Historias no confesables de aquella Habana
¿Sabías para quien trabajó el pelotero cubano del Almendares Sungo Cabrera? o que Castrista era muy amigo de la famosa bailarina de Tropicana, "la China Villamil"?. ¿Sabías de lo que era capaz la gente en el casino de Tropicana?.
Igual nos quedamos sorprendidos de la otra "profesión" del fallecido pianista Bebo Valdés, el padre de Chucho y ex director del Irakere, en sus "ratos libres". Lo "robamos" de un compendio de anécdotas personales vividas por familiares, amigos, periodistas, artistas y conocidos que, de una forma u otra, estuvieron vinculados con aquella farándula que hacía temblar a la Habana antes del 1959, en especial la que asistía al emblemático cabaret Tropicana.
Algunos son de muy buena tinta, como los narrados por Naty Revuelta, la amante de Fidel Castro y madre de la hija rebelde del dictador, Alina Fernández, o la periodista y escritora Cubana Rosa Lowinger, autora del libro "Tropicana Night: The Life and Times of the Legendary Cuban club", obviamente de obligada referencia.
Algunos son de muy buena tinta, como los narrados por Naty Revuelta, la amante de Fidel Castro y madre de la hija rebelde del dictador, Alina Fernández, o la periodista y escritora Cubana Rosa Lowinger, autora del libro "Tropicana Night: The Life and Times of the Legendary Cuban club", obviamente de obligada referencia.
Rosa Lowinger, ganadora de múltiples premios, es además curadora y conservadora de arte que ha escrito varios artículos sobre la cultura, el arte moderno y la arquitectura Cubana. Se la considera una experta en viajes culturales a Cuba, centrados en la vida nocturna de los años 50 de la década del XX. De ella, precisamente, es que reproducimos los siguientes fragmentos que esperamos disfrutes.
El arquitecto Max Borges Recio regresó a Cuba graduado de la Harvard Graduate School of Design y construyó un par de edificios, entre ellos el club náutico de la Habana. Luego Martín Fox, el dueño de Tropicana, lo contrató para diseñar su propia casa en La Habana; la que fue una de los primeras construcciones de Cuba que intentó unir el estilo colonial con el modernismo internacional. Cuando llegó el momento de construir en Tropicana el salón conocido como "Arcos de Cristal", Martín volvió a contratarlo.
Esta vez lo único que le pidió fue que no cortara ningún árbol, ya que Arcos de Cristal estaba construido de tal manera que los árboles crecían en su interior. Aquel salón estaba compuesto de seis arcos de hormigón, que como cintas se elevan hacia el cielo en una parabólica que se volvía cada vez más pequeña a medida que se extendía hacia el escenario principal, y entre esas bóvedas de hormigón se ubicaban las ventanas de vidrio asimétricas.
El clima tropical de Cuba se prestaba perfectamente a la experimentación, y lo que Borges logró fue disipar la ilusión del espacio interior. Todo el espacio se lee como si estuvieras fuera. Martín Fox, un campesino increíble, un tipo rudo, un jugador, era el responsable no solo del edificio modernista más importante de Cuba, si no del Caribe. Arcos de Cristal costó una fortuna para ese tiempo y el presupuesto siguió disparándose. (Borges y su familia se exiliaron en 1959)
"Un rumor que escuché, seguía contando Rosa Lowringer, fue que como pago por las deudas contraídas el príncipe Aly Khan se presentó en Tropicana del brazo de la actriz Rita Hayworth, y jugó en el casino toda la noche. Cualquier celebridad que llegara a La Habana se dirigía directamente a Tropicana. Incluso la hija del generalísimo Franco, María del Carmen Franco y Polo, lo visitó una noche".
---Algunas de las coristas se casaron con industriales adinerados, y luego quisieron transformarse en mujeres de clase y de alta sociedad. ---
A Brando le encantaba tocar la batería, así que trató de comprar la que estaba usando la orquesta de Tropicana pero el baterista se negó: "Es que la estoy usando", le dijo. Los bailarines se volvían locos al ver a Brando en el público y ese día, una vez finalizado el espectáculo, se fueron con Sandra Taylor y Berta Rosen, dos de las coristas más esculturales, para explorar los clubes "underground".
Escuché que primero tendría sexo con un artista en el escenario y luego invitaría a una mujer del público. Para evitar daños se envolvía una toalla alrededor de la base de su pene y así calculaba hasta dónde podía llegar con la penetración. Esa noche Brando quiso conocerlo, fueron presentados y Brando dejó a las dos coristas y se fue con Superman**.
