sábado, 22 de octubre de 2022

Jaime Claramunt: El republicano Cubano que se equivocó con Companys

Jaime, con traje a rayas, junto al periodista Manuel de Lasarte, y Luis Companys al centro y con los brazos cruzados

Para nadie es un secreto que muchos catalanes se fueron de Cuba después de la guerra de independencia en 1898 y regresaron a Cataluña muy ricos, pues durante siglos estuvieron vinculados al comercio del tabaco, el azúcar y también, la esclavitud. No olvidar este punto. Grandes negreros en Cuba nacieron en aquella tierra.

Sin embargo para muchos otros la libertad de Cuba era el sueño anhelado en España. Incluso hasta allí (a Cuba) se iban a conspirar para evitar represalias en su país. Estadísticamente está probado que los catalanes fueron los que menos soldados aportaron a España durante la guerra con los Cubanos y, por lo contrario, soñaban que una revolución similar podría hacerse en Cataluña. 

Desde Cuba se gestaron y se financiaron algunos de estos proyectos independentistas. ¡Hasta la bandera cubana copiaron!. Y bueno, llegados a este punto, nos encontramos uno de los diarios mas importantes de Barcelona durante el periodo republicano, "El Diluvio", que se publicó entre 1858 (inicialmente como El Telégrafo) y 1939 lo dirigió el periodista Cubano Jaime Claramunt, que entró en su redacción en 1894 y estuvo al frente entre 1916 y 1938. 
--- Claramunt vivió sus últimos años en Cuba tras la guerra civil y su exilio político. ---
Sus gestores le atribuían una tirada de 150.000 ejemplares y ese dato se recoge en fuentes citadas habitualmente en trabajos académicos. El periódico se definía políticamente como republicano y federalista, e invocaba la figura del presidente de la primera república y anti monárquico Francesc Pi i Margall, (Francisco Pi y Margal) como referente de sus postulados.

Tenga en cuenta que Pi y Margal fue posiblemente el único líder republicano de aquella época que no expresó su apoyo a España durante la guerra en Cuba en 1895, más bien era un entusiasta de la independencia de las colonias e incluso su modelo político de país era el federal de los Estados Unidos, aunque no sabemos si igual de demócrata.

Sin embargo aquel periódico no era un diario de partido, sino de empresa, la de la familia Lasarte, vinculada a su fundación en 1858 con el nombre de El Telégrafo. De hecho, el cambio de nombre de este rotativo se produjo en numerosas ocasiones desde su fundación hasta 1879, en que adopta su definitiva cabecera.

La causa no era otra que los problemas con la justicia, que a menudo sentenciaba la suspensión de la publicación. Los editores entonces recurrían al ardid de cambiar la cabecera y continuar saliendo a la calle. El Principado, La Imprenta, Crónica de Cataluña o El Látigo, fueron algunos otros nombres utilizados.

Al estallar la guerra civil española, el diario se posiciona sin dudarlo y el 25 de julio publica a toda plana el titular “No pasarán”, que se convirtió en el lema del bando republicano durante la contienda. La familia propietaria permaneció en Barcelona durante todo el conflicto,  y la dirección siguió en manos del cubano Jaime hasta 1938. 

Portada de "El Diluvio" de 1930

La victoria Franquista obligó a muchos de estos republicanos a emigrar hacia Francia, entre ellos Claramunt. Sus textos en "El Diluvio" son totalmente desconocidos, casi como su propia figura. Sin embargo, se hallan perfectamente conservados en el Archivo Nacional de Cuba.

Fueron a parar allí porque Claramunt colaboró asiduamente con el ministerio de Educación cubano y tenía un programa en la radio cubana que se llamó “Recuerdos de un viejo reportero”. Fue a finales de la década de los 40 y probablemente ese trabajo sirvió para que recibiera unos ingresos del gobierno cubano cuando ya era un anciano de 80 años. 
---Claramunt, que había nacido en Guanabacoa en 1870, murió en la Habana en 1950---. 
Se supone que su inclinación hacia el separatismo e izquierdismo catalán se debió a su posición contra España en el conflicto independentista Cubano. Se le señala como un nacionalista, que desde su llegada a la ciudad de Barcelona defendió esa causa precisamente.

