miércoles, 2 de octubre de 2024

SEGUNDA TOMA de la Habana por los Ingleses. I

Soldados argentinos manipulados por la prensa. 

Los ingleses invadieron la Habana el seis de junio de 1762. No se movieron de allí; ni siquiera pisaron las provincias aledañas, y luego de 11 meses se retiraron dejando un buen sabor de boca en una economía isleña excesivamente restringida por España. 

Hasta entonces, Cuba no había sido tan próspera en su historia. En cambio España llegó a un arreglo con la metrópolis inglesa, y Cuba regresó bajo sus dominios pero a partir de esa ocupación, las tornas cambiaron radicalmente en Cuba. Y fíjese que 220 después, pudo haberla invadido por segunda ocasión. Debido a lo prolongado del contenido, lo hemos dividido en dos partes. 

Cuando el 10 de noviembre de 1982 el presidente de argentina, Leopoldo Galtieri salió al balcón frente a un mar de gente agitando sus banderas argentinas, la multitud comenzó a corear: “A gritar si quieren las Malvinas que las vengan a buscar” y frente a las exigencias de la multitud, Galtieri atizó el conflicto: “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla. En esto tenemos la solidaridad de varios pueblos americanos que están decididos a dar batalla con los argentinos.” Y sí que la hubo, y algunos hasta por poco se volvieron locos y todo.

Las Islas Malvinas, o Falkland Islands como se llaman en idioma inglés por ser administradas por el Reino Unido, se encuentran situadas a 500 kilómetros de las costas Argentinas, y ese año habían sido ocupadas por soldados de ese país en reclamo por un territorio que consideraban usurpado, y por el cual Inglaterra se había negado a negociar. Este incordio motivó que ambas naciones entraran en una guerra el dos de abril de 1982. 

¿Solidaridad? 

Sí claro, decíamos que la hubo, pero una muy especial y peligrosa, la del embajador cubano en esos momentos en Buenos Aires, el señor Emilio Aragonés Navarro, alias Tembo, que desde tiempos de Perón y el asesino Videla, llevaba los asuntos de Fidel Castro en el país austral y, de paso, era el "lleva y trae" de la Habana y las organizaciones rebeldes de la argentina. 

Eran tiempos en que todavía Cuba se sentía protegida por Moscú, y como tal padecía de esa enfermedad "gatillo alegre", al menos de boca para fuera. El régimen de la Habana contaba con un fortísimo armamento, e incluso alardeaba en la zona de una dotación de seis submarinos rusos B-309, MG-200 o MG-10M, con los cuales Castro operó por casi cuarenta años una flotilla de cierta jerarquía considerada una potencia naval de tercera o cuarta línea.

Para ponérselo en contexto, digamos que el mismo día que el presidente Galtieri gritaba sus bravuconadas contra el Reino Unido, había estrenado su sistema de grabación a cinta abierta que, a pesar del ruido ambiental producido por la gritería de la muchedumbre en la Plaza de Mayo, se pudo escuchar el siguiente dialogo:

Embajador Cubano Emilio Aragonés: 

-He venido a decirle que Cuba va a hacer lo que ustedes determinen, hasta dónde ustedes quieran llegar va a llegar Cuba…

Galtieri: 

-Dígale a Castro que más allá de las diferencias que tenemos se puede conversar. Yo le agradezco éste sentimiento y solidaridad americana, latinoamericana, somos latinos. En buena medida tenemos diferencias…

Todos tenemos diferencias, dijo Galtieri como elevando la voz: 

- ¡Como Venezuela, Colombia, Perú, Chile y Paraguay, somos comunidades latinas pero con distintas raíces!. 

Embajador: 

-Somos integrantes de una misma familia, pero un país diferente. 

Galtieri:

 -Tenemos diferencias pero son todas discutibles y conversables, pero le agradezco el gesto. Este gesto la Argentina no lo va a olvidar. 

Y cuando el peligroso ex miembro del 26 de julio anti batistiano, comprobó que su proposición se diluía en un simple agradecimiento, fue de nuevo a la carga... 

Embajador: 

-Pero éste gesto se puede convertir en hechos. Es lo que yo quiero que usted lleve con toda claridad. Esto es una proposición muy cuidadosa pero detrás de esto está la voluntad de hacer lo que haya que hacer… enviarle un submarino y hundirle un barco… cualquier cosa… 

Galtieri: 

-Argentina no lo olvida, ni lo va a olvidar por muchos años. 

Embajador: 

-Me gusta porque eso obliga… aunque sea privado no más… 

Galtieri: 

-Yo le digo embajador no obstante que cualquier cosa que reclamar… porque esto está muy acelerado, muy acelerado, se nos van a ir de las manos ciertas cosas, se nos van a ir de las manos… eso es lo que yo le estoy diciendo al Señor Haig, acá ¿eh? estamos corriendo contra el tiempo ¿eh? 

Y esto es un problema que puede traer consecuencias internacionales, no de Gran Bretaña y Argentina, consecuencias Mundiales. Se le va a ir de las manos a Estados Unidos, a Rusia… a todos. Usted es consciente, yo le agradezco acá, dígale a Castro que le agradezco que además Argentina no va a olvidar.

Y a usted, personalmente, le agradezco también éste gesto, señor embajador. Personal, más allá de lo que usted me dice, como dicen los diplomáticos… yo no sé cómo dicen los diplomáticos, vuelvo a repetir, tenemos diferencias… Usted sabe que… 

Y entonces el gordo Aragonés lo corta: 

Embajador: 

-Son salvables, además las diferencias pueden ser mayores o menores. Se pueden agrandar o se pueden disminuir también, pero Señor Presidente.... 

