Se puede imaginar usted que una colonia como Cuba, en el siglo XIX, pudiera haber libertad de prensa?.
Pues sí querido lector. El nueve de enero de 1869 España decretó la libertad de imprenta en la Isla, como le llamaban entonces, y fue entonces que un adolescente como José Martí, y su amigo Fermín Valdés Domínguez, se iniciaron en el periodismo libre con la publicación de una revista de cuatro páginas titulada "El Diablo Cojuelo".
Había terminado el periodo del capitán general Francisco de Lersundi y Hormaechea, y tomaba el mando Domingo Dulce Garay, alguien mas a tono con lo que venía sucediendo en España, la revolución septembrina de 1868 que derrocó a su majestad Isabel II, y que la de cuba no coincidió con esta "de casualidad".
"En los tiempos de don Paco ( se refería al capitán general Francisco de Lersundi) era otra cosa. ¿Venía usted del interior, y traía usted una escarapela? —al calabozo! —¿Habló usted y dijo que los insurrectos ganaban o no ganaban?—al calabozo!—¿Antojábasele a usted ir a ver a una prima que tenía en Bayamo?—al calabozo!
Contaba usted tal o cual comentario, cierto episodio de la revolución?—al calabozo! —Y tanta gente había ya en los calabozos, que a seguir así un mes más, hubiera sido la Habana de entonces el Morro de hoy, y la Habana de hoy el Morro de entonces. Puede por esto colegirse lo que por acá queremos a aquel buen señor, de quien dirán las historias que se despedía a la francesa".
El general Dulce Garay fue siempre un firme defensor de la política abolicionista, sus mayores esfuerzos en
estos años se centraron en acabar con la trata
incontrolada de esclavos, de ahí que se ganara la confianza y el respeto de las elites
criollas, así como la enemistad de muchos españoles que lo veían como un peligro, por lo
que finalmente es cesado en 1866.
Sin embargo, cuando Madrid se sacude por el alzamiento de Bayamo en 1868, lo vuelven a enviar a Cuba por ese carácter conciliador precisamente. Y entonces es que sucede algo inconcebible quizás para muchos, Garay decreta una amnistía general para aquellos procesados por
causas políticas, con un plazo de 40 días para que
se presentasen los que se habían alzado en armas.
Finalmente, el 22 de enero, cerraba su batería de
medidas con la publicación del decreto electoral
para que los cubanos pudiesen elegir a sus representantes en las cortes mediante sufragio universal. INCREÍBLE. Y le decimos más, es aquí cuando Carlos Manuel de Céspedes ve en peligro su alzamiento, y comienza a establecer contactos con los Estados Unidos.
Y mientras José Martí y Fermín Valdés Domínguez se quedaban tan panchos escribiendo contra España, hace tan solo unos días, (ya habían sido excarcelados José Daniel Ferrer y Luis Robles y desterrados a Miami y Madrid por ese orden), la organización Prisoners Defenders reportó que en Cuba habían 1.185 presos políticos.
Que además constituía una cifra récord que reflejaba la magnitud de la represión brutal que ejerce la tiranía castrista en la isla. Que sepamos ninguno de esos casi dos mil reos se alzaron en armas ni apelaron al terrorismo callejero, están privados de su libertad por hacer uso de un teléfono, la misma que amparó la pluma de Martí en el 69.
Y bueno el colmo de la brutalidad es el caso de la jovencita Eliane Martín, menor de edad y embarazada, que ha sido reprimida por el simple hecho de estar vinculada a manifestaciones pacífica. El régimen castrista mantiene detrás de las rejas a 125 mujeres, el 11%, casi todas por hacer uso de su libertad de expresión.
Leroy Hernández Escalona, otro menor de 17 años que fue detenido en el contexto de las manifestaciones pacíficas de Puerto Padre, el pasado mes de septiembre. Ambas detenciones constituyen una violación directa de las normas internacionales sobre la protección de menores y evidencia una vez más el uso de la represión y el encarcelamiento arbitrario como herramientas de control político en Cuba.
Maldita Hemeroteca

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