Breve historia de una frase que se mantiene fresca todavía
Soldados Españoles prisioneros del ejército Norteamericano |
Puerto Rico estuvo por espacio de 400 años bajo la Corona española y, aunque se produjeron distintos alzamientos, todos tuvieron pobres resultados.
No obstante, a finales del siglo XIX, el partido de Práxedes Mateo Sagasta ascendió al poder, tras el asesinato de Antonio Cánovas del Castillo, y el 25 de noviembre de 1897 aprobó una Carta de Autonomía que concedía una soberanía económica y política a la isla. A pesar de ello, la Corona española mantenía el control de los ejércitos, la justicia y los asuntos diplomáticos.
El 25 de julio de 1898, EE.UU. conquistó la isla.
La concesión de autonomía a Puerto Rico buscaba rebajar los ánimos independentistas que Estados Unidos llevaba años alimentando en la isla y en Cuba. Sin embargo, la Carta de Autonomía estuvo poco tiempo en vigor. El 25 de julio de 1898, durante la Guerra hispano-estadounidense, los EE.UU conquistó la isla por medio de una invasión apoyada desde tierra por las tropas rebeldes o mambises.
Estados Unidos llegó a ofrecerle a España la compra, no solo de Puerto Rico, también la de Cuba, pero ante la negativa española se buscó el enfrentamiento, y la explosión del acorazado "Maine", el 15 de febrero de 1898, en el puerto de La Habana, que causó 250 muertos y de la que acusó a España, le sirvió para declararle la guerra el 25 de abril.
Santiago se rindió a los pocos días, el 16 de julio, y menos de dos semanas después España admitió su derrota y solicitó conversaciones de paz que desembocaron en la firma del Tratado de París, el 10 de diciembre. Comenzaba la repatriación.
El gobierno Sagasta habría podido negociar el uso de la flota norteamericana para la repatriación. De hecho, en la firma del mismo Tratado de París acabaron indemnizando a los norteamericanos con 400 millones de dólares (diez veces el déficit público español). Pero los perfiles de aquel gabinete difícilmente no invitaban a nada bueno.
Por ejemplo, en el transcurso del conflicto, el general Ramón Auñón Villalón, ministro de Marina, había acumulado una esperpéntica suma de despropósitos, especialmente en Santiago de Cuba (3 de julio 1898): había ordenado a los barcos de madera españoles abordar los acorazados metálicos norteamericanos. Lo justificó como "una cuestión de honor" que se saldó, por el lado español, con 343 muertos, 151 heridos y 1.889 prisioneros.
A mas de 120 años de aquellos hechos, todavía es común escuchar la frase "Mas se perdió en Cuba", usada para expresar resignación o restar importancia a un problema o contratiempo, que se suele completar con "más se perdió en Cuba y vinieron silbando" o "más se perdió en Cuba y vinieron cantando". Incluso, fue el nombre de un programa de televisión que se emitió la cadena Intereconomía, y que estuvo al aire entre los años 2005 y 2013.