Galtieri: 

-Pero que usted tome el cepillo de dientes y el calzoncillo para venir a Argentina usted, que es así señor embajador, discúlpeme los términos con que hablo. Desde La Habana a Buenos Aires es un gesto de Cuba que la Argentina no lo olvida. Yo sé que usted tomó apenas los elementos de aseo para venir para acá. 

Embajador: 

-Mire Señor Presidente yo creo que independientemente de la urgencia con que usted vea esta cosa del apoyo concreto de Cuba, hay otra cosa que sí es un poco más urgente porque el apoyo de Cuba está seguro cuando usted es dueño… usted puede decir en media hora ”me hace falta que ustedes me den esto”, bueno ahí va a estar esto. 

Pero hay cosas que el tiempo no puede jugar a favor nuestro y es lo de los No Alineados, es una cosa tan compleja donde hay tantos países distintos, con tantas posiciones distintas, y ahí sí los minutos cuentan. Usted debería decirme qué quiere, rápidamente, para nosotros escribirle una carta a cada jefe de estado y explicando, pidiendo lo que pidan… 

Galtieri: 

-Me quedan 24, 48 horas más… 

Embajador: 

-Yo creo que cuando más pronto lo haga usted sería mejor porque esto es aberrante, además una fuerza tremenda no sé ahora…

Galtieri: 

-Por otra parte no se qué hicieron en el Consejo de Seguridad ¿eh?

Embajador: 

-¿Nosotros? 

Galtieri: 

-No usted no, Cuba no… tres o cuatro países que estaban ahí…

Embajador: 

-Bueno, le voy a explicar por qué Guayana vota como vota, no vota contra ustedes…

Galtieri: -Qué se yo… 

El dictador Leopoldo Galtieri voceándoles a las masas enardecidas

Embajador: 

-Por miedo, Guayana vota mal porque vota precipitadamente, pero vota por miedo porque piensa “los ayudamos y nos atacan acá y nos quitan la mayor parte del territorio”. Guayana pude mudar esa posición y ponerse del lado de ustedes. Porque haya en mi patria el problema de las Malvinas no tiene nada que ver con nosotros.

Nosotros nos movemos y usted puede discutirlo, nosotros tenemos una población de 3 millones de habitantes y usted tiene 10 y porque ustedes sí y yo no, usted habla inglés y yo hablo español porque el imperialismo hace mil años… no, no, desde que yo soy independiente hay que respetarme, es decir es distinto…

Galtieri: 

-Son mil personas las que están ahí, mil personas. Le agradezco señor Embajador, disculpe que lo hice esperar, usted sabe que es un día muy especial para nosotros, para mí también, yo le voy a dar contestación inmediata a esto pero por principio ya le manda usted al señor Fidel Castro.

Dígale que le agradezco la espontánea, decidida, no sé cómo decirle más, que me envía en estas circunstancias no fáciles para Argentina, el gesto que ha tenido, que me dé 24 horas …estoy durmiendo apenas… 

Embajador: 

-Usted tiene la palabra, yo lo encaré con urgencia por usted, no por nosotros. Yo me pongo en sus manos para lo que ustedes quieran… 

Galtieri: 

-Que me dé un tiempo, me dé 24 horas, 48 horas, pero en principio le contesta…

Embajador: 

-Yo hoy mismo le mando un cable relatando esta conversación.

Galtieri: 

-Cable cifrado, no cifrado, haga lo que usted quiera.

Embajador: 

-Cifrado. Si no es cifrado nuestros vecinos lo tienen en la mesa enseguida.

Galtieri: 

-(risa) Mi agradecimiento por esta espontánea… Y seguía...

Y de nuevo Aragonés con la pesada cantaleta...

Embajador: 

-Y yo le repito, Presidente, esta decisión no viene a la ligera, llega de Fidel Castro, a cambiar ideas, tenga claro eso. 

Galtieri: 

-No lo conozco, sé quién es Castro. Gracias por su presencia en la Argentina.

Embajador: 

-Yo estaré con ustedes hasta que esto se termine… 

Galtieri: 

-¿Cómo se va?

Embajador: 

-¿Usted cree que nuestra ausencia era una cosa política? Nosotros teníamos el radar inglés, constantemente lo hemos estado diciendo (no se escucha) el embajador inglés y su entorno político lo que hecho esto, pero esto es hasta que se termine.

Galtieri: 

-Le agradezco mucho (se escucha una palmada en la espalda) y agradézcaselo a Castro… venga, yo lo acompaño. 

Embajador: 

-Está bien, Presidente, quedamos a sus órdenes… 

Galtieri: 

-Sí, sí, señor.

Lo que se refería el embajador cubano y que no se atrevió a decir en esa conversación aunque no hacía mucha falta, fue que su jefe en la Habana estaba dispuesto a entrar en el conflicto bélico contra el Reino Unido. Existen unas declaraciones hechas al sitio argentino Infobae hechas por el señor Juan Bautista “Tata” Yofre, escritor, político y secretario de Inteligencia en la Argentina hasta el 1990, donde asegura que: 

“Los cubanos dejaron implícito que estaban hablando por los rusos, en incluso insinuaron que los soviéticos y que al día siguiente de esa conversación, el diplomático Cubano le volvió a reiterar al presidente Galtieri la voluntad de "hacer lo que haya que hacer, como enviarle un submarino y hundirle un barco a los Ingleses o cualquier cosa.

Maldita Hemeroteca
Fin de la primera parte.

Tags