De hecho, estas son las horas luego de 66 años, que artistas que mostraron una actitud en contra "del proceso" siguen baneados y ninguna radio en Cuba se atreve en poner uno solo de sus temas imagine entonces como sería en los años 60 o 70 del siglo XX.
Había que eliminar de la mente del Cubano cualquier vestigio de nostalgia por el pasado. Y en el caso de hoy, el cuarteto "Los Zafiros" se convirtió en uno de sus objetivos. Compuesto por cuatro voces y una guitarra acompañante, el cuarteto ocupó una etapa estelar en la historia de la música en Cuba, en concreto durante la década de 1960-1970.
ZAFIROS. LOS ORÍGENES
Revisando la prensa de la época no encontramos testimonios acerca de la manera en que ellos cuatro se aglutinaron alrededor de la residencia de Néstor Milí, mentor en esa primera etapa. En realidad no eran cantantes profesionales, solamente Miguel Cancio había trabajado en el grupo vocal de Facundo Rivero con el que viajó durante seis meses en 1959 a Venezuela, y además tenía cierto dominio del montaje de voces a partir de su participación en un coro en la Escuela Normal.
Tiempo después, el cuarteto de Rivero se desintegra y Miguelito se pone a trabajar como coreógrafo. Entonces conoce a Leoncio Morúa “Kike”, en el capitalino barrio de Cayo Hueso. Sobre ese encuentro apuntó: “Hicimos amistad y al tiempo después fuimos hasta la casa de Néstor Milí, compositor con experiencia en agrupaciones vocales y musicales.
Entonces aparece milagrosamente Ignacio Elejalde, dueño de una extraordinaria voz falsete, más bien “tenorino”. Ignacio, a su vez, conocía al Chino Eduardo Elio Hernández, un judoka y chapista que no tenía experiencia alguna como cantante, que llegó a los ensayos con el kimono puesto y pelado al cero. Ahí empezó la historia”.
LA GÉNESIS
Primeramente el cuarteto se llamó Los Fakires, luego Miguelito, en un bar de la populosa calle Infanta, sugiere ponerle Zafiros por una sortija con esa piedra que tenía puesta. Entonces el compositor Robles Díaz se aparece con el guitarrista Oscar Aguirre y una guitarra eléctrica, de moda por aquellos días. Los primeros ensayos fueron en casa de Milí, y después en casa de Gisela, la hermana de Kike.
El guitarrista Oscar Aguirre era buen intérprete, pero no llegó a cantar junto a Los Zafiros porque se marchó a trabajar al exterior. Es entonces cuando el trovador Reinaldo Hierrezuelo propone a Manuel Galbán, repertorista con dominio en el oficio, para acompañar al piano y con la guitarra.
“Me integro a Los Zafiros - contaba Galbán - cuando yo vivía en la calle Campanario 210, esquina a Concordia. Allá fueron a verme y se quedaron complacidos con mi trabajo. El Chino saltó de alegría al saber que ahora podía contar con mi servicio. Me nombraron director del grupo.
Éramos cuatro voces y una guitarra (escaseaban los pianos en centros nocturnos). Yo adecué la guitarra eléctrica para que parecieran dos. En las grabaciones empleamos un grupo acompañante de base ritmática integrado por Tata Güines, Guillermo Barreto y Emilito del Monte”.
Cancio, el único cantante vivo de Los Zafiros, no era solista pero apoyaba muy bien en los backgrounds.
Miguelito, quien ya falleció, colaboró en Cuba con Hugo Cancio Jr en la película Locura azul que fue estrenada en 1997 durante el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en homenaje a esta popular agrupación cubana. En aquel entonces su estreno constituyó un verdadero suceso, a tal punto que cuando los verdaderos Zafiros aparecieron en un kinescopio de la cinta, el público aplaudió frenéticamente.
Galbán (Gibara, Holguín, 14 de enero 1930 - 7 de junio 2011) se mantuvo con Los Zafiros hasta 1973, hasta que fundó el grupo Batey. En enero de 1998, formó parte del grupo de la Vieja Trova Santiaguera y de ahí pasó a la orquesta del Buena Vista Social Club. Este guitarrista representó a la música del patio en 170 ocasiones y en el 2003 se alzó con un Grammy Latino por el disco "Mambo sinuendo".
