sábado, 23 de julio de 2022

El carácter narcisista y vengativo de Fidel Castro, plasmado en aquellas cartas

Las hermanas Castro Ruz y el entonces periodista Cubano Luis Conte Agüero

A propósito de la película "Plantados", cinta del director Lilo Vilaplana que denuncia los crímenes del Castrismo en las cárceles Cubanas, y que fue estrenada hace unos meses en Miami, no sé si conoce que existe un libro titulado, "Cartas del presidio" que contrasta mucho con lo que el film muestra.

En la década de los 50, el periodista y locutor radial cubano, Luis Conte Agüero, reunía, como anticipo a una posible biografía de Fidel Castro, un grupo de misivas que el entonces líder del movimiento 26 de julio, preso en Islas de Pinos por los sucesos del cuartel Moncada, le enviara desde el penal.

En ellas, Fidel Castro se dirigía a este periodista con calificativos como “entrañable amigo” y “querido hermano”, debido a que desde jóvenes fueron grandes amigos. Además de que Agüero fue de los que siempre apoyó la idea pura, no después la prostituida, con la que se forjó la revolución que derrocó al mandatario de facto Fulgencio Batista. Pero veamos un fragmento de una de ellas... 

“Nadie mejor que tú, en la adversidad, ha sabido comprendernos y ayudarnos; y ese mismo afecto mío es el de todos y cada uno de mis compañeros. Eso quiere decir que estaremos indisolublemente unidos cuando salgamos y que desde ahora, y con pleno respaldo nuestro, puedes ir preparando el camino para la tarea a realizar”.

Y sí, efectivamente, con el pasar de los años hasta el triunfo en 1959, en vez del arduo camino que decía, lo que hizo fue repetir la fórmula que llevó a las mazmorras a mas de uno de aquellos Cubanos que, por materializar esta, su idea, lo sacrificó todo y se jugó su pellejo.

En 1960 cuando el periodista empezó a percatarse del giro que daba el nuevo gobierno hacia un sistema Marxista, en una carta pública dirigida al entonces Primer Ministro, Conte Agüero expresó su desacuerdo con la creciente deriva. La respuesta no tardó en llegar. 

A los pocos días le hicieron un acto de repudio al grito de ¡Paredón! ¡Paredón!, que le impidió entrar al estudio de la televisora CMQ. Al día siguiente, en una alocución televisiva, era el propio Fidel Castro quien descalificaba "al otrora entrañable amigo" señalándolo de vanidoso, farsante y mentecato (...)

No solo eso, haciendo un alarde de su conocida homofobia, le llamó "mulata de fuego", en alusión a las célebres bailarinas que bailaban en el cabaret Tropicana. De este miserable acto de repudio, que el pasado 28 de marzo se cumplieron 61 años, Conte Agüero escapó de milagro. Así lo rememoraba en 2018, durante la celebración de su 94 cumpleaños. 

"Cuando Castro me condena a muerte en Cuba y tratan de ejecutarme, primero los ejecutores no tuvieron tal vez el coraje o la convicción, y pude escaparme con mi propia fuerza. Sin embargo el propio Castro fue a la televisión por cuatro horas justificando porque yo tenía que ser fusilado”. 

A modo de resumen, dejaremos un par de pasajes escritos en estas cartas donde desde ya se nota - claramente además - el ideario comunista, intransigente y totalitario de este traidor que se fue de este mundo "de rositas" y que Agüero, en el ocaso de su vida, tuvo al menos la satisfacción de ver su cadáver pasar, como se suele decir.

Carta a Melba Hernández en 1954.
 
--- “No se puede abandonar un minuto la propaganda porque es el alma de toda lucha. Mucha mano izquierda y sonrisa con todo el mundo. Seguir la misma táctica que se siguió en el juicio: defender nuestros puntos de vista sin levantar ronchas. Habrá después tiempo de sobra para aplastar a todas las cucarachas juntas."

--- “Yo no quiero convertirme en un asesino cuando salga de la prisión. ¿Un preso político no tiene honor? ¿Un preso político puede ser ofendido de ese modo? ¿Un preso no puede retar a otra persona a batirse cuando salga de la prisión?”

Este ultimo fragmento pertenece a una de las cartas que fue dirigida a raíz de que un funcionario del gobierno de Batista, al que "curiosamente" llamó afeminado, hubiera despedido del trabajo a su entonces esposa Mirta Díaz Balart. 

Su esposa Mirta Díaz Balart y su hijo Fidelito de visita en la cárcel de Isla de Pinos

Y observe como bien iracundo pondera su condición de "Preso Político", la misma que siempre negó a todos aquellos que, una vez en el poder, envió al presidio por solo pensar diferente y que el director Vilaplana denunció valientemente en su film. 

En cuanto a Mirta, cuando por fin se divorció de este engendro, se fue vivir a España junto a sus dos hermanos, Waldo y Rafael, este ultimo padre de los dos congresistas norteamericanos Lincoln y Mario Diaz Balart. Para entonces se había casado con Emilio Núñez Blanco con el que tuvo dos hijas, Mirta y América Silvia. 

Y, aunque viajó varias veces a la Habana y pasó largas temporadas allí, lo hacía con el único objetivo de estar al lado de hijo Fidelito, al que amaba con locura y por el que tuvo que sufrir su suicidio de 2018. En todo aquel tiempo, - según aseguró la propia Mirta - jamás vio, ni conversó siquiera, con el narcisista de su padre. 

Memorias

Fuentes: Historiador Rafael Rojas / "Historia mínima de la Revolución Cubana" / Museo de la disidencia / Internet.

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