Matías Vega Alemán y los conceptos de traición
Foto real de la caballería mambisa |
Conocida como la “Campaña de la Reforma” en 1897, y durante 16 meses, el ejército español fue incapaz de causar bajas importantes al ejército libertador Cubano.
Los historiadores no se creen todavía como fue posible que unos modestos mambises engañaran tan hábilmente a un ejercito tan experimentado como el Español, haciéndoles creer que llevarían a cabo una gran invasión cuando la realidad era estaban tan debilitados y tan mal pertrechados, que ni siquiera podían planteárselo. Alguien con una mente privilegiada empezó a enviar cartas con la velada intención de que fueran interceptadas y que sirvieron de engaño.
De hecho él no fue militar de carrera del ejército Español en ningún momento, y desde el mismo instante en que su familia emigró a Cuba y se asentaron en la finca «El Ranchito», en el término municipal de Jiguaní, se incorporó muy jovencito al primer levantamiento en armas de Bayamo en 1868.
Como dato adicional les diremos que este "Canarión" (Así llaman a los de Gran Canaria) peleó junto al General José Lacret y Morlot y perteneció a las fuerzas subordinadas directamente al Presidente Carlos Manuel de Céspedes y al Mayor General Vicente García. Al termino de esta guerra, y con los grados de Coronel, se desmovilizó a raíz de la firma de la paz de Zanjón.
El ejército español se "tragó el anzuelo de la invasión". El general Mallorquín Valeriano Weyler reunió a una gran parte de su ejército con la intención de impedirlo y debilitando así otras ciudades que igual eran sitios importantes, lo que aprovecharon los cubanos para emboscar y masacrar a 25.000 de ellos y a un costo de solo 108 mambises muertos.
¿El autor de esta increíble treta?, el generalísimo Máximo Gómez Báez. Hace unos días publicamos un post acerca de algunos generales Cubanos que, de alguna u otra forma, había traicionado a secas.
Y en relación a Gómez, con respecto a su etapa de voluntario español en concreto, un lector cubano, algo molesto a juzgar por lo que escribió, nos recriminaba el hecho de que el palmero Matías Vega Alemán (La Palma, Islas Canarias, 24 de febrero de 1841 - Santiago de Cuba, 24 de junio de 1906), perteneciera a una división del ejército libertador Cubano, constituía un acto de traición a su país también, pero que sin embargo no lo mencionamos como tal.
Vamos a ver, es que por esa regla de tres el mundo estaría lleno de traidores. Le explicamos que en nuestra opinión se encontraba en un error histórico, pues en el caso de Vega Alemán lo que hizo fue dar un paso hacia lo que él entendió en ese momento era el lado correcto de su particular historia, pero que sepamos no dejó un ejercito para incorporarse al otro.
Alemán |
Así que, su historia no tiene nada que ver con lo que este lector nos dice. El hecho de que haya decidido situarse del lado de los que combatían a su país, no lo sitúa como un traidor en ningún momento. Lo que posiblemente no sepa esta lector, es que muchos canarios, y en aquellos años más, se consideraban un país invadido por España. Tenga en cuenta que un vuelo de avión desde Madrid a Tenerife supera las dos horas.
Por el contrario sí lo fueron - como explicamos en el anterior trabajo y con sus matices por supuesto - el coronel Juan Hall Figueredo, el brigadier Juan Masó Parra, los generales de brigada Manuel Agramonte Porro, Jaime Santiesteban Garcini, Marcos García Castro y Juan Bautista Spotorno que de presidente de la república en armas llegó a abrazar la causa autonomista. Algunas de esas "traiciones" podrían ser hasta discutibles, por eso es que decimos "matices"
Distinto incluso a la historia del mayor general tinerfeño Manuel Suárez Delgado, que sí había sido teniente del ejercito español graduado en la escuela militar de Toledo y que del lado mambí alcanzó los grados de mayor general, que muchos de los héroes Cubanos no pudieron alcanzar.
Repetimos de nuevo, por esa regla de tres fueron 473 españoles, y de ellos 158 canarios, los que podrían ser considerados como traidores. Sí lo fue, y sin ninguna duda, el generalísimo Máximo Gómez o sus paisanos de Baní, mayor general Luis Marcano y su tío, el también general Modesto Díaz, que habían integrado el ejercito Español en la guerra dominicana, pero de ninguna forma Matías Vega Alemán.
Luego de intervenir unos meses en la fracasada guerra chiquita, vuelve a batir el cobre cuando el 15 de marzo de 1895 se incorpora a la llamada "guerra necesaria", junto a José Martí y Antonio Maceo, y después como jefe de la brigada de Sagua-Mayarí, bajo las órdenes del hermano José Maceo. En esta guerra ganó los grados de General de Brigada, que le fueron otorgados el 22 de julio de 1895, y los de General de División el 13 de agosto del año siguiente.
Terminada la guerra, participó en la política y trabajó como comerciante. Fue fundador del Partido Moderado y trabajó en la construcción del ferrocarril central, donde empleó a muchos veteranos del Ejército Libertador. Posteriormente se dedicó a la minería, hasta que falleció en Santiago de Cuba el 24 de junio de 1905.
Maldita Hemeroteca