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| Jorge Manach Robato. // |
Una de las sinvergüencerías más grandes de Fidel Castro fue arroparse el pensamiento de José Martí para justificar su tiranía, cuando hasta el más iluso conoce los problemas que le trajo al apóstol el tener que lidiar con caudillos militaristas "que pretendían gobernar un país como si fuera un cuartel", analogía que le cita más o menos.
Un país en bancarrota, donde los ingresos de la economía han disminuido drásticamente en los últimos nueve años y lo peor de todo, que marcha a bandazos y sin futuro, razón por la cual más de trescientos sesenta mil de sus ciudadanos se han marchado. Como si fuera poco más de mil opositores, un centenar de mujeres y más de veinte menores de edad, recluidos en sus mazmorras.
En fin, que hay un viejo artículo del entonces senador y biógrafo de José Martí, Jorge Manach, publicado en la revista Bohemia en 1949, que a pesar de los años su vigencia sigue siendo brutal. Se lo dejamos sin más...
--¿Qué pensaría, (Martí) si levantase la cabeza, si pudiese contemplar el espectáculo de esta patria corrompida... Esos (...) gobernantes ineptos, o disolventes, o superficiales o ladrones... Esta politicada de aventureros y negociantes... esos farsantes de virtud que se le titularon herederos para mejor defraudar otra vez la esperanza rediviva de su pueblo y se fueron cargados de millones y cinismo?...
Original: Artículo publicado el treinta de enero de 1949 en la revista Bohemia. Jorge Manach Robato. (Sagua la Grande 1898 - San Juan Puerto Rico 1961). Doctor en Filosofía y letras. Senador por Oriente desde 1940 al 1944, periodo electo del presidente Fulgencio Batista y Zaldívar. Ministro de Estado en 1944. Considerado el biógrafo por excelencia de José Martí.
--¿Qué diría el profesor de ternuras si viese esta violencia rampante y logrera, que una siniestra complicidad pone a cundir por las calles, y ese tesoro de la República desvalijado, y ese Congreso vendido, y esas clases que miran solo a su propio interés de utilidades y jornales?...
--¿Qué diría el Maestro si viese las aulas compradas, el magisterio comodón, analfabeto todavía el campesino,(...) la Universidad distraída de sus tareas grandes por el menester externo, los jóvenes de porvenir estable yéndose a aguar el sentimiento patrio en el Norte, y toda la juventud que se queda en casa, o casi toda, minada por el descreimiento que el descrédito engendra, por la frivolidad que la irresponsabilidad autoriza, por el utilitarismo a que la venalidad da ejemplo?...
--¿Qué diría si viese que nuestra economía, mal afirmada aún en la tierra, está todavía a la merced de guerras y de indulgencias de fuera; que nuestra libertad se parece demasiado al "libertinaje", sin que muchos cubanos puedan aún "pensar y hablar sin hipocresía"; que la ciudadanía, encallecida y apática, se encoge de hombros y no acaba de ver por ninguna parte un hombre de talla creadora?...
--¿Pensaría aún el Maestro que Cuba estaba no más que "sudando su calentura", o, por el contrario, la vería ya enferma hasta la misma entraña?.

