El típico billetero Cubano. // |
La Lotería en Cuba era tan antigua, que desde el 28 de junio del 1810 fue aprobada por una Real Orden de España. Por tanto desde el 1812 estuvo funcionando hasta el 16 de febrero de 1959 que el castrismo la suspendió y creé en su lugar el Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas, bajo la dirección de la teniente "de la Sierra Maestra" Pastora Núñez.
La historia recoge que el primer sorteo de la lotería en Cuba se efectuó un 11 de septiembre del 1812, con dos premios mayores de diez mil y cinco mil pesos; los números premiados fueron el 13 406 y el 13 380, ambos vendidos en Santiago de Cuba. A través de sus beneficios, la casa real española invertía una parte de lo recaudado en obras sociales o humanitarias.
De hecho, a partir
de 1825 cada sorteo aportaba doscientos pesos a la Casa de Beneficencia de La Habana y, de modo excepcional, en 1844 y en 1848 se realizaron sorteos extraordinarios para completar el empedrado de las calles habaneras y para reedificar el Teatro Principal, respectivamente.
--La ocupación norteamericana acabó con los juegos de gallos, las corridas de toros y la lotería.--
Siempre hubo gente en su contra, como el bayamés José Antonio Saco y López, que ya en sus libro "Memorias de la vagancia en Cuba" de 1858, condenaba la proliferación de los juegos de azar. A Saco se le sumarían después Rafael Montoro, José de la Luz y Caballero y Domingo del Monte, así como varios miembros del Partido Autonomista. Coincidían que en una sociedad rudimentaria como la Cubana, primaban más los sentimientos que el pensamiento. No es menos cierto que el juego, lejos de brindar felicidad, acabó con la vida de muchos.
El ultimo sorteo efectuado bajo la administración de España fue el 30 de noviembre de 1898, quedando suspendida por la guerra. Las autoridades norteamericanas que asumieron el control de Cuba en 1899 abolieron de inmediato la realización de los sorteos con el beneplácito del presidente Tomás Estrada Palma, mucho más partidario de fomentar escuelas y promover la educación que en imprimir bonos de lotería.
Estrada Palma era de la opinión que los juegos de azar no estimulaban la laboriosidad, el ahorro, la iniciativa productiva, y en su lugar promovían la holgazanería, el despilfarro, el vicio y la ludopatía. No obstante al cubano esto le entró por un oído y le salió por el otro, sobre todo a los liberales encabezados por el general José Miguel Gómez, y el 1903 que se vuelve a debatir su reapertura.
Lotería en Cuba 1950. |
Estrada Palma era de la opinión que los juegos de azar no estimulaban la laboriosidad, el ahorro, la iniciativa productiva, y en su lugar promovían la holgazanería, el despilfarro, el vicio y la ludopatía. No obstante al cubano esto le entró por un oído y le salió por el otro, sobre todo a los liberales encabezados por el general José Miguel Gómez, y el 1903 que se vuelve a debatir su reapertura.
Con el entusiasta apoyo del general José de Jesús "Chucho" Monteagudo, el coronel Manuel Sanguily y el senador Manuel Morúa Delgado, que se cambio de bando luego de llamarla "gangrena social", el 5 de enero de 1905 la cámara y el senado la aprueban nuevamente tras 25 votos a favor y 12 en contra, siendo rebautizada con el nombre de "Lotería nacional" y por el pueblo "La esperanza del pobre".
Así las cosas, el 10 de septiembre de 1909 se reinician los sorteos en Cuba.
El país entero, principalmente la capital, se llenó de puntos de ventas, en tanto que el billetero se convirtió en un personaje popular ineludible. Tal como se hará hoy en España, en Cuba eran los niños de la Casa de Beneficencia (los de apellido Valdés) los encargados de la labor de extraer del bombo los números agraciados por la suerte.
