domingo, 1 de septiembre de 2024

Carlos Enríquez

El 3 de agosto de 1900 nació el pintor Carlos Enríquez, considerado uno de los artistas de la Primera Vanguardia Cubana. De cualidades naturales, estudió en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania, aunque al poco tiempo regresó a Cuba.

Su infancia transcurre en su pueblo natal, donde su padre ejerce como médico. Cursa estudios secundarios en La Habana. En 1920 es enviado a Filadelfia para realizar estudios de comercio y al término de estos, recibe clases irregulares de pintura en un curso de verano en Pennsylvania, donde conoce a Alice Neel, con quien se casa y viaja a Cuba en 1925. En La Habana se incorpora, con otros jóvenes artistas, a la incipiente lucha por el arte moderno en Cuba.

Colabora en la Revista de Avance y tiene una participación destacada en la Exposición de Arte Nuevo. De 1927 a 1930 reside en Nueva York, aunque sigue colaborando activamente con la mencionada publicación.

Después de un breve tránsito por La Habana – en donde expone dibujos escandalosos en el bufete del historiador de la Habana, Don Emilio Roig de Leuchsenring –viaja a Europa, donde permanece hasta 1933, residiendo mayormente en Francia y España, aunque también realizó visitas a Italia e Inglaterra. Durante esa etapa en el viejo continente realizó exposiciones personales en Oviedo, España, en 1930, y en Madrid tres años después.

A principios de 1934 regresa a Cuba y prepara una exhibición de su obra europea en el Liceo de La Habana, suspendida la noche misma de su inauguración y reabierta al público en el bufete de Roig antes mencionado. Desde 1939 se instaló en una casa taller bautizada como "El Hurón Azul", ubicada en los suburbios de La Habana, donde vivió hasta su muerte y que luego se convirtió en museo.

Eva en el baño.
En 1935 publica “El criollismo y su interpretación plástica”, en que define su nueva orientación pictórica, que al año siguiente denomina “romancero guajiro”. 

Hace pinturas murales, entre las que se destaca La Invasión, 1937, en la escuela “José Miguel Gómez” de La Habana. Ilustra numerosos libros, entre ellos El terror en Cuba, Canto del Caribe de Alberto Riera, El son entero y Elegía a Jesús Menéndez de Nicolás Guillén. Además, escribe tres novelas: Tilín García, La vuelta de Chencho y La Feria de Guaicanama.

En el Hurón Azul mantuvo una relación tormentosa con la francesa Eva Frejaville, un antiguo amor de Alejo Carpentier, que se vino con el escritor desde Francia en 1932. De ese conflicto continuo sacó ventaja Cynthia Carleton, una lesbiana inglesa que asistía a las reuniones del Hurón acompañada por el estilista Renée. Aparentemente, Carlos disfrutaba de los lances eróticos entre Eva y Cynthia sin imaginarse que más allá de la pasión, entre las dos mujeres crecía una íntima ternura.

La fuga de Eva con Cynthia fulminó al artista, quien no halló consuelo ni siquiera con Germaine y su hermana, dos lindas mulatas haitianas provenientes de una familia adinerada, que se enamoraron al unísono de la bohemia y la fogosidad de Carlos» (nota anónima / Hernán Loyola).

El pintor fallece el 2 de mayo de 1957; y fue encontrado por la sirvienta sentado en su sillón, con la radio encendida y parecía dormido. La pérdida prematura, atribuida por muchos a las consecuencias de una vida bohemia y los excesos de alcohol privó a la plástica cubana de un excepcional y creativo trabajador del arte, para muchos el mejor pintor cubano de todos los tiempos, de los principales intérpretes del paisaje cubano y retratista excelente que legó una visión muy peculiar de cuanto lo rodeaba.

Entre sus obras plásticas más notorias, están la Virgen del Cobre, de 1932, Bilitis, 1935, Desnudos, de 1934, Combate y Pasaje Criollo, de 1941 y 1943  respectivamente, el retrato de María Luisa Gómez Mena, Caballos de 1954, Jinete Mambí, de 1957, el año de su fallecimiento, Las Tetas de la guajira, de 1930, y quizás la más famosa o difundida de todas, El rapto de las mulatas, de 1938.
 

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