Lo que le queda entre rejas al cubano Enrique Tarrio, señalado como el líder Proud Boys que fuera condenado por la corte federal del Distrito de Columbia a 22 años de prisión, podrían ser días. Tarrio, que ni siquiera estaba en Capitolio el día de los hechos, fue señalado como "líder último de la conspiración" que acabó con el asalto del 6 de enero de 2021.
Incluso, como si fuera poco, la suya fue la sentencia más alta de todos los acusados. Ese día, más de 750 personas fueron arrestadas por su papel en la toma del Capitolio, de las que 220 fueron declarados culpables de varios cargos. Tarrio, de 38 años que en un principio había sido arrestado el 4 de enero de 2021 y liberado posteriormente, resultó nuevamente detenido en Miami, y compareció junto a otros cinco sospechosos acusado de "asociación criminal".
Sin embargo...
El presidente electo Donald Trump se ratificó en su decisión de perdonar algunos asaltantes que no hayan cometido hechos vandálicos: "Los trataremos de manera justa y si eso requiere perdones, pues les daremos perdones porque están siendo tratados de una manera tan injusta", había dicho el republicano durante la campaña presidencial.
De hecho uno de ellos, Eric Peterson, quien había sido declaró culpable por “entrar y permanecer en un edificio o terreno restringido”, ha sido autorizado por la jueza Tanya Chutkan, quien supervisó el caso de subversión electoral federal contra Trump, para asistir a la investidura del 20 de Enero.
Su único delito había sido entrar al Capitolio aquel 6 de enero, tomar algunas fotos en la Rotonda y salir del edificio diez minutos después, lo que da la medida de las injustas que fueron varias de esas condenas.
Más de 1.500 alborotadores del Capitolio han sido acusados en un tribunal federal por sus acciones, y todos menos unos 300 han sido condenados o han admitido su culpabilidad casi cuatro años después del asalto al Capitolio. Aproximadamente la mitad, 645, han sido sentenciados a sentencias de cárcel, aunque muchos ya las han cumplido.
El asalto al Capitolio dejó al menos cinco muertos y 140 policías heridos, dos de las victimas mortales fue un agente de policía, Brian Sicknick, que llevaba 12 años como agente asignado en el Capitolio, así como una veterena de guerra de Afganistán, Asli Babbit, que fue abatida por la policía cuando intentaba penetrar por una de las puertas laterales. Los otros tres eran civiles.