Aunque alrededor de los Zafiros hubo historias no conformadas, dicen que en Francia el promotor norteamericano Berry Gordy, el fundador de Motor City - Motown Record, les ofreció un cheque en blanco para escapar a Estados Unidos, pero no aceptaron. Su respuesta fue, según cuentan: «Pertenecemos a Cuba». Luego lo lamentarían amargamente.
Eduardo Elio Hernández, “El Chino”. Nació en 1939 en el central Tinguaro, del municipio Pedro Betancourt, en la occidental provincia de Matanzas. Sobre su paso por el cuarteto, Galbán apuntó: "Fue la voz que más canciones interpretó como líder del cuarteto, incluso aún conservó una de las grabaciones realizadas en Radio Metropolitana en 1990. Habana fue uno de sus mayores éxitos, donde Ignacio se luce con su privilegiada voz".
“Tenía mucha cubanía, era un excelente bolerista y su estilo callejero y rumbero porque nació y vivió en zonas de rumberos. Poseía una voz de tenor, con interesantes modulaciones que creaban toda una atmósfera "victrolera". Cuando hacía aquellos bajos con su voz en las notas graves, estremecía a las multitudes.
Se trataba de un cantante eminentemente natural, como han sido casi todos los grandes cantantes populares de Cuba. Difícilmente vuelvan a surgir dos cantantes como Ignacio y el Chino Eduardo Elio”, agregó. El Chino falleció el 8 de agosto de 1995 a los 56 años, mientras que Galbán, natural de Gibara Holguín, en julio del 2011 a los 80
Ignacio Elejalde, llamado el falsete, aunque verdaderamente era el tenorino, llegaba con su voz a un registro de “re sobre agudo”, superior incluso al líder de Los Platters, Tony Wilson.
Sus inicios en el arte se remontan a la época en que fue bailarín de una compañía cubana que viajó a Portugal y otras ciudades europeas, de ahí su dominio del idioma portugués, además de cantar magníficamente "Canción de Orfeo", de Luis Bonfa, con una voz privilegiada. Ignacio falleció en 1981 como consecuencia de un infarto.
Lázaro Morúa, hermano del Kike, aseguró que Leoncio es quien enrola a Miguelito para organizar el cuarteto que presentaron al compositor y guitarrista Néstor Milí. El Kike, como solían llamar a Leoncio Morúa, nació en el poblado de Varadero, en Matanzas, donde se encuentra la famosa playa.
Su padre fue médico, pero en su casa se acostumbraba hacer voces, de ahí que haya podido ayudar en el montaje de Los Zafiros. Solía ser muy ritmático y dúctil para cantar el twist, el calypso o la bossa nova, tenía mucho swing y gracia, en pocas palabras era el clásico "tipo chévere". En La Habana antes de ser músico trabajó en el acueducto. En su etapa final de la vida fue atropellado por un ómnibus, y muere postrado en una cama el 7 de febrero de 1983.
Entonces sucedió lo de siempre. Se inició una campaña de desprestigio por parte del régimen Castrista. Les crearon una mala reputación que no se correspondía con la realidad. (incluso drogas). Perdieron todos los contratos y giras por el extranjero.
Un grupo con un estilo genuinamente estadounidense ya no tenía cabida en la «nueva cultura nacional» que promovía aquella dictadura. Llegó el veto, y con el la desaparecieron de la televisión y de la radio. Cayeron en el más absoluto ostracismo, a pesar de seguir trabajando en nuevas canciones.
Desde fuera se seguían solicitando sus actuaciones, en París, Italia, España, pero el régimen no les hacía llegar las ofertas. La lenta decadencia llegó hasta que, en 1975, tiraron la toalla. Han pasado muchos años y todavía este cuarteto de mulatos cantores, la génesis del "Doo Wop isleño", sigue en la memoria musical de la mayoría de todos los cubanos.
Miembros del Grupo
Manuel Galbán ( Guitarrista y Segundo Director Musical).
Eduardo Elio Hernández (El Chino).
Miguel Ángel Cancio Soria (Miguelito- Fundador y Primer Director Musical).
