lunes, 10 de abril de 2023

El Nautilus en la Habana: Con España estábamos mejor

El Nautilus se convirtió en la primera nave en visitar Cuba después de la guerra de 1898.

En el año 1908 los habaneros salieron a recibir la corbeta "Nautilus" cuando atracaba en la bahía de la Habana, y lo hicieron dando vivas a España y gritando ¡Con España estábamos mejor!. Se podía pensar que fue una claque preparada o en su lugar españoles emigrantes, que ya para ese año vivían por miles en la isla. Sin embargo no fue así pues resultó un recibimiento realmente multitudinario. 

En 1886 el gobierno español adquirió en Inglaterra, a un costo de $12.000, el clipper “Carrik Castle”, construido en Glasgow veinte años antes, con el fin de utilizarlo para instrucción de los guardiamarinas y demás clases de la armada. La nave, rebautizada como Nautilus, viajó de Londres a Cádiz con un cargamento de material para las defensas submarinas de España. 

-En este viaje a Cuba la fragata traía una dotación de 200 marinos  y su capitán, Salvador Moreno, nombró como guarda mariana honoraria a la señora Fefita Romero, madrina de la rondalla "Juventud Ferrolana de la Habana".-

No era la primera vez, ya ese barco había estado en cuba en 1891. En este caso había salido del Ferrol, en Galicia, un 13 de enero en un largo viaje que le llevó a recalar en Cádiz 16 días después, llegando a la Habana el 1 de junio luego de hacer varias escalas en Cabo Verde, la Guaira en Venezuela, todo un homenaje a las que hiciera unos años antes el almirante Cervera cuando la guerra con los EEUU, regresando a Galicia el 5 de octubre de 1895.

A su llegada a la Habana a las 13:30 se efectuaron las salvas de ordenanza, siendo respondidas por las baterías del Morro, izándose en el pico la bandera cubana por primera vez en un buque de guerra español. Acompañaron a la Nautilus un incontable número de remolcadores, vaporcitos y pequeños botes, que intentaban así homenajear a sus hermanos españoles.

Desde tierra, un malecón abarrotado daba la bienvenida al buque de guerra español. El programa de estancia en puerto fue muy apretado, debido al número de actos de homenaje preparados para la dotación. De hecho, se tuvo que ampliar la estancia en puerto en dos días más para poder cumplimentar todos los homenajes.

El Nautilus saliendo de la rada habanera el 24 de junio de 1908 y luego de 14 días en Cuba.

La Nautilus tomó la boya del gobierno para tomar práctico, embarcando el capitán del puerto, que informó al comandante del nacimiento del Príncipe de Asturias, brindándose por el neonato y por la prosperidad de Cuba y España.

Se atracó al buque el remolcador cubano Vicenta Salgado, embarcando los presidentes del Casino Español y demás sociedades regionales españolas, los miembros de la Comisión Oficial de Festejos del Centro de Dependiente del Comercio, representantes de la Sociedad Económica de Amigos del País y de la prensa cubana, autoridades norteamericanas en nombre del Gobierno interventor y un buen número de españoles ávidos de pisar el suelo patrio.

Fueron 14 días los que estuvo anclado en la Habana, con lo cual se podrá imaginar la de actos y homenajes que se hicieron, pero a grandes rasgos diremos que esa misma noche hubo una cena ofrecida al comandante del buque en el restaurante El Louvre.

Este banquete estuvo presidido por el presidente del Casino Español, Francisco Gamba, a la que asistieron, entre otros, el embajador de España en Cuba, Ramón Gaytán de Ayala y Manuel Otaduy, representante de la Compañía Trasatlántica Española y presidente de la Comisión de Festejos, tras la cual se unieron en el Casino los oficiales y guardiamarinas de la corbeta para ver la iluminación de la ciudad.

Este acto estuvo presidido por el representante del Gobierno interventor norteamericano y los presidentes de los centros Asturiano, Gallego, Catalán y del Casino Español. El sábado 27 la colonia española ofreció un banquete en el Teatro Nacional a la oficialidad y guardiamarinas de la corbeta, al término del cual se celebró una fiesta en los salones de la Sociedad del Vedado.

