viernes, 20 de septiembre de 2024

La casa de beneficencia de la Habana.


La Real Sociedad Económica y Patriótica de Amigos del País de La Habana, influyó notablemente en el ánimo de los distinguidos habaneros, marqueses de Cárdenas de Monte Hermoso, y de Casa Peñalver, condesa de San Juan de Jaruco y del ilustre Obispo don Luis de Peñalver y Cárdenas (parientes todos), para que llevaran a cabo el establecimiento de la Casa de Beneficencia.

El 17 de marzo de 1792, estos señores, miembros de las más antiguas y nobles familias del país, solicitaron fundar a sus expensas este filantrópico establecimiento, el cual existe floreciente en la actualidad admirablemente administrado, para beneficio de los niños abandonados y para orgullo de nuestra República. 

Fue el general mambí y presidente cubano, Mario García Menocal, quien la dotó de recursos durante la república y, en 1914, la convirtió en una institución amparada por el estado.

Para construir el edificio del asilo, el generoso obispo de Peñalver comenzó por comprar varios solares situados frente a la desaparecida caleta de San Lázaro, iniciando al mismo tiempo la primera suscripción con una fuerte suma que dio a la naciente institución, y la cual fue seguida por otras fuertes donaciones hechas por la condesa de San Juan de Jaruco, marqueses de Arcos, Cárdenas de Monte Hermoso, Casa Peñalver, Real Socorro, Jústiz de Santa Ana y Villalta, y por don Mateo Pedroso y Florencia, regidor perpetuo y alcalde ordinario de La Habana. 

Aspecto de la casa materna a finales del siglo XIX

En otras suscripciones que se llevaron a cabo más tarde, también aparecen en una larga relación, los primeros nombres de la Isla.

También contribuyó notablemente a la fundación de la Casa de Beneficencia, el capitán general vasco Luis de las Casas y Aragorri, que a la sazón gobernaba la isla y desempeñaba también al mismo tiempo el cargo de presidente de la Real Sociedad Patriótica del Habana. El general Casas encargó la construcción del edificio a don Francisco Wambitelli, comandante de Ingenieros de la Plaza, pudiendo inaugurarse el asilo el 8 de diciembre de 1794.

Como se desconocía la procedencia de aquellos niños cuando llegaban a la Casa Cuna carecían de apellido, de manera que fray Gerónimo Valdés decidió darles el suyo. Desde entonces todos aquellos niños desamparados se apellidaban Valdés.

A fines de 1823, la situación económica de la Casa de Beneficencia se había agravado considerablemente, pues sus pequeños ingresos no le permitían sufragar los gastos que ocasionaban los numerosos huérfanos que habían ingresado en el asilo.

Dándose cuenta el capitán general Francisco Dionisio Vives, de la triste situación en que se encontraba este establecimiento, que ya anunciaba cerrar sus puertas, organizó una rápida recolecta popular y creó un impuesto de un real de plata fuerte sobre cada barril de harina que se introdujese en el mercado. Con estos auxilios y con una consignación que estableció en cada sorteo ordinario de la lotería, pudo el asilo pagar sus deudas y continuar funcionando.

El caritativo general Vives, además de aumentar así los recursos fijos de la Beneficencia, recurrió a diversas suscripciones y arbitrios pasajeros, que permitieron ampliar el edificio, destinando las nuevas construcciones para otras finalidades, como fueron: una escuela para varones que se inauguró en 1827, un departamento para mujeres dementes y otro para la reclusión de mendigos. 


Extracto de un artículo publicado por el conde San Juan de Jaruco en el Diario de la Marina, el 17 noviembre 1946.

NOTA 1: 

El VI Conde de Jaruco fue Francisco Xavier de Santa Cruz y Mallen Santa Cruz y del Prado, nacido en El Vedado, La Habana, el 7 de agosto de 1889 y casado con María del Carmen Antonia Goicoechea y Duradoña, nacida en La Habana en 1898

Eminente intelectual; autor de la “Historia de las Familias Cubanas”, obra cumbre de la genealogía en toda América, considerada por la Revista “Hidalguía” como el más extenso estudio que se ha hecho en América Latina, admirada por los más profundos estudiosos del tema en América y Europa.

Fue embajador en Cuba de la Orden de Malta desde 1949; colaborador de varias publicaciones importantes, miembro de la Academia Cubana de la Historia, miembro de la Real Academia de la Historia en España.

NOTA 2: 

En la década de los 50 el general Fulgencio Batista demolió este edificio y edificó allí el Banco Nacional de Cuba y la Bolsa de Valores. Con la obra detenida, el gobierno Castrista decidió que fuera allí, en 1982, el hospital clínico quirúrgico "Hermanos Ameijeiras", el hospital donde falleciera, en el año 2010, el disidente Orlando Zapata como consecuencia de una huelga de hambre.

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