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VIOLENCIA Y RECONCILIACIÓN


Durante el conflicto bélico de 1914, la Primera Guerra Mundial, en Flandes las tropas británicas y alemanas fueron capaces de hacer las paces por veinticuatro horas por el día de Navidad. 

No solo eso, es que intercambiaron regalos, cantaron villancicos y hasta jugaron al fútbol y todo, demostrando un "duelo" de humanidad en lugar de hostilidad. O sea que a solo veinte kilómetros de Francia se celebró una final de la champion y a solo cinco meses de haber comenzado el conflicto bélico. 

Eso demuestra como los pueblos somos arrastrados por la política y, sobre todo, por decisiones de terceros que jamás estuvieron en un campo de batalla ni tuvieron el valor para estarlo. La historia, poco más o menos, cuenta que En vísperas de Navidad, la princesa María, del Reino Unido, y el káiser Alejandro, de Alemania, enviaron a los soldados cartas y regalos de Navidad.

El 24 de diciembre, desde la trinchera alemana comenzaron a cantar Noche de Paz mientras bebían y uno de ellos salió de su tienda y plantó uno de los árboles regalados por el káiser en el suelo. Los soldados del bando aliado lo vieron y entendieron que había llegado el momento de parar aquello.

Sin embargo...

Como mismo germanos y británicos fueron capaces de aparcarlo todo por un sentimiento cristiano, algo impensable en los conflictos de nuestros días, el hombre es capaz de otras decisiones tan estúpidas como temerarias. Como por ejemplo el duelo sostenido entre Salvador Allende y Raúl Rettig. 

¿Sabía usted que en 1952 el que fuera presidente de Chile, entonces senador, y un colega del senado se retaron a duelo?. Aquel fue un envite que tuvo lugar en Santiago de Chile a primera hora de la mañana del 1952. Su contendiente fue el también senador Raúl Rettig, representante del Partido Radical.

Luego de una acalorada discusión en el hemiciclo, ambos políticos acordaron verse las caras en el campo del honor, y con ese objetivo se desplazaron hasta una parcela privada, propiedad de Raúl Jaras, copropietario del diario chileno "La Tercera", quien al mismo tiempo fungió de testigo.

Se escogieron las pistolas como armas; y ambos contendientes se colocaron en posición de disparar. El primero en apretar el gatillo fue Rettig que erró el disparo, sin embargo creyó que había herido de muerte a Allende ya que éste resbaló por culpa del suelo enfangado en el momento justo de disparar, y que por suerte también falló el suyo. Afortunadamente no hubo que lamentar ninguna desgracia.

Y fíjese lo que son las cosas. Luego de salir indemne en un acto que por demás era ilegal, continuaron siendo rivales políticos e incluso dos décadas después, cuando Allende fue proclamado Presidente por la Unidad Popular, le ofreció a Rettig el puesto de embajador en Brasil que este ocupó hasta que se produjo el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, y que dio inicio a la dictadura del general Augusto Pinochet.

Maldita Hemeroteca