El segundo día por la tarde comenzaron las visitas... ¿Saben quienes fueron de los primeros en visitarla, pues una comisión de Veteranos de la Independencia, integrada por los Generales Emilio Núñez, Fernando Freyre de Andrade y José de Jesús Monteagudo, así como los Coroneles Andrés Hernández y José D’Estrampes, el Comandante Manuel Secades y el Capitán Ignacio Weber, los que brindaron un cordial saludo a los marinos españoles y les manifestaron los generosos sentimientos de amistad.

Fue tanta gente la que quería visitarla, que en la mañana del martes 7 el Nautilus atracó en el Muelle de la Machina, auxiliada por un remolcador de la Compañía Trasatlántica Española, con objeto de ser pudiera ser visitada por todo el que lo deseara. Por la noche se iluminó la silueta del buque, llegando las visitas hasta la medianoche. Las autoridades de la Habana calcularon en más de 200.000 las personas que intentaron visitar la corbeta.

El domingo 28 fue un gran día de fiestas y emociones para los marinos de la Nautilus. Por la mañana se hizo entrega de la bandera con las armas de Castilla y León, que dedicaron a la corbeta visitante las alumnas de la Escuela “Concepción Arenal”, del Centro Gallego, y recibida por el Comandante Moreno Eliza. De inmediato se procedió a izar la bandera en la proa del buque, a los acordes de la Marcha Real ejecutada por la rondalla de la Juventud Ferrolana.

En la noche tuvo lugar una comida en el elegante Hotel Trotcha, sito en la calle Calzada y 2 en el Vedado, ofrecida por el dueño, el catalán Ventura Trotcha Fornaguera y sus familiares a un grupo de guardiamarinas, mientras el Comandante, la oficialidad y el resto de los guardiamarinas se fueron al "Diario de la Marina", invitados por su director Nicolás Rivero.

Incluso, más allá de las formalidades, se formó la "comezón cubana". En la noche del noveno día, a los marinos de la Nautilus se les ofreció un banquete al aire libre a base de comida criolla auspiciado por el Comité del Partido Liberal y los comerciantes, propietarios y vecinos del barrio Chávez.

Sin embargo, si hubo un acto por parte de esta dotación que acaparó la admiración, el favor y el respeto del pueblo habanero, fue cuando en la mañana del sábado 4 el Comandante, y un grupo de oficiales, concurrieron a la Necrópolis de Colón a visitar la tumba del Generalísimo Máximo Gómez.

Otra vista de la llegada del Nautilus a la bahía Habanera

No solo eso, también visitaron la del General de brigada Bernabé Boza Sánchez, el primer alcalde que tuvo "Santa María del Rosario", en la Habana republicana. No fue casualidad esta visita, porque este general, que fue jefe del estado mayor de Máximo Gómez, fue de los pocos mambises que estuvieron siempre a distancia de la ayuda de los Estados Unidos, demostrando con ello un fuerte nacionalismo. 

Luego pasaron al mausoleo de los Bomberos, donde recibieron, por parte del jefe de ese cuerpo una detallada descripción del brutal incendio de la ferretería Isasi ocurrido el 17 de mayo de 1890 y por último, visitaron el mausoleo que guarda los restos de los ocho Estudiantes de Medicina fusilados en 1871.

El día 9 de julio, a la 1 y 55 de la tarde tocaba despedida. La corbeta el Nautilus largó amarras y puso rumbo al canal de entrada de la bahía de La Habana, auxiliada por el mismo remolcador que la acompañó en la entrada y escoltada por cientos de buques y pequeños botes que despidieron a la corbeta de la misma manera que la habían recibido, con todas las calles y castillos de la bahía repletas de gentes deseosas de decir adiós a una parte de España.

Fuentes: Tarjetas postales de Cuba museo // "La corbeta Nautilus en la Habana". Dr en ciencias Juan Escrigas Rodríguez.

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