jueves, 1 de agosto de 2024

Conozca al que fue el mayor tabaquero que hubo en Cuba.

Chalet de Concha Heres en Oviedo, antes de ser derribado

Para hablar de tabaco en el siglo XIX y principios del XX en Cuba, hay que saber de que se habla. El tabaco era un producto que era objeto de atención prioritaria en la administración y política colonial, ya que se había convertido en una de las principales fuentes de ingresos en las rentas hispanas. 

Desde la última década del siglo XVIII la insipiente industria se enfrenta al empuje de la producción azucarera, y aunque el cultivo del tabaco se vería desplazado de los espacios rurales que venía ocupando, con la abolición del estanco en 1817 se produce la explosión productiva. Entonces los chinchales adquirieron una nueva proyección al legalizarse la manufacturación tabacalera en la isla. 

Uno de los hombres fuertes en este rubro fue Manuel Valle y Fernández, un asturiano natural de San Tirso, en Candamo, que nació en 1838 y muy joven "marchose*" a Cuba. La emigración de este concejo Asturiano ha sido una constante en la historia, haciéndose palpable y patente cuando hablamos de apellidos tan importantes en la historia del tabaco como los Valle, los Muria o los Menéndez, naturales todos de esta zona de Candamo, en el norte de España. 

Ellos lograrían triunfar en Cuba creando y controlando importantes fábricas de tabaco, cuyos productos alcanzarían fama y prestigio mundial. Por ejemplo Manuel Valle llegó a Cuba muy joven, con apenas 14 años, y enseguida aprendió el oficio de tabaquero en la fábrica "La Caoba" situada en la esquina entre las calles "Dragones y Lealtad".

Fue operario, y luego capataz, en la prestigiosa fábrica "El Águila de Oro", propiedad del famoso Gustavo Bock. Tras años de intenso trabajo, logra triunfar como industrial tabaquero, llegando a ser uno de los más acaudalados e influyentes capitalistas de La Habana.

VIDA MILITAR Y POLITICA

En 1885 ingresa siendo muy joven en las filas de los leales defensores del sentimiento español, alistándose como voluntario en el 2º batallón de Cazadores de la Habana donde llegó al grado de coronel. Fue miembro del Partido Unión Constitucional y directivo del Partido Reformista.

Además fue vice presidente del Diario de La Marina, y presidente del Círculo Militar, Cámara de Comercio, Unión de Fabricantes de Tabaco Centro Asturiano de la Habana y Casino Español de la Habana. Fungió además como vice presidente de la Diputación Provincial, fue honrado dos veces como la orden "Benemérito de la Patria" y cuatro con la de "Caballero de la orden del Mérito Militar".

Manuel Valle y Fernández presidente del centro Asturiano de la Habana y artífice de la construcción de la quinta Covadonga en la misma ciudad

Por el año 1860, Cuba había conquistado el mundo con la incuestionable calidad de su tabaco. Fue ese mismo año, a la temprana edad de 22, cuando Manuel Valle Fernández deja su puesto en "El Águila de Oro" y funda en compañía de Casimiro Suárez, marca de tabacos que sería posteriormente una de las más importantes fábricas de la Isla, "La Flor de Cuba".

A principios de 1880 abre su taller principal en Calle Virtudes nº 96 y Manrique. Más tarde se trasladará a la calle Galiano, No 102. Registró también otras importantes marcas anexas que utilizó para la exportación. Si bien "La Flor de Cuba" fue su primera fábrica y siempre su marca principal, también adquirió la ya acreditada "La Flor de Murias".

El 19 de abril de 1896, en una de las mejores fincas de La Habana propiedad de Leonor Herrera, hermana del Conde de la Mortera, se pone la primera piedra de la que sería la futura "Casa de Salud Covadonga", siendo el padrino el General Weyler y la madrina Concepción Heras, su mujer, en calidad de esposa del presidente. 

El castrismo lo expropió y lo "rebautizó" como Salvador Allende, el presidente izquierdista Chileno muerto en el golpe de estado de 1973, pero el pueblo Cubano,  aun a día de hoy, le sigue llamando "La Covadonga" que por cierto y lo voy a decir así sin más... DA ASCO COMO ESTÁ 

Al poco tiempo cae enfermo de una grave afección cardíaca y decide regresar a España con su mujer, pero antes dona el suficiente dinero para que se terminara la construcción la "Quinta Covadonga" del Cerro. Desgraciadamente no vería su inauguración oficial, ya que el 21 de noviembre de 1896 fallecía en París, Francia, donde había acudido en busca de consejo médico.

Inmediatamente después de la muerte de su esposo, Concepción Heres, a la que llamaban Concha, toma el mando de las empresas de Manuel Valle como su heredera legal. Deja los negocios de Cuba administrados por su hermano Casimiro y regresa a España, instalándose en la villa de Grado, donde adquiere una casa solariega en la calle Marquesa de la Vega de Anzo donde residió con su madre, también viuda. (Y el redactor de este post también al salir de Cuba)

Un pasado histórico de Oviedo que ya no existe

El 24 de septiembre de 1899, Concepción Heres traspasa la propiedad a favor de "La Havana Comercial Co". perdiendo en ese momento su condición de fábrica independiente al vincularse a los poderosos grupos de presión ingleses y norteamericanos que adquirieron importantes fábricas, resistiéndose un destacado grupo de tabaqueros que no se dejaron comprar (los llamados independientes).

A principios de 1900 traslada su residencia a Oviedo intentando olvidar su tristeza y comenzando una activa vida en la sociedad ovetense. Allí conocerá al que será su segundo marido, Luis Menéndez de Luarca y Secades. Fallece en Madrid el 2 de junio de 1943. Sus restos descansan junto a los de su primer esposo, Manuel Valle, en en un panteón en el cementerio de Grado, construido en la década de 1920 por el arquitecto Anselmo Arenillas.


En 1932, la empresa cubana TABACALERA CUBANA S. A. que había rescatado muchas de estas fábricas en poder de los grandes trusts, principalmente los norteamericanos, se hace cargo de la fábrica hasta que en 1960 se nacionaliza por el régimen comunista de Fidel Castro.

El material litografiado para sus marcas en forma de anillas (vitolas) fue encargado a los mejores talleres litográficos de la época, siendo realmente una joya y un máximo exponente de la sensibilidad artística de este eminente asturiano. Manuel Valle Fernández hacía sus encargos a litógrafos asturianos, principalmente a Manuel García, cuyo taller estaba situado en la calle de San Nicolás, No 124, en La Habana. 

La historia, al menos física, de esta familia llegó al fin cuando en 1978 el propietario de un terreno en Oviedo, donde se encontraba enclavado el palacete de la familia y que su última propietaria había sido Concha Heres, llegó a su fin al ser demolido para que el banco de España fabricara en esa área dos torres de apartamentos.

En apenas 9 días no quedaba ni rastro de aquella edificación, de aquella joya arquitectónica e histórica que el ayuntamiento de Oviedo permitió destruir y que databa de finales del siglo XIX en la zona de Villazón, entre las calles Urías y el campo San Francisco. Había sido obra del arquitecto Laguardia Ceinos sufragada por el "indiano"* Anselmo González del Valle. No perdonaron ni que por esos días se habían iniciado trámites para declararlo monumento histórico-artístico.

*Marchóse: Forma arcaica de conjugar el verbo en tercera persona, pero que sigue siendo muy usado actualmente en Asturias.

*Indiano: Se le llamaba así a los emigrantes que regresaban muy ricos desde Cuba y América en general.

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