiento y transcripción de más de diez mil páginas; cada una de ellas con no pocas horas de trabajo detrás. Según se dijo, habían un total de 82 expedientes, de los cuáles 49 eran de personajes de la política global como Margaret Thatcher, François Mitterand y Fidel Castro.

Carta de Castro a Felipe González

Y a propósito de esa debacle pesquera precisamente, entre esos documentos hay una carta que el dictador y dueño absoluto de esos mares, invitaba al entonces presidente socialista a visitar sus dominios adyacentes, entre ellos "Cayo Piedra", con una sorpresa ...

Esta visita se materializó el 13 de noviembre de 1986, cuando en compañía de su ministro Javier Solana, Felipe González se fue a Cuba y estuvo dos días perdidos en la isla donde nadie sabía nada de su paradero. Pasadas esas 48 horas en que tuvo a todo el mundo en un "sin vivir", el mandatario español aparecía junto a Castro con un espectacular color moreno en el cabaret Tropicana, donde la orquesta le interpretó - en su honor - unas coplas al más fiel estilo Sara Montiel o Concha Piquer.

Recordemos, además, que durante aquella visita Castro le impuso la condecoración más alta del país, la orden José Martí, con lo cual el apóstol debió haber dado una vuelta de carnero dentro de su frío sepulcro. Total, que con el tiempo el periodista Mauricio Vicent, corresponsal de El País en Cuba, contó el motivo de aquella 'desaparición', que como podrá imaginar usted muy fácilmente, don Felipe González se encontraba en Cayo Piedra, uno de los tantos del cayerío de la costa donde presenció - in situ - la forma que tenía el paraíso.

Manifestaciones contra Aznar. 
Se trata de un islote de un kilómetro y medio de largo que el dictador cubano usaba (y seguirá usando su familia con toda probabilidad) para sus vacaciones, y donde mostraba a sus invitados - que en ese momento se encontraban además el colombiano Gabriel García Márquez y el peruano Bryce Echenique, el lugar donde años antes habían caído abatidos los invasores de la brigada 2506, cuando fueron traicionados por el presidente norteamericano John F. Kennedy.

Ah, y sobre el Yate que los llevó hasta allí, según estos documentos desclasificados del presidente español, Castro le dio una genial idea en ese momento: 

"Te coges un yate de Franco se lo vendes a un magnate norteamericano por una tonelada de dólares, y después, con media de esa tonelada te podrás comprar uno igualito a este".

Y le aseguro que el tipo sabía muy bien de lo que hablaba. Luego, cuando los socialistas Españoles vieron que la U.R.S.S. se desmoronaba como un castillo de naipes y corriendo a sumarse a la OTAN, se acabaron las carantoñas y las invitaciones castristas. 

Gracias a la decisión de este ilustre  ex mandatario Sevillano, hoy sabemos que aquella invitación era un intento de chantaje para que España no se sumara a una condena por parte de los EEUU, por la existencia en Cuba de más de 15.000 presos políticos y represaliados. 

Y lo consiguió, créalo, pues al final España - junto con otros países más - se opuso a que Cuba fuera condenada en Ginebra. En esa carta precisamente, es donde Castro le recordaba a su amigo europeo que los peces Cubanos, los que el pueblo cubano extrañaba, "estaban esperando por él". 
 

Maldita Hemeroteca
Fuente: Carta y datos tomados de EL INDEPENDINTE.es

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