Leoncio Morúa Ruiz (Kike).
Ignacio Elejalde Sánchez.
Oscar Aguirre (De Fontana) (Primer guitarrista y compositor).
Sergio Rivero (El Haitiano ) (Fue sustituto de El Chino por un corto periodo).
Temas como "Ofelia" (Un nombre de mujer) de Guillermo Belén y Benigno Castillo. "Puchunguita ven", de José Robles, "Linda chiquita", de Oscar Aguirre, "Mis sentimientos", del afamado duo Giraldo Piloto y Alberto Vera, "Rumba como quiera", de Rolando Vergara, "Y sabes bien", del propio Leoncio Morua. De los Platters versionaron "Mi oración" de Georges Boulanger y todavía resuena en la memoria el "Hermosa Habana", de Rolando Vergara, entre los mas conocidos exitos.
ZAFIROS. LOS ORÍGENES
Revisando la prensa de la época no encontramos testimonios acerca de la manera en que ellos cuatro se aglutinaron alrededor de la residencia de Néstor Milí, mentor en esa primera etapa. En realidad no eran cantantes profesionales, solamente Miguel Cancio había trabajado en el grupo vocal de Facundo Rivero con el que viajó durante seis meses en 1959 a Venezuela, y además tenía cierto dominio del montaje de voces a partir de su participación en un coro en la Escuela Normal.
Tiempo después, el cuarteto de Rivero se desintegra y Miguelito se pone a trabajar como coreógrafo. Entonces conoce a Leoncio Morúa “Kike”, en el capitalino barrio de Cayo Hueso. Sobre ese encuentro apuntó: “Hicimos amistad y al tiempo después fuimos hasta la casa de Néstor Milí, compositor con experiencia en agrupaciones vocales y musicales.
Entonces aparece milagrosamente Ignacio Elejalde, dueño de una extraordinaria voz falsete, más bien “tenorino”. Ignacio, a su vez, conocía al Chino Eduardo Elio Hernández, un judoka y chapista que no tenía experiencia alguna como cantante, que llegó a los ensayos con el kimono puesto y pelado al cero. Ahí empezó la historia”.
Primeramente el cuarteto se llamó Los Fakires, luego Miguelito, en un bar de la populosa calle Infanta, sugiere ponerle Zafiros por una sortija con esa piedra que tenía puesta. Entonces el compositor Robles Díaz se aparece con el guitarrista Oscar Aguirre y una guitarra eléctrica, de moda por aquellos días. Los primeros ensayos fueron en casa de Milí, y después en casa de Gisela, la hermana de Kike.
Las primeras canciones que montan fueron: "Mi oración", popularizada por George Bourlanger, integrante de "Los Platters" y versionada por Ignacio. También seleccionaron: "Y sabes bien", de Robles Díaz, "Cuando yo la conocí" y "Linda chiquita", de Ocar Aguirre, así como "La caminadora", del propio Milí.
Juntos pudieron hacer algunas grabaciones caseras, que más tarde se escucharon en el bar de Artemio, cito en San José y San Francisco, en el reparto capitalino de Cayo Hueso, en el municipio de Centro Habana.
“De ahí nos fuimos al bar El escondite de Hernando, en la calle Infanta", contó Miguelito. En esos días la figura era el bolerista Lino Borges, y nos dijeron que lo de nosotros no era para aquel lugar. Prácticamente nos echaron”.
Robles Díaz, un entusiasta del cuarteto, contactó con el director del programa "Música y Estrellas" de Manolo Rifat, e hicieron su primera actuación para la televisión. Le siguieron los programas "Desfile de la alegría", con Rosita Fornés, y "El Casino de la Alegría", con el presentador Germán Pinelli.
En todos los casos, los mulatos cantores se presentaron con traje alquilado. Después, con ayuda de un músico llamado Amaranto y el padre de Kike, el doctor Morúa, se instalaron en el cabaret Oasis de Varadero. El grupo arrebató a los espectadores. De ahí pasaron al Cabaret Nacional de Prado, donde los asistentes creyeron que se trataba de un grupo extranjero.