Para los mafiosos, Cuba era un sueño hecho realidad, un lugar para operar legalmente, sin preguntas, siempre y cuando Batista y sus secuaces recibieran lo suyo. Los mafiosos les pagaron generosamente, comenzando con un soborno de $ 250,000 por cada licencia de juego, que oficialmente costaba solamente $ 25,000.
Según Ofelia, la esposa de Martín, cuando Santo Trafficante le dejaba un mensaje telefónico él decía: Dile que llamó El Solitario. Santo iba a Tropicana con frecuencia, pero rara vez se veía a Lansky que se mantuvo con un perfil bajo, e incluso vestía de manera conservadora. Su única extravagancia era un llamativo anillo en el dedo meñique que llevaban también sus hombres.
Marta Castillo / El show de Tropicana |
El clima tropical de Cuba se prestaba perfectamente a la experimentación, y lo que Borges logró fue disipar la ilusión del espacio interior. Todo el espacio se lee como si estuvieras fuera. Martín Fox, un campesino increíble, un tipo rudo, un jugador, era el responsable no solo del edificio modernista más importante de Cuba, si no del Caribe. Arcos de Cristal costó una fortuna para ese tiempo y el presupuesto siguió disparándose. (Borges y su familia se exiliaron en 1959)
---Algunas de las coristas se casaron con industriales adinerados, y luego quisieron transformarse en mujeres de clase y de alta sociedad. ---
Cuba es un país super sexual, pero el tema de la prostitución era un poco complicado. "El padre de Chucho Valdés, Bebo, el gran pianista y arreglista de Tropicana en los años 50, solía ser abordado por turistas para que les buscara prostitutas. Los estadounidenses del sur solo querían chicas negras, me dijo Bebo una vez. Y luego estaba Pepe, un gay estafador que también trabajaba en Tropicana".
En Arcos de Cristal todos los programas eran exagerados. El coreógrafo Roderico Neyra, alias Rodney, estaba loco y le dejaban salirse con la suya porque era brillante y atraía tantísima gente. Un vez para un espectáculo se le ocurrió llenar Arcos de Cristal con hielo y crear una pista de patinaje.
Modelo y bailarina de Tropicana Clarita Castillo |
En Arcos de Cristal todos los programas eran exagerados. El coreógrafo Roderico Neyra, alias Rodney, estaba loco y le dejaban salirse con la suya porque era brillante y atraía tantísima gente. Un vez para un espectáculo se le ocurrió llenar Arcos de Cristal con hielo y crear una pista de patinaje.
Por otro lado se podía ver a una diosas de la carne como la bailarina Clarita Castillo, bañándose dentro de una copa repleta de champan. Además se traían leones y elefantes al escenario, y una vez las coristas entraron en un zepelín.
Rodney había contraído la lepra a una edad muy temprana, y cuando llegó a Tropicana ya se había convertido en un cascarrabias, mal hablado y a la vez gracioso, capaz de llamar a sus bailarinas guajiras, putas y todo tipo de insultos, aunque lo hacía con cariño. Las coristas lo entendían y lo amaron. Se trataba de un hombre que en sus primeros días tuvo que ser rescatado, una y otra vez, después de que la policía lo llevara al leprosorio local.
En aquellos días ir a La Habana era como ir a los Hamptons en Long Island. A principios de 1956, Marlon Brando se fue a Cuba de improviso. En el vuelo se topó con Gary Cooper, que se dirigía la Habana a visitar a Ernest Hemingway en su finca en las afueras de la capital.
En aquellos días ir a La Habana era como ir a los Hamptons en Long Island. A principios de 1956, Marlon Brando se fue a Cuba de improviso. En el vuelo se topó con Gary Cooper, que se dirigía la Habana a visitar a Ernest Hemingway en su finca en las afueras de la capital.
Brando pasaba el rato allí con la estrella del béisbol cubana Sungo Carrera, (Clemente Carrera que jugó en las ligas negras de EEUU entre los años 30 y 40). Sungo, que había trabajado una vez como guardaespaldas de Lucky Luciano, esa vez acompañó a Brando.
El escritor Cabrera Infante y Marlon Brandon |
A Brando le encantaba tocar la batería, así que trató de comprar la que estaba usando la orquesta de Tropicana pero el baterista se negó: "Es que la estoy usando", le dijo. Los bailarines se volvían locos al ver a Brando en el público y ese día, una vez finalizado el espectáculo, se fueron con Sandra Taylor y Berta Rosen, dos de las coristas más esculturales, para explorar los clubes "underground".
