sábado, 10 de septiembre de 2022

LOS PRESENTADOS CUBANOS

Ex mambí Cubano "presentado".

Conoce usted el término usado en el siglo XIX en Cuba, "Presentado". Pues así le llamaban a todos los cubanos que pertenecían al ejército libertador que por uno u otro motivo se desilusionaban de tanta guerra sin resultado y decidían entregarse a las fuerzas Españoles y así salvaban su vida y quedaban exculpados y listos para retornar a sus casas.

Muchos Cubanos que se unieron a las tropas libertadoras lo hicieron sin tener siquiera un mínimo de convicción del porque lo hacían. «la mayoría eran ciudadanos de modesta fortuna, que vivían de su profesión o su trabajo corporal, del cual dependía también la subsistencia de toda su familia», agregó el historiador José Joaquín Ribó que cita la cifra de 18 mil de ellos cifra que ha sido respaldada por la investigadora española María Dolores Domingo (1996) y su homóloga cubana Marilú Uralde Cancio (2011).

El generalísimo Máximo Gómez se vio precisado a decretar una amnistía en este sentido. En un principio cualquier decisión de este tipo era condenada a muerte, sin embargo obligado por las circunstancias, Gómez se vio obligado a readmitir a estos presentados, si en algún momento decidían incorporarse de nuevo a las guerrillas mambisas. 

Tenga en cuenta que, según los historiadores, la máxima fuerza mambisa que se llegó a contabilizar fue de entre 38 mil a 40 mil hombres en su momento álgido. Llegado a este punto, existe una anécdota en la cual se vio envuelto el general Gómez y que él mismo dejó plasmada en sus libretas de campaña. 

El general Roberto Bermúdez López Ramos, posiblemente el mas valiente de todos los mambises de su época, dio muerte de su propia mano a centenares de estos "presentados", aludieron que eran unos cobardes y traidores. El tema fue que esa obsesión por matarlos, incluso cuando estaba dada ya la orden de Gómez de perdonarlos, dio como resultados que fuera ejecutado por un pelotón de fusilamiento que tuvo que ser dirigido por el propio Gómez en persona.

Asesino en toda regla y muy peligroso, Gómez tuvo que engañarlo para atraerlo a su campamento. Le envió la orden de entregarle una misión "muy peligrosa" y, una vez se personó, fue reducido y quedó a la espera de su escarmiento. En una carta que este asesino le escribe al general Mayía Rodríguez antes de morir, acusa a Gómez de querer asesinarlo cuando "la mayoría de los jefes mambises mataban con total impunidad", lo cual no era tan así precisamente.

El problema es que sus métodos de castigo eran atroces y extremadamente sanguinarios, incluso ahorcamientos con alambre de espino. Entre sus víctimas estuvo el propio coronel mambí Cayito Álvarez. A propósito, una de las grandes "cagadas" del general Antonio Maceo fue "la mano suave" que mostró hacia este peligroso sujeto, ascenso incluido, para pagar un favor personal. Bermúdez fue fusilado el 12 de agosto de 1898, un día antes de la rendición de España. 

Toda esta historia fue narrada por Gómez en su diario y certificada por Orestes Ferrara y Marino, un militar, político, diplomático Cubano-Italiano que estuvo presente junto a Gómez en aquel campamento donde se juzgó a Bermúdez, que por cierto, el propio Gómez tuvo que "ponerse duro" a la hora de hacer cumplir la orden ante cierta negativa de los soldados a cumplirla. Bermúdez, aunque era un asesino, por su valentía en el combate contaba con mucho respeto entre la soldadesca criolla. Con los años el doctor Ferrara fue secretario de estado del gobierno presidido del general mambí Gerardo Machado y Morales, en 1932.

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