sábado, 1 de abril de 2023

Monagas y los criminales de Cuba


José Trujillo y Monagas fue un emigrante Canario (De Gran Canaria) que su familia se estableció, primero en Republica Dominicana y luego en Cuba. Fue practicante de medicina en un hospital en Dominicana y una vez trasladado a Cuba, ejerció como médico, policía y abogado.

Ante todo seria bueno conocer un dato, y es que este señor fue el abuelo paterno del que con los años se convertiría en una de los dictadores mas sanguinarios del Caribe, el general Rafael Leónidas Trujillo, mas conocido como el "Benefactor", "El Jefe" o "El Chapitas" por la cantidad de medallas y abalorios que lucía en su traje militar. Trujillo murió ametrallado en una emboscada en 1961. 

Regresamos a Monagas... 

Este señor, aparte de la medicina y la abogacía, su mayor pasión fue la policía. De hecho se convirtió en uno de agentes mas efectivos de la historia de Cuba, y se dice que en su etapa de policía limpió la Habana de todo tipo de maleantes. 

Tenía un archivo personal que fue recopilando durante su etapa como agente, donde tenía archivado a los criminales más peligrosos en esos años en Cuba. Con ellos hizo un libro, "Los criminales de Cuba", que terminó convirtiéndose en un referente de la policía en la isla en el siglo XIX y principios del XX. 

Entre esos delincuentes están los famosos falsificadores gallegos, Luis Gregorio y Alonso, cabecillas de una banda de falsificadores que en 1874 tenía a policía "patas arriba" hasta que en 1880 Trujillo Monagas "se puso de lleno para ellos". 

---"Ricardo Aguabella:  cumplió treinta días de prisión en 1872 por hallarse en una reunión cantando y bailando al estilo de los ñáñigos". Así reza uno de sus reportes.---

Fue tan efectivo su trabajo, que metió en chirona a toda la banda tras seguirles la pista por medio mundo. "Desde hacía mucho tiempo se les venía vigilando", dijo a la prensa el sagaz policía "Canarión" (Coloquial a los que son de Gran Canaria). 

Los contantes viajes al extranjero del gallego Luis Gregorio había levantado las sospechas de Monagas, que incluso consiguió rodearlo de confidentes. En uno de los registros efectuados en casa de Gregorio, encontró una llave que lo llevó a un "almacén" de su propiedad. 

Resultó que la llave correspondía a la casa No 19 de la calle "El Cristo", y allí encontraron material para fabricar papel para sellos y efectos timbrados del Estado por valor de 36.000 pesos, así como mas de 700 mil pesos falsos. La prensa cubana cubrió con entusiasmo la desarticulación de esta banda. 

Según un articulo aparecido en "La Correspondencia de Cuba", los agentes encontraron planchas para imprimir sellos postales, papel judicial para patentes de sanidad y así "hasta 22 falsificaciones distintas para timbrados de Hacienda". 

"La Voz de Cuba", por su parte, señalaba que "Desde hacía tiempo la baja que había experimentado la venta de efectos timbrados en esta capital llamaba poderosamente la atención; lo cual daba lugar a cálculos y suposiciones sospechosas". 

Por aquellos años la jefatura de la policía se ubicaba en la calle Chacón, esquina a Monserrate, y dicen que Monagas conocía perfectamente un nido de conspiradores contra España entre las calles Monserrate y Peña Pobre, sin embargo nunca los denunció. Quizás por su condición de Canario y tal, en fin, tampoco vamos a meternos en un terreno del cual no conocemos. 

Sin embargo, no es secreto para nadie que territorios españoles con tradición independentista, como Canarias y Cataluña por ejemplo, no fueron de los mas entusiastas con la Corona en cuanto a la independencia de Cuba se refiere. Basta decir que 4 Canarios alcanzaron altos grados en el ejército libertador Cubano, llegando incluso uno a mayor general.

Imágenes de los tantos criminales que Monagas describe en su obra, lo mismo datos personales que el delito supuestamente cometido.

El famoso periodista matancero y destacado escritor de comedias del teatro Vernáculo, Federico Villoch Vázquez, aseguró que el libro "Los criminales de Cuba" trajo muchos problemas, ya que varios de los "delincuentes que allí aparecen" luego se convirtieron en "personajes importantes de la sociedad habanera".

Tal es así, que en 1902, en una Cuba convertida ya en república, mas de uno "quiso cobrarle cuentas pendientes". El propio jefe de la policía en esos años, el general del ejercito libertador Mario García Menocal, se vio obligado a tomar medidas para evitar males mayores llamando al orden. 

Vea como describía Monagas a los ñáñigos de la época

"Los carabalíes Apapá son los verdaderos ñáñigos y los primeros que han venido a este país procedentes de África. En este juego, de 25 hombres, que no quiere decir que no sean mas, van vistiendo el traje usado por los ñáñigos. 

No creen en dios si no en malos genios o brujería. Piden aguinaldos por la calle vestidos como en África, y ese nombre los negros criollos lo han adoptado después que se constituyeron en una sociedad particular, porque su verdadero nombre en carabalí es ñanguitua."

