miércoles, 2 de octubre de 2024

FELIPE GONZALEZ: Y los peces gordos cubanos. (Segunda parte)

El presidente Adolfo Suarez escoltado por Fidel Castro y su hermano Raúl. 

En 1978, Adolfo Suárez viajó a La Habana invitado por Fidel Castro, y un año después España participó como observadora en la sexta cumbre de países no alineados celebrada en La Habana en 1979, y se convertía en el primer jefe de Gobierno europeo que realizó una visita oficial a la dictadura de Fidel Castro.

Suárez, duque y Grande de España y presidente por UCD de España entre los años 1976 y 1981 , había sido protagonista del cambio o transición de una dictadura Franquista a la democracia, y para la posteridad de esta visita quedó la imagen de su recibimiento -a pie de avión- en el aeropuerto José Martí de La Habana por el propio dictador.

Tranquilo Mota. 

Con la caída de la U.R.S.S., el Gobierno español reclamó reformas en Cuba que no llegaron a producirse y en 1990 se produjo la entrada violenta de un grupo de disidentes en la embajada española, que terminó por acabar con la buena relación.

Lo que en un principio fue un intento de un grupo de disidentes del régimen por escapar, se convirtió en un incidente diplomático donde las discrepancias llegaron al cenit de la cuestión. La llegada a Cuba del electo presidente por el Partido Popular José María Aznar a la cumbre Iberoamericana, supuso un punto de inflexión.

De izquierda a derecha la reina Sofía, el monarca Juan Carlos I, el presidente José María Aznar y su esposa Ana Botella.

Pero hasta entonces no sólo las relaciones de Castro con Suárez y González, e incluso con el ex ministro de turismo de Franco, entonces presidente de honor del Partido Popular y presidente de la Xunta de Galicia, Don Manuel Fraga, quien en 1991 se había comido un pulpo "a la gallega" y hasta jugó partidas de dominó con el "casi paisano" Caribeño, no impidieron la ruptura del buen rollo.

Aznar, que estuvo acompañado de su esposa Ana Botella, entonces alcaldesa de Madrid, calificó aquella visita como "fantasma", e incluso visitó la casa en la que vivió la familia de su padre, "repintada por Castro", cuando su abuelo, Manuel Aznar, dirigía el icónico periódico 'Diario de la Marina'.

La casa, habitada en esos momentos por una familia Cubana, y a la que siempre estuvo acompañado de un "comisario político", le tuvo que comprar de todo, desde jabón, toalla, ropa interior, papel higiénico, aprovechando Aznar para señalar la enorme pobreza en la que vivía el pueblo cubano. Imagínese ahora.

Castro sabía que la presencia de Aznar sería incómoda, de ahí que fuera programada con determinadas restricciones en función de las atenciones generales a los representantes de las diversas naciones representadas. Por lo tanto, la presencia del Rey y el presidente de España, tuvo que acomodarse a este programa lo que limitaba otros aspectos propiamente bilaterales como quería el Rey.

Tambien Castro tuvo lo suyo, cundo en 1992 estuvo en tierras Gallegas, en la aldea de Láncara en concreto, donde visitó la ruinosa casa de su padre Ángel Castro, convertida después en un museo por la izquierda, Esquerda galega, nacionalistas de izquierda y los Comunistas.

Fidel Castro, hijo de gallego, con el "paisano" Manuel Fraga, entonces presidente de la Xunta de Galicia por el partido popular.

Pero no cabe duda que con Aznar todo fue diferente. Hasta el punto de que en los últimos meses de la legislatura del líder del PP se celebraron manifestaciones en la Embajada española en La Habana, encabezadas por el propio Castro, contra el presidente español.

¿Los motivos?

Aznar siempre "le puso el picao malo" a la dictadura Castrista, sobre todo a través de una proposición de condena muy aplaudida, primero por la administración de Bill Clinton y más aún por la de su sucesor George Bush, llevó a la Unión Europea a adoptar una posición común en contra de la dictadura Cubana.

La situación siguió candente, y tres años después, en 2003, Castro convocó al "pueblo combatiente" frente a la embajada Española, si, si, esa misma que hoy los salva con la ley de memoria histórica, exhibiendo pancartas en las que se calificaba a Aznar de nazi por esa posición política, y además por su estrecha relación con los opositores en Miami.

Incluso los monarcas españoles se dieron su vueltecita por la Habana también. El rey Juan Carlos I, hoy emérito, junto a su esposa la reina Sofía, fue otro de los dignatarios que visitó la isla en medio de aquella IX Cumbre Iberoamericana, donde líderes de 14 países latinoamericanos, junto con los de España y Portugal, se dieron cita.

Esta visita ocasionó molestias para el dictador barbudo, ya que el monarca, junto con otras delegaciones de cinco países, mantuvieron contactos con representantes de la disidencia interna cubana, la que Castro calificaba como "marionetas" de los Estados Unidos. Luego, en noviembre del 2019, su hijo, ya como nuevo monarca Felipe VI, la visitó junto con la reina Letizia a raíz del 500 aniversario de la fundación de la Habana.

Maldita Hemeroteca
Fuentes de Internet.

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