sábado, 20 de julio de 2024

CALIDAD Y CORAZÓN: No van siempre de la mano.


El beisbol se niega a morir. Fíjese que se lo digo yo que llevo 24 años viviendo en España, y aun así no lo cambio ni por una final de un mundial de futbol. Me sigue gustando como el primer día. No obstante, soy de la opinión que si no ha muerto es porque en EEUU, país con más de 330 millones de habitantes, sigue siendo una de sus pasiones deportivas.

Las MLB han hecho lo posible por mejorar el show, hacerlo más atractivo, como nuevas reglas, nuevos uniformes y muy coloridos, actividades colaterales, y en los últimos tiempos han comenzado a instalarle unos micrófonos a los jugadores en el terreno, para desde cabina conversar con ellos en pleno partido. Hay veces que se lo colocan a un tercera base a la defensa, e incluso cuando el que está bateando es un derecho. No les importa, no es la primera vez que en plena charla son sorprendidos por un batazo. En fin, que todo sea por el espectáculo.

Además, son tiempos en que la "social media" se va imponiendo cada vez más por encima de la televisión. Total, resulta que durante una de estas charlas - micrófono al campo - con el jardinero izquierdo de los Padres, Fernando Tatis Jr, un amigo mío Canario me dijo lo siguiente: "Mira para eso, con lo mal que hablan el español y que bien se expresa en inglés". Lo que no sabía este amigo, y después se lo expliqué, es que Tatis tiene de Dominicano lo mismo que tengo yo de Español.

Sin embargo algunos medios de ese país les acreditan la ciudadanía habiendo nacido en los Estados Unidos, y formarse allí como peloteros, como son los casos de Alex Rodriguez y Ronnie Belliard, ambos nacidos en New York, e incluso Alberto Pujols que debutó en grandes ligas en el 2001, desde 7 años antes ya vivía en los Estados Unidos.

Y si nos vamos a los activos veremos entonces que Vladimir Guerrero Jr, primera base de los Azulejos del Toronto, nació en Montreal Canadá, ciudad del equipo donde militaba su padre, mientras que la estrella del San Diego Padres, Manny Machado, vino al mundo en Miami y que por cierto, es cuñado del retirado inicialista cubano Yonder Alonso. Y así le podríamos citar a cientos de ellos.

Otros, en cambio, aunque sí nacieron en Quisqueya desde chicos fueron captados por las decenas de fabricas que las mayores tienen allí instaladas, y donde parten posteriormente a completar su instrucción. Es por eso que algunos medios en español se dan golpes en el pecho asegurando que los dominicanos son los mejores. No lo sé, pero fíjese que al arrancar esta temporada, habían cien peloteros de ese país, casi el 29% de un total de 950.

Entre los que han bajado y subido desde ligas menores, puede que haya alrededor de 250 peloteros que nacieron en el extranjero. Venezuela arrancó el año como el segundo con 58, mientras que Cuba - a pesar de los pesares - era tercero con 18 y a aún así contaba con uno más que Puerto Rico y 4 más que Canadá que tienen la vía libre.

Y es aquí donde yo quería llegar.

Si hablamos de cantidad, no deberíamos asociarlo con la calidad necesariamente. No cabe duda que si Dominicana es un país donde el beisbol es el deporte nacional, y a la vez la vía más rápida para salir de la pobreza, es normal que esas academias americanas se encuentren abarrotadas de muchachos. Algunos buenos saldrán, digo yo, y entre esos un par estrellas serán.

Le digo más, uno de los programas de formación que tienen en Dominicana es el D.S.L. - Dominican Summer League - que no es otra cosa que una liga de verano para novatos que funciona allí desde 1985, y donde cada año se celebra un torneo de donde salen captados los mejores novatos hacia Estados Unidos. De ahí pasan a integrar la pirámide minorista de los diferentes clubes de las grandes ligas, hasta llegar a sus rósters según sean sus habilidades.

Quiero que sepa que en estas academias de Boca Chica o Santo Domingo, están presentes los treinta clubes de Estados Unidos, con lo cual es fácil pensar que a esos muchachos no le falta de nada, vaya es como si una familia pobre de ese país se sacara la lotería. Incluso, no se aún si están funcionando todavía, pero hace unos años leí que hasta clubes de la liga profesional japonesa habían instalado allí sus academias.

Ahora bien...

Las Grandes Ligas han celebrado seis clásicos mundiales de beisbol, en cambio Dominicana, aun con esas ventajas y concentración de fuerza, solo han podido ganar la versión del 2013, donde vencieron en la final a Puerto Rico 3 carreras a 0. Dígase que en ese clásico los astros se les alinearon, porque si ellos consiguieron vencer a los EEUU; más increíble aun fue que Puerto Rico haya dejado en el camino a un rival muy superior como Japón, ya me dirá usted si no estaba para ellos. Fuera de ese, nada más han podido hacer.

Por el contrario, es que hasta un país europeo como Holanda, les tiene la baja cogida poco mas o menos. En la versión del 2017 terminaron en noveno puesto, y en el ultimo - marzo del 2023 - su actuación volvió a ser decepcionante, al caer dos veces frente a Puerto Rico y a pesar de contar con una constelación de estrellas.

Me pregunto: ¿Será que calidad no está relacionado directamente con tirar de bandera a la hora buena, o que el mismo desarraigo que sufre el muchacho hace que les reste corazón?. El beisbol es una fábrica en Dominicana sí, lo vemos todos los años en su campeonato invernal donde el dinero y los comerciales priman por sobre todas las cosas, pero que tal si ese desarrollo no se note después en el terreno cuando hay que defender los colores del país. Si no es así, ¿qué es lo que pasa entonces?. Ahí están las estadísticas.

Vayámonos un poco atrás en el tiempo.

Las series del Caribe dieron inicio en 1948 cuando quedó conformada la Federación con los países de Venezuela, Cuba, Puerto Rico, Panamá, y un año después se celebró el primer campeonato en la Habana, que fue ganado por el club local "Alacranes del Almendares", dirigidos por Fermín Guerra, 6-0 en calidad de invicto.

El dominio Cubano en esos primeros once torneos fue casi absoluto; y cuando llegó Fidel Castro al poder y la federación Cubana se auto distanció del área, el torneo se fue a la quiebra por espacio de diez años. Fue entonces que aparecieron los Dominicanos en la escena en 1970 y se apoderaron del cotorro, cuando el evento renació en Caracas Venezuela. Antes ni se conocían, es que ni participaban siquiera.

Hoy, en cambio, muestran orgullosos, y no es para menos, 22 títulos de Serie del Caribe que ya quisieran los demás países, y aun así, en 2015, que la federación Cubana fue invitada por caridad y después de una ausencia de 55 años, el Vegueros de Pinar del Río - de Alfonso Urquiola - se alzó con el título. ¿Qué hubiera pasado con ese dominio quisqueyano si la federación de Cuba no se hubiera visto obligada a claudicar por el mayor destructor que hubo en la isla?. Imposible de responder.

De momento hay que seguir soportando, no ya lo deportivo, si no el activismo patriótico de medios como ESPN en Español que bombardean la internet con los logros de sus muchachos, que no es mentira, porque hoy son los dominicanos los que llevan la batuta en esa pelota, donde los norteamericanos han pasado prácticamente a un segundo plano. Como dice el dicho, al que dios se lo dio San M.L.B. se lo bendiga. Eso sí, lo repito y no pienso discutirlo con nadie, a la hora buena a los dominicanos les falla la patata.


Por Jorge García
Maldita Hemeroteca

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