En principio se estableció que el producto de la Renta de Loterías se destinaría en primer lugar, y después de satisfacer los gastos que ocasione, a restituir a las industrias de azúcar y del tabaco las cantidades con que resulten gravadas por el impuesto para pagar la deuda nacional causada por el empréstito de los 35 millones para liquidar al Ejército Libertador y el resto se destinaría a librar del mismo impuesto a las demás industrias, distribuyendo el beneficio para el pago de intereses y amortización de la citada deuda nacional.
Por supuesto, la lacra de los liberales enseguida hizo su agosto. Zayas nombro como director de rentas a su primo Norberto Alfonso y como subdirector a su propio hijo Alfredo Zayas y Arrieta, los que luego de sonados fraudes tuvieron que ser sustituidos de sus cargos. De hecho "dio la casualidad" que el propio presidente se "ganara un gordo" con el billete numero 4444. Otro de los famosos agraciados por los sorteos fue el poeta Nicolás Guillén, quien en 1931, y plena crisis, resultó agraciado con tres mil pesos de aquella época.
Solo agregar que aunque el Castrismo terminó por prohibirla, Pastorita Núñez consiguió edificar varios proyectos habitacionales con las ganancias que esta le reportaba, otros se quedaron en un cajón de su oficina. Pero por ejemplo, el sorteo del 1965 le reportó al estado una ganancia de 300 mil pesos, pero en cuanto empezó a llegar el dinero de Rusia, Castro terminó por darle el "jaque mate" definitivo. El último sorteo que se efectuó en la isla fue el sábado 16 de marzo de 1968.
Con la participación de los niños del Colegio de San Ildefonso, quienes cantan los números premiados, España viene celebrando la Lotería desde el año 1812, como señalamos arriba, de manera que cada 22 de diciembre, o sea hoy millones de españoles sueñan con la esperanza de ganar el Gordo, o aunque sea "un pellizquito". También genera empleos y activa la economía del país. Los sorteos se efectúan en el Teatro Real de Madrid, comenzando a las 9 de la mañana, hora peninsular.
EN ESPAÑA
LOS IMPUESTOS
De acuerdo con la normativa actual, están exentos del gravamen especial de loterías todos los premios inferiores a 40.000 euros, mientras que los que superan ese importe, además de identificar al ganador, tendrán que tributar con un tipo del 20 % en la parte que exceda esta cifra.
Así, por ejemplo, si se gana el «gordo», dotado con 400.000 euros, quedan exentos los primeros 40.000 euros y se tributa por los 360.000 euros restantes, de manera que Hacienda se queda con 72.000 euros y el ganador, con 328.000 euros. De la misma manera, para un segundo premio, dotado con 125.000 euros, se tributaría por los 85.000 euros no exentos, de manera que Hacienda se queda con 17.000 euros y el ganador, con 108.000 euros.
De acuerdo con la normativa actual, están exentos del gravamen especial de loterías todos los premios inferiores a 40.000 euros, mientras que los que superan ese importe, además de identificar al ganador, tendrán que tributar con un tipo del 20 % en la parte que exceda esta cifra.
Niños de San Idelfonso cantando la lotería en España. |
Así, por ejemplo, si se gana el «gordo», dotado con 400.000 euros, quedan exentos los primeros 40.000 euros y se tributa por los 360.000 euros restantes, de manera que Hacienda se queda con 72.000 euros y el ganador, con 328.000 euros. De la misma manera, para un segundo premio, dotado con 125.000 euros, se tributaría por los 85.000 euros no exentos, de manera que Hacienda se queda con 17.000 euros y el ganador, con 108.000 euros.
Los agraciados con un tercer premio (50.000 euros) tendrán que tributar 2.000 euros y se quedarán con 48.000 euros, mientras que el resto de premios está exento por no alcanzar los 40.000 euros. Cuando en la Lotería existe una rigurosa fiscalización de los mecanismos por parte del estado, se reducen los riesgos y sus ingresos constituyen un manantial recursos que, al menos en España, son empleados en las distintas gratuidades sociales.
Maldita Hemeroteca
Fuente:
Ena Mouriño Hernandez
El juego en Cuba
(1947)
Prensa Española