Lo hizo en la clandestinidad, como corresponsal del diario "La republique Cubaine" que dirigía en París Ramón Betances. Ello le valió el ingreso en prisión, donde trabó amistad con activistas locales contrarios al sistema colonial de Cuba. Tras este periodo convulso, Claramunt continuó con su pluma la defensa de la causa cubana.

Entre 1910 y 1916 dirigió la revista Cuba en Europa, que tenía por objetivo el fomento de las relaciones económicas entre Cuba republicana y el viejo continente. La revista contaba con el amparo del consulado cubano en Barcelona y la aportación de importantes empresarios con intereses en la isla. 

Este diario, y en especial el cubano Claramunt, fue de los que hizo campaña para que Luis Companys, considerado hoy por no poca prensa Española como un asesino, asumiera la presidencia autonómica de Cataluña. Esta claro que el cubano no sabía en ese momento quien era en realidad este señor, al que por cierto se le señala como responsable de la muerte de más de 8 mil personas.

Esta claro que no le conocía, puesto que en uno de los artículos suyos publicados en ese diario, plantea que Companys era el único de los integrantes de "Está Catalá" en ese momento que podría suceder a Maciá, puesto que de todos era el menos "exaltado exclusivista, de mente estrecha y demasiado apegada al odio de Cataluña hacia España". 

La violencia acompañó a Luis Companys toda su vida, y muy especialmente al estallar la Guerra Civil. Luis Companys, además de diputado y ministro de Marina durante unos meses, durante la Segunda República, fue presidente de la Generalidad desde diciembre de 1933 hasta el golpe de Estado de octubre de 1934, y desde febrero de 1936 hasta el final de la guerra civil.

El 24 de julio de 1936, mediante un decreto presidencial, creó el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, que asesinó a millares de catalanes. Los cálculos varían de 8.000 a 9.000 asesinatos, entre cuyas victimas había un buen número de periodistas, que trabajaban en medios tan diversos como El Correo, Avui, Terra Ferma, El Matí, Diario de Lérida, La Cruz, Agencia Fabra, El Semanario Católico, El Correo de Lérida, Diario de Comercio de Barcelona, El Correo de Tortosa, el Correo Catalán o el Semanario Católico.

Los estudiosos, además de los periodistas, ofrecen los datos de otros sectores de la sociedad catalana, que fueron víctimas del genocidio de Luis Companys. Entre estas víctimas se cuentan: 16 poetas, 51 funcionarios del Ayuntamiento de Barcelona, 31 nobles, 16 socios del Barça, 199 militares y hasta 99 miembros del propio partido de Luis Companys, Ezquerra Republicana.

Así debió haber sido la sorpresa, al ver que con el tiempo su candidato muriera fusilado en los fosos de Montjuic. En este mismo artículo radial, recogido en Cuba en 1940 y que se encontraba prácticamente olvidado pero vuelto a emitirse por la emisora estatal CMZ1, Jaime se hace él mismo el "harakiri" y confiesa que con Companys se había equivocado. 

"El entonces pajarito, que era como le llamaban a Companys por lo "inquieto, voluble y fácilmente impresionable de su niñez" (cito textualmente) en realidad era un mujeriego que fue capaz de presentarse como de costumbre a la pensión donde vivía de soltero, y olvidarse que ese mismo día se había casado y que tenía a una esposa esperándole en casa.  

(...) Tales condiciones de carácter tenían forzosamente que transparentarse en la personalidad política de Luis Companys, la falta por completo de relieve, a no ser por su ardiente republicanismo de toda la vida". 

Por cierto esta CMZ1, "La voz de la Democracia", utilizada por Claramunt para radiar sus artículos, fue una emisora situada en el campamento militar de Columbia y que, gracias al presidente Fulgencio Batista, ese que en España llaman perfectamente vocalizado "dictador" por el golpe de 1952, y que en cambio se les traba la lengua cuando se trata del tirano Fidel Castro y su panda de delincuentes en el poder, la incluyó en su programa de emisoras estatales dedicadas a enriquecer el conocimiento del estudiantado en las escuelas cívicas y militares creadas para chicos con poco nivel económico e hijos de soldados, como por ejemplo el instituto cívico militar de Ceiba del Agua en la Habana, hoy transformado en Escuela inter armas (cadetes) Antonio Maceo.

Fuente: Los catalanes han digitalizado toda aquella literatura antigua, de manera que artículos de "El Diluvio" se pueden consultar aquí en este link: http://www.bnc.cat/digital/arca de donde tomamos información. 

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