En artículos anteriores hemos hecho referencia a la faceta terrorista de Flor Loynaz, hija del general dominicano Enrique Loynaz y del Castillo y hermana de la poetiza Dulce María Loynaz. No solo terrorista, fue de las que participó en el asesinato a tiros del ministro machadista Clemente Vázquez Bello, en septiembre de 1932.
De hecho el automóvil europeo de su padre, aún con las huellas de las balas en la parte posterior que impactaron cuando escapaba del atentado, fue escondido allí en aquella vetusta mansión donde años después se filmó la película "Los Sobrevivientes".
Quiero pensar que Gerardo Machado siempre apoyó a las mujeres. No creo que una mujer tan inteligente como lo haya entrevistado. Tampoco que su asistencia a la apertura del segundo congreso nacional de 1925 o la inauguración del Lyceum en 1928 haya sido de puro trámite. Y sin justificar para nada la violencia desatada, ¿qué culpa tuvo Machado que la economía mundial se fuera al carajo, incluyendo al principal comprador de nuestra azúcar, los Estados Unidos?.
Puede que tras haber medido sus fuerzas como organización, violenta o no, por ejemplo aquella tángana del mes de diciembre tras la lamentablemente caída del estudiante Rafael Trejo, al producirse la intención de Machado al acceder a un segundo periodo presidencial.
Desde horas de la mañana los estudiantes comenzaron a reunirse en el Patio de los Laureles de la Universidad de La Habana. Ángela Rodríguez y el futuro doctor y presidente de la república Carlos Prío, y uno de los padres de la violencia en Cuba, dirigían las arengas. Y fíjese que aquí se produce un hecho muy parecido al que protagonizaron los estudiantes tras el tarifazo de ETECSA, cuando se plantearon la huelga y el no asistir a clases.
Entre las que se dirigieron al hospital Calixto García, y que según un cálculo del Diario de la Marina se estimó en dos mil personas, estaban Silvia Shelton, Zoila Mulet, Virginia Pego y Delia Echeverría; Ángela Rodríguez y Sara del Llano; Clara Luz Durán, Silvia Martell, Inés Segura, Calixta Guiteras y Emelia López, entre otras.
El 2 de octubre de 1930, un mar de estudiantes y pueblo acompañó el cuerpo de Trejo desde el barrio de Atarés, donde fue velado, hasta la Necrópolis de Colón, y su entrada se hizo en hombros de cuatro mujeres, Ofelia Domínguez, Ofelia Rodríguez, la abogada Flora Díaz Parrado y una antigua maestra de Trejo.
Dos meses después, el 3 de diciembre, una inmensa bandera Cubana presidió una manifestación en la escalinata de la Universidad de La Habana, y puede que por valor o por ser tácticamente mujeres, eran ellas las que sostenían la bandera y entonaban el Himno Nacional, aun así la policía Machadista arremetió contra todos ellos.
Varias de ellas fueron encarceladas en el Castillo del Príncipe, el Reclusorio Nacional de Mujeres de Guanabacoa o el presidio de Isla de Pinos, entre ellas Rosa Pastora Leclere, Calixta Guiteras Holmes, Bertha Darder, María Lancís, Carmen Castro y Armonía Lípiz. De ellas Clara, Silvia, Sarah, Calixta y Zoila estaban en Cuba cuando Machado cae.
Incluso más...
La portada de ese mes de la revista Carteles, retó a Machado al publicar una sugerente y peligrosa portada, donde se veía un coche descapotable en dirección al pórtico de la necrópolis de Colón pintado con los colores de la bandera y, en su parte trasera, una corona de flores, en franca alusión al entierro de Trejo saltándose la censura. Eso sería impensable en la tiranía Castro-Canelista que reprime a los Cubanos desde hace 66 años.
Y a propósito de esta Tiranía..
Observe lo sectarios que han sido en todos estos años, que no solo han borrado del imaginario cubano lo que pasó en la republica y sus personajes históricos, tambien ha sometido al ostracismo a todas estas mujeres que para algunos fueron peligrosas terroristas, al igual que otras que no lo fueron tanto, Ofelia Schuder o Leopoldina Grau, pero igual lo dieron todo por la libertad de Cuba.
Para estos dogmáticos, fanáticos e intransigentes del PCC castrista, mujeres como Celia Sánchez, Haideé Santamaría, Melba Hernández, Asela de los Santos, Vilma Spin, suplantaron el panteón patriótico ocupado antes por aquellas mambisas y luego por estas féminas de la convulsa década del 30. Le han hecho creer al mundo que el feminismo en Cuba comenzó con la creación de la Federación de Mujeres Cubanas en 1962.
Incluso llegaron a suplantar a patriotas del siglo XIX que hicieron inmensos sacrificios, como Emilia Casanova; la esposa de Cirilo Villaverde, que llegó a reunirse con el presidente de Estados Unidos Mr Ulysses S. Grant por el tema Cuba. Digamos Rita Suárez; Ana Betancourt; Bernarda Toro; Emilia Córdoba; Adela Azcuy; Lucía Íñiguez; Clemencia Gómez; Marta Abreu o el calvario vivido por María de la Luz Noriega, que cayeron igualmente en el más absoluto de los olvidos.

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