En el "Caribe" del Hotel Habana Libre los escuchó la esposa de Roberto Cantoral (El Reloj, La barca) y casi enloquece al ver a Ignacio Elejalde cantar arrodillado el momento final de la canción "La novia". Sin embargo, el gran momento de Los Zafiros llega con el viaje a París como parte del Music Hall de Cuba, un espectáculo que integraban varias estrellas de la música local.
Juntos pudieron hacer algunas grabaciones caseras, que más tarde se escucharon en el bar de Artemio, cito en San José y San Francisco, en el reparto capitalino de Cayo Hueso, en el municipio de Centro Habana.
“De ahí nos fuimos al bar El escondite de Hernando, en la calle Infanta", contó Miguelito. En esos días la figura era el bolerista Lino Borges, y nos dijeron que lo de nosotros no era para aquel lugar. Prácticamente nos echaron”.
En todos los casos, los mulatos cantores se presentaron con traje alquilado. Después, con ayuda de un músico llamado Amaranto y el padre de Kike, el doctor Morúa, se instalaron en el cabaret Oasis de Varadero. El grupo arrebató a los espectadores. De ahí pasaron al Cabaret Nacional de Prado, donde los asistentes creyeron que se trataba de un grupo extranjero.
En el "Caribe" del Hotel Habana Libre los escuchó la esposa de Roberto Cantoral (El Reloj, La barca) y casi enloquece al ver a Ignacio Elejalde cantar arrodillado el momento final de la canción "La novia". Sin embargo, el gran momento de Los Zafiros llega con el viaje a París como parte del Music Hall de Cuba, un espectáculo que integraban varias estrellas de la música local.
Actuaron en el prestigioso teatro Olympia, y de la delegación cubana fueron los de mayor éxito. Hablamos de estrellas como Elena Burke, Los Papines, la orquesta Aragón e incluso, el insoportable ruido de tambores que se conocía entonces como "El mozambique", del gran Pello el Afrokán y su rubia bailarina.
El guitarrista Oscar Aguirre era buen intérprete, pero no llegó a cantar junto a Los Zafiros porque se marchó a trabajar al exterior. Es entonces cuando el trovador Reinaldo Hierrezuelo propone a Manuel Galbán, repertorista con dominio en el oficio, para acompañar al piano y con la guitarra.
“Me integro a Los Zafiros - contaba Galbán - cuando yo vivía en la calle Campanario 210, esquina a Concordia. Allá fueron a verme y se quedaron complacidos con mi trabajo. El Chino saltó de alegría al saber que ahora podía contar con mi servicio. Me nombraron director del grupo.
Éramos cuatro voces y una guitarra (escaseaban los pianos en centros nocturnos). Yo adecué la guitarra eléctrica para que parecieran dos. En las grabaciones empleamos un grupo acompañante de base ritmática integrado por Tata Güines, Guillermo Barreto y Emilito del Monte”.
Cancio, el único cantante vivo de Los Zafiros, no era solista pero apoyaba muy bien en los backgrounds.
Miguelito, quien ya falleció, colaboró en Cuba con Hugo Cancio Jr en la película Locura azul que fue estrenada en 1997 durante el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en homenaje a esta popular agrupación cubana. En aquel entonces su estreno constituyó un verdadero suceso, a tal punto que cuando los verdaderos Zafiros aparecieron en un kinescopio de la cinta, el público aplaudió frenéticamente.
“En la música viví momentos emocionantes. Estuve en tres ocasiones al borde de la muerte, pero la música me ayudó a traspasar la barrera de los 80", comentaba Galbán en una entrevista. "Con Los Zafiros tuve muchas glorias, en el teatro Olympia de París estremecimos el auditorio, salimos a escena cuatro veces y nos aplaudieron durante varios minutos. Me iré de este mundo satisfecho de haber logrado todos mis sueños”, agregó.
Aunque alrededor de los Zafiros hubo historias no conformadas, dicen que en Francia el promotor norteamericano Berry Gordy, el fundador de Motor City - Motown Record, les ofreció un cheque en blanco para escapar a Estados Unidos, pero no aceptaron. Su respuesta fue, según cuentan: «Pertenecemos a Cuba». Luego lo lamentarían amargamente.