Por supuesto con Sungo Carrera vigilándolas y el entonces crítico de cine el jovencito Guillermo Cabrera Infante como guía. La noche en cuestión, Marlon Brando entró en el club Shanghai con las dos coristas, Cabrera Infante y Sungo Carrera. El Shanghai presentaba espectáculos de sexo en vivo con un hombre conocido como Superman. Era famoso por tener un pene erecto de 17 pulgadas. (45 centímetros).
En una entrevista en Vulture, el célebre músico Quincy Jones aseguró que Brandon era el "hijo de puta" mas agradable que había conocido, pero que en cuestiones de sexo era capaz de follarse un buzón. Por otro lado el sitio sensacionalista TMZ, aseguró que Brandon era gay y que, en días de bajón, por sus predios pasaron supuestamente desde Richard Pryor, Marvin Gaye, James Deam o James Baldwin.
Tropicana era el único casino-cabaret de propiedad cubana, en una ciudad donde todos los casinos eran propiedad o estaban dirigidos por miembros de la mafia. Eso no quiere decir que Martín Fox no tuviera tratos con ellos. De hecho el gerente de créditos de Tropicana era uno de los muchachos de Meyer Lansky.
Tropicana era el único casino-cabaret de propiedad cubana, en una ciudad donde todos los casinos eran propiedad o estaban dirigidos por miembros de la mafia. Eso no quiere decir que Martín Fox no tuviera tratos con ellos. De hecho el gerente de créditos de Tropicana era uno de los muchachos de Meyer Lansky.
Martín era un jugador brillante en ese sentido: trabajaba en ambos extremos, daba una pieza tanto a Lansky como a Trafficante, sobornaba a la policía, mientras que mantenía la maquinaria de la familia Batista bien engrasada con dinero en efectivo.
Para los mafiosos, Cuba era un sueño hecho realidad, un lugar para operar legalmente, sin preguntas, siempre y cuando Batista y sus secuaces recibieran lo suyo. Los mafiosos les pagaron generosamente, comenzando con un soborno de $ 250,000 por cada licencia de juego, que oficialmente costaba solamente $ 25,000.
Según Ofelia, la esposa de Martín, cuando Santo Trafficante le dejaba un mensaje telefónico él decía: Dile que llamó El Solitario. Santo iba a Tropicana con frecuencia, pero rara vez se veía a Lansky que se mantuvo con un perfil bajo, e incluso vestía de manera conservadora. Su única extravagancia era un llamativo anillo en el dedo meñique que llevaban también sus hombres.
Al centro, el nieto de José Martí, el actor de Hollywood César Romero, hijo de María Mantilla. |
En los Estados Unidos Lansky fue considerado un criminal por el Comité Kefauver, (Special Committee on Organized Crime in Interstate Commerce) en cambio en Cuba era un empleado del gobierno, contratado por Batista para limpiar la corrupción del juego. A mediados de los años 50, la mafia estaba haciendo planes para Cuba aún mayores, entre ellos convertir la Isla de los Pinos, al sur de La Habana, en el Montecarlo caribeño.
Hoy, aunque nos duela, hay que admitir que situaciones como estas, de corrupción, mafia, crimen y decadencia, fueron factores que también alimentaron la desgracia que llegó después en 1959. Negar que la reputación de la isla estaba tocada por esta lacra sería negar algo innegable. Cuando alguien se refiere a Cuba en los términos “prostíbulo del Caribe”, hay que agachar la cabeza.
Desgraciadamente el cambio que se suponía acabaría con toda aquella depravación, lo que hizo fue disparar hacia todas las capas sociales prácticamente. El sexo por necesidad se hizo - y sigue siendo - el pan nuestro de cada día. Hoy mucha gente que va a la Habana por diversas razones como estudios, sanidad, diversión o asuntos familiares, van a por ello. Incluso hasta estos últimos.
Hoy, aunque nos duela, hay que admitir que situaciones como estas, de corrupción, mafia, crimen y decadencia, fueron factores que también alimentaron la desgracia que llegó después en 1959. Negar que la reputación de la isla estaba tocada por esta lacra sería negar algo innegable. Cuando alguien se refiere a Cuba en los términos “prostíbulo del Caribe”, hay que agachar la cabeza.
Desgraciadamente el cambio que se suponía acabaría con toda aquella depravación, lo que hizo fue disparar hacia todas las capas sociales prácticamente. El sexo por necesidad se hizo - y sigue siendo - el pan nuestro de cada día. Hoy mucha gente que va a la Habana por diversas razones como estudios, sanidad, diversión o asuntos familiares, van a por ello. Incluso hasta estos últimos.
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