CASOS Y COSAS DE CASA: El country club de la Habana
Finca Lola |
A mediados del verano de 1911, un grupo de socios del American Club, los señores Thrall, Johnson, Lychenheim, Houston, Alleyn y Horter, suscribieron una solicitud al dorso de un sobre usado con la cantidad de $500.00 cada uno, como fondo inicial para la construcción de un campo de golf.
Los señores Horter y Lychenheim visitaron a Frederick Snare y se dirigieron todos a la Playa de Marianao en compañía del Sr. Philip Hammond, Ingeniero Jefe de los Ferrocarriles Unidos de la Habana, y escogieron el lugar que parecía ser el más apropiado para construir la casa club muy cerca de aquella Playa.
Se trataba de la finca "Lola", de 125 acres de terreno, que incluía la playa que finalmente incorporaron al proyecto "Sociedad Anónima Country Club Realty Co". El costo de los terrenos fue de 25 mil pesos en oro, en tanto que el Sr. Frederick Snare pagó la primera de las letras a un valor de 5,000.00.
La primera piedra de este centro fue colocada por el presidente Gerardo Machado el 1 de febrero de 1927, y la construcción estuvo a cargo de la firma Moenck y Quintana. Las cuotas para asociarse eran varias. Para los residentes y los diplomáticos ascendían, al principio, a $72.00, aumentándose a $96.00 en Noviembre de 1918, a $114.00 en 1921 y, por último, a $120.00 en 1922.
Los derechos de los socios no residentes y asociados en general, se elevó de $36.00 a $48.00 en 1921. El primer jugador cubano que obtuvo el Campeonato de Cuba fue Antonio Carrillo, Jr., en 1927, que volvió a ganarlo tres veces más, mientras que el primer cubano que ganó el campeonato del Club fue Guillermo F. de Zaldo, Jr., en 1923.
El record oficial del Club es el del profesional Johnny Farrell hecho en 1926: 34 tiros de salida y 36 de regreso; en total, 70. El record de Amateur fue el de Antonio Carrillo, hijo, en 1930: con 38 de salida y 32 de regreso; en total, 70.
Luego fue construido el Jaimanitas Club, ubicado en parte de los terrenos e instalaciones que actualmente ocupa el Club Habana y el llamado Palacio de Convenciones, ambos situados al oeste de la Habana. El club llegó a contar en 1958 con 3 940 asociados; los extranjeros en la gran mayoría eran estadounidenses.
En el libro de socios se encuentran nombres que van desde la más rancia aristocracia hasta personajes que ocuparon altos puestos en los diferentes gobiernos de la república, entre los que se destacan por ejemplo, Fulgencio Batista Zaldívar, con el número de socio 1018 con categoría de “socio honorario”.