Eduardo Elio Hernández, “El Chino”. Nació en 1939 en el central Tinguaro, del municipio Pedro Betancourt, en la occidental provincia de Matanzas. Sobre su paso por el cuarteto, Galbán apuntó: "Fue la voz que más canciones interpretó como líder del cuarteto, incluso aún conservó una de las grabaciones realizadas en Radio Metropolitana en 1990. Habana fue uno de sus mayores éxitos, donde Ignacio se luce con su privilegiada voz".
“Tenía mucha cubanía, era un excelente bolerista y su estilo callejero y rumbero porque nació y vivió en zonas de rumberos. Poseía una voz de tenor, con interesantes modulaciones que creaban toda una atmósfera "victrolera". Cuando hacía aquellos bajos con su voz en las notas graves, estremecía a las multitudes.
Se trataba de un cantante eminentemente natural, como han sido casi todos los grandes cantantes populares de Cuba. Difícilmente vuelvan a surgir dos cantantes como Ignacio y el Chino Eduardo Elio”, agregó. El Chino falleció el 8 de agosto de 1995 a los 56 años, mientras que Galbán, natural de Gibara Holguín, en julio del 2011 a los 80
Ignacio Elejalde, llamado el falsete, aunque verdaderamente era el tenorino, llegaba con su voz a un registro de “re sobre agudo”, superior incluso al líder de Los Platters, Tony Wilson.
Sus inicios en el arte se remontan a la época en que fue bailarín de una compañía cubana que viajó a Portugal y otras ciudades europeas, de ahí su dominio del idioma portugués, además de cantar magníficamente "Canción de Orfeo", de Luis Bonfa, con una voz privilegiada. Ignacio falleció en 1981 como consecuencia de un infarto.
Lázaro Morúa, hermano del Kike, aseguró que Leoncio es quien enrola a Miguelito para organizar el cuarteto que presentaron al compositor y guitarrista Néstor Milí. El Kike, como solían llamar a Leoncio Morúa, nació en el poblado de Varadero, en Matanzas, donde se encuentra la famosa playa.
Su padre fue médico, pero en su casa se acostumbraba hacer voces, de ahí que haya podido ayudar en el montaje de Los Zafiros. Solía ser muy ritmático y dúctil para cantar el twist, el calypso o la bossa nova, tenía mucho swing y gracia, en pocas palabras era el clásico "tipo chévere". En La Habana antes de ser músico trabajó en el acueducto. En su etapa final de la vida fue atropellado por un ómnibus, y muere postrado en una cama el 7 de febrero de 1983.
Un grupo con un estilo genuinamente estadounidense ya no tenía cabida en la «nueva cultura nacional» que promovía aquella dictadura. Llegó el veto, y con el la desaparecieron de la televisión y de la radio. Cayeron en el más absoluto ostracismo, a pesar de seguir trabajando en nuevas canciones.
Desde fuera se seguían solicitando sus actuaciones, en París, Italia, España, pero el régimen no les hacía llegar las ofertas. La lenta decadencia llegó hasta que, en 1975, tiraron la toalla. Han pasado muchos años y todavía este cuarteto de mulatos cantores, la génesis del "Doo Wop isleño", sigue en la memoria musical de la mayoría de todos los cubanos.
Miembros del Grupo
Manuel Galbán ( Guitarrista y Segundo Director Musical).
Eduardo Elio Hernández (El Chino).
Miguel Ángel Cancio Soria (Miguelito- Fundador y Primer Director Musical).
Leoncio Morúa Ruiz (Kike).
Ignacio Elejalde Sánchez.
Oscar Aguirre (De Fontana) (Primer guitarrista y compositor).
Sergio Rivero (El Haitiano ) (Fue sustituto de El Chino por un corto periodo).
Temas como "Ofelia" (Un nombre de mujer) de Guillermo Belén y Benigno Castillo. "Puchunguita ven", de José Robles, "Linda chiquita", de Oscar Aguirre, "Mis sentimientos", del afamado duo Giraldo Piloto y Alberto Vera, "Rumba como quiera", de Rolando Vergara, "Y sabes bien", del propio Leoncio Morua. De los Platters versionaron "Mi oración" de Georges Boulanger y todavía resuena en la memoria el "Hermosa Habana", de Rolando Vergara, entre los mas conocidos exitos.
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