domingo, 6 de octubre de 2024

Aniversario cuarenta y ocho del crimen de Barbados


El seis de octubre de 1976, una nave de Cubana de aviación con 73 personas a bordo, 57 cubanos, 11 guyaneses, entre ellos una niña de nueve años, y cinco funcionarios norcoreanos, se precipitó al mar en aguas próximas a la isla de Barbados.

La aeronave, un McDonnell Douglas DC-8 CU-455 de Cubana de Aviación capitaneado por el piloto Wilfredo Pérez Pérez, sufría un brutal acto de terrorista. En la nave viajaba además un equipo de 24 jóvenes esgrimistas, que regresaban de triunfar en el campeonato centroamericano y del caribe. En realidad nadie en ese avión consiguió salvarse, pues se precipitó violentamente al océano nada más despegar del aeropuerto de Seawell, en Bridgetown, Barbados.

Este crimen fue achacado materialmente a dos venezolanos que se encontraban entre los viajeros que habían abordado antes el avión en Guyana, y que sospechosamente se bajaron en una escala en Trinidad y Tobago. Sus nombres, Freddy Lugo y José Vázquez García, nombre del pasaporte falso de Hernán Ricardo Lozano, quienes dejaron dos cargas de explosivos C-4 y posteriormente fueron detenidos. 

Igualmente fueron relacionados dos cubanos de larga data anti castrista, el villareño Orlando Bosch Avila, que consiguió salir absuelto y el cienfueguero Luis Posada Carriles, ciudadano y residente Venezolano, que logró escapar de la prisión donde se encontraba esperando el fallo. Un reporte desclasificado del FBI, le situó en las dos reuniones donde supuestamente se planificó el atentado. Ambos ya fallecieron, 27 de abril del 2011 y 23 mayo del 2018, respectivamente. 

En el año 2007 Freddy Lugo fue entrevistado en Caracas por el periodista Simón Romero, del New York Times, en momentos en que se encontraba trabajando un taxi con 67 años. Junto a Ricardo, fue sentenciado a 20 años de prisión y fue liberado en 1993 después de cumplir 17. ¿Qué dijo este miserable?, pues que se consideraba "un peón en las maquinaciones de los exiliados cubanos para derrocar a Fidel Castro, después que los conoció en Caracas en 1970".

Fue aquí donde Lugo, entonces fotógrafo de noticias, conoció al hombre que lo reclutó para el complot de la bomba, un colega periodista venezolano llamado Hernán Ricardo Lozano, según los registros policiales, del que nada se sabe de su paradero. Era fotógrafo de la agencia de investigación que dirigía el cubano Luis Posada Carriles en Venezuela, la DISIP.

Freddy Lugo 
Según concluyeron las investigaciones, los dos hombres abordaron el vuelo 455 de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976 en Puerto España, la capital de Trinidad y Tobago y se bajaron en Barbados, donde el avión hizo una escala previa rumbo a La Habana. 

Antes de abandonar el avión, dejaron a bordo dos cargas de explosivo plástico C-4, una en un estuche de una cámara fotográfica, y la otra en el interior de un tubo de pasta de dientes Colgate, según declaraciones obtenidas por la policía de Trinidad inmediatamente después de que fueran arrestados.

El Sr. Ricardo, después de cortarse la muñeca izquierda en un intento de suicidio mientras estaba bajo custodia policial en Puerto España, dijo que le habían pagado 16 mil dólares por el trabajo, y que Lugo recibió ocho mil. Cuando se le preguntó si sentía remordimiento por esas muertes dijo que no, que se consideraba... "un tipo manipulado en un acto que escapó de su control. Soy inocente”, le dijo al periodista.

Aquí su primera declaración policial.

Maldita Hemeroteca 

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