Su composición va desde el jefe primero o Isue, el segundo Illamba, el tercero Mecongo, el cuarto Insunecue hasta Abanicue, que son los que no cuentan con plaza entre los 25. También existe un juego de blancos que se hacen llamar Ocobios que fue fundado en la Calzada de San Lázaro, número 115, entre la Calzada de Galiano y San Nicolás, del cual fue padrino el juego de color llamado Bacocó, del segundo distrito". 
 
Como ven, el hombre se lo tomaba en serio y hacía muy bien sus deberes. En fin que "Los criminales de Cuba" es un interesante libro que esta disponible en internet en formato PDF, donde se aborda además la trayectoria de este Canario graduado de derecho en la universidad de la Habana, que como si fuera poco fue poeta y médico, aunque la policía que fue la mayor de sus pasiones. 

---Cuando en 1879 era juez de primera instancia publicó en Madrid "Cánticos de un Canario", un conjunto de setenta y tres poemas escritos entre 1861 y 1879 entre Las Palmas, Tenerife, Madrid, Sevilla y Cuba.---

Monagas fue un policía que quiso pasar a la posteridad a través de una activa campaña de promoción pública de su labor, consciente de la trascendencia de la propaganda de sus éxitos policiales en la sociedad cubana de la segunda mitad del siglo XIX. 

El escritor Canario José Antonio Pérez Carrión, que desde 1865 formaba parte de la redacción del periódico "La Prensa de La Habana" dirigido por Gil Gelpi y Ferro, fue quien daría a la luz en 1881 su primera irrupción bibliográfica donde condensaba la labor profesional de Monagas. Al año siguiente un empleado suyo, Carlos Urrutia, editaría la obra como tal en la imprenta de Fidel Giró en Barcelona

UN AZOTE DE LOS ÑAÑIGOS CUBANOS 

La historia de los ñáñigos, sus prácticas y su lenguaje, puede ser considerado una obra nacida del genio policial de este canario, lo que se puede comprobar en la medida que se van leyendo los informes represivos contra este sector de la población Habanera, en especial en su quinta y sexta épocas o capítulos. En ellos expone sus servicios como inspector de policía de primera clase del tercer distrito; y como segundo jefe de policía de la provincia de La Habana. 

José Trujillo Monagas

En estos capítulos se publican -íntegramente- los resultados de su introducción en la sociedad secreta, los que constituyen por sí solos una obra capital para el conocimiento de las actividades de los ñáñigos al ser considerado como el primer estudio sistemático sobre esta sociedad secreta cubana. 

En "Los Criminales de Cuba" se encuentra la historia de todos y cada uno de los criminales apresados, incluso su foto. También se exponen los casos de los desertores del ejército, los cimarrones, los prófugos y las detenciones de índole menor. Se culmina con una estadística numérica y la catalogación de los delitos, clasificándose por provincias y razas 

Por ejemplo... 

"En 10 de julio de 1881 auxiliado Trujillo por los empleados del tercer distrito, vigilantes, parejas de Orden Público y guardias municipales, sorprendió in fraganti, en la calle del Blanco, sótano de la casa número 4 a la bajada de la playa del norte una reunión de ñáñigos, compuesta de los individuos citados arriba, en momentos de estar prestando juramento los que ingresaban en la corporación, ocupándoles tres gallos vivos y todos los atributos y utensilios que servían para aquella ceremonia. 

Fueron conducidos al vivac y allí comisionó Trujillo al celador auxiliar para que formase las diligencias sumarias que el caso requería, y con las cuales dio cuenta al juzgado de Monserrate, poniendo los presos a su disposición, unos en la cárcel y otros en cuarteles de los institutos a que pertenecían.

En el mes de noviembre fueron puestos en libertad, pero sujetos al procedimiento que actualmente se encuentra próximo a su fallo. Algunos de los procesados tienen antecedentes sumamente desfavorables y vamos a reseñar, aunque a la ligera, los que por de pronto tenemos presentes y son los que siguen":  (Aquí se detallan los nombres y sus delitos )

Su labor policial fue objeto de crítica por el periodista republicano y federal Niceto Solá y Freixas, quien después de pasar una temporada en la cárcel resurgió como un periodista comprometido con la abolición de la esclavitud, la descentralización, el antimilitarismo y los derechos sindicales. 

"En el libro no aparece Trujillo Monagas porque él no podía prenderse a sí mismo", así se burlaba Solá del policía en sus periódicos, craso error cometido contra un abogado, ya que fue obligado a pagar 433 pesos en oro por los gastos de tramitación de su expediente.

Su capacidad de penetración en la conducta y hábitos del común de la sociedad, y especialmente del hampa, le dio una considerable fama en La Habana en las últimas décadas del colonialismo español, una repercusión social que supo explotar y de las que dio cumplida cuenta en su obra. 

Fuente: "Los Criminales de Cuba" / PDF Universidad de la Laguna / Manuel Hernández González. 

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