Navidades cubanas antes del Castrismo. // |
Fernando Ortiz, de su libro "La antigua fiesta afrocubana del Día de Reyes" de 1925, se puede leer esto:
“Era el único día en que podían, literalmente, exorcizar sus penas mediante el baile. Esto porque cada 6 de enero los amos relajaban las restricciones que sometían al cuerpo del esclavo, tanto en el campo como en la ciudad.
En un sentido real, la fiesta del Dia de Reyes se convertía en un momento de epifanía, ya que la promesa del ritual era la liberación incondicional o al menos por un día. Para el festejo del 6 de enero, los cabildos – asociaciones de negros esclavos libertos que se agrupaban de acuerdo a su nación en África- elegían un Rey, bailaban comparsas con traje tribal y se paseaban frente a los palacios de las armas para pedir aguinaldo”.
Estuvo tan arraigada la fecha en Cuba, que ni quiera la influencia de los Estados Unidos, y su papá Noel, pudo con sus majestades de oriente.
Hoy es festivo en toda España, y a pesar de que existen todos esos artilugios y la internet, todavía hay muchos niños que creen que es cierto, y asisten ilusionados a la cabalgata donde tres reyes llegados de Oriente les traen felicidad. En cambio, si le cuentas hoy a los niños en Cuba que Melchor, Gaspar y Baltazar venían desde la estrella de Belén y nos dejaban los juguetes en el arbolito de Navidad, donde había que proveerlos de agua y algo de comida para sus camellos sedientos y hambrientos, probablemente piensen que estas loco.
Hoy es festivo en toda España, y a pesar de que existen todos esos artilugios y la internet, todavía hay muchos niños que creen que es cierto, y asisten ilusionados a la cabalgata donde tres reyes llegados de Oriente les traen felicidad. En cambio, si le cuentas hoy a los niños en Cuba que Melchor, Gaspar y Baltazar venían desde la estrella de Belén y nos dejaban los juguetes en el arbolito de Navidad, donde había que proveerlos de agua y algo de comida para sus camellos sedientos y hambrientos, probablemente piensen que estas loco.
Aun así, algunos de nosotros fuimos afortunados y pudimos disfrutar de ese día hasta que, en 1968, el régimen Castrista se empeño en quitarlo y, en su lugar, puso a nuestras madres a correr como locas en busca de los tres juguetes normados por la cartilla de racionamiento. ¡Habían hasta listas para saber la tienda que les tocaba comprar!. Entonces ese loco dictador estaba enfrascado en hacer una zafra de diez millones de toneladas de azúcar, y como necesitaba fuerza esclava quitó el festivo y de paso tambien la navidad.
Recuerdo aquella ridícula "protesta" que armaron el día que tres funcionarios de la embajada española salieron en cabalgata por la calle Prado repartiendo caramelos, los tacharon de una provocación y ¡hasta de un ultraje!". Una locura, un arrebato marxista.
"¿Con qué derecho humillan a nuestros niños lanzándoles caramelos al pavimento o al fango, según la puntería de los mamarrachos?", se preguntaba una prensa que ni se atreve a cuestionar que no tengan siquiera un poco de leche que tomar por las mañanas.
Maldita Hemeroteca