OPERACIÓN BARBA ROJA. INVASIÓN A LA URSS Y MASACRE DE BABI YAR


El 22 de junio de 1941, la Alemania nazi lanzó un ataque sorpresivo contra la Unión Soviética, su aliada en la guerra contra Polonia. Para finales de ese año, las tropas alemanas habían avanzado cientos de kilómetros hasta llegar a las afueras de Moscú.

Poco después de la invasión, las unidades ambulantes de exterminio iniciaron el asesinato masivo de los judíos soviéticos. Las políticas de las fuerzas armadas y de ocupación civil llevaron a la muerte de millones de prisioneros de guerra y de civiles soviéticos.

LOS PLANES

Adolf Hitler siempre consideró el Pacto Alemán-Soviético de no agresión del 23 de agosto de 1939 (conocido comúnmente como el pacto Molotov-Ribbentrop) como una maniobra táctica temporal, de manera que en julio de 1940, tan solo semanas después de la conquista alemana de Francia y Los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo, Hitler decidió atacar a la Unión Soviética a más tardar en un año.

El 18 de diciembre de 1940, firmó la directiva 21 (con el nombre clave de “Operación Barbarroja”). Esta fue la primera orden operativa para la invasión de la Unión Soviética. Con 134 divisiones que tenían capacidad de combate completa y 73 divisiones más para desplegar detrás del frente, las fuerzas alemanas invadieron la Unión Soviética el 22 de junio de 1941.

La invasión empezó menos de dos años después de la firma del Pacto Alemán-Soviético. Tres grupos del ejército atacaron a la Unión Soviética a lo largo de un extenso frente. Estos grupos sumaban más de tres millones de soldados alemanes que estaban apoyados por 650,000 tropas de Finlandia y Rumania, aliadas de Alemania. Estas tropas se reforzaron posteriormente con unidades de Italia, Croacia, Eslovaquia y Hungría.

El frente se extendía desde el mar Báltico por el norte hasta el mar Negro por el sur. Durante meses, los líderes soviéticos se habían negado a aceptar las advertencias de las potencias occidentales sobre la acumulación de tropas alemanas a lo largo de su frontera occidental. De este modo, los alemanes y sus aliados del Eje lograron una sorpresa táctica casi completa.

Gran parte de la fuerza aérea soviética existente fue destruida en tierra. Al principio, el ejército soviético fue aplastado. Las unidades alemanas cercaron a millones de soldados soviéticos que, al estar aislados de abastos y refuerzos, tenían muy pocas opciones además de rendirse. A medida que el ejército alemán se adentraba en territorio soviético, las unidades de las SS y la policía seguían las tropas. Los primeros en llegar fueron los Einsatzgruppen. 

ASESINATO MASIVO

Los Einsatzgruppen iniciaron las operaciones de fusilamiento masivo, en las cuales atacaban sobre todo a los hombres judíos, a funcionarios del Partido Comunista y del estado soviético y a los romaníes. Establecieron ghettos y otros centros de detención para concentrar a grandes cantidades de judíos soviéticos, muchas veces con ayuda de personal del ejército alemán.

A fines de julio llegaron a la Unión Soviética los líderes de las SS y de la policía, en representación de Heinrich Himmler. Las SS y la policía, con apoyo de auxiliares reclutados localmente, empezaron a asesinar a comunidades judías completas. A partir del 15 de octubre de 1941, Hitler decidió deportar a los judíos alemanes a la Unión Soviética ocupada.

Los rápidos avances tanto en el frente militar como en el asesinato de los judíos soviéticos contribuyeron a la toma de esta decisión, con la cual dio inicio la política que llegaría a conocerse como la “solución final”, que consistió en la aniquilación física no solo de los judíos del este ocupado por los alemanes, sino de los de toda Europa. 

MATANZA DE BABI YAR

El 19 de septiembre de 1941, las fuerzas alemanas entraron a la ciudad de Kiev (Kyiv), la capital de Ucrania. Al igual que gran parte del territorio ucraniano ocupado por los alemanes, la ciudad fue incorporada en el Reichskomimissariat Ukraine, que se había establecido el 1º de septiembre con Erich Koch como administrador (Reichskommissar).

Antes de la invasión alemana, en Kiev vivían unos 160,000 judíos que representaban aproximadamente el 20% de la población total de la capital. Después del inicio de la Operación Barbarroja en junio de 1941, aproximadamente 100,000 judíos huyeron de Kiev o ya estaban sirviendo en las fuerzas armadas soviéticas. 

Para cuando los alemanes ocuparon Kiev, quedaban unos 60,000 judíos en la ciudad. La mayoría de ellos no habían podido o querido huir antes. En su mayoría eran mujeres, niños, ancianos y enfermos. Según los informes enviados al cuartel general de los Einsatzgruppen, en esos dos días masacraron a 33,771 judíos.

En el barranco de Babi Yar se llevaron a cabo asesinatos masivos durante dos años, a partir de la masacre de septiembre de 1941. Ahí, los alemanes estacionados en Kiev asesinaron a decenas de miles de personas, tanto judías como no judías. 

Otros grupos de personas asesinadas en Babi Yar incluyeron pacientes de un hospital psiquiátrico, romaníes (gitanos), prisioneros de guerra soviéticos y civiles. Las matanzas en el barranco de Babi Yar continuaron hasta el otoño de 1943, tan solo unos días antes de que los soviéticos recuperaran el control de Kiev el 6 de noviembre. Se calcula que en Babi Yar fueron asesinadas unas 100,000 personas judías y no judías.

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