Si existe una casa en Cienfuegos con connotación patriótica, es donde pernoctó Antonio Maceo entre los días 30 de enero y el 30 de agosto de 1890. En la imagen.
Maceo se encontraba en el exilio tras el fracaso de la guerra de los diez años y tras aceptar finalmente las condiciones del Zanjón y la embarcación además - gratis por cierto - que le facilitaría el general Arsenio Martínez Campos para marcharse a Jamaica, "Martinete" como Maceo le llamaba en son de burlas. No obstante en esos momentos "quien cortaba el bacalao en Cuba" era el capitán general Salamanca, quien increíblemente autorizó su regreso a la isla alegando "asuntos personales".
Al final Maceo logró salir de Cienfuegos como pasajero en la goleta "La Nueva Concha", y en los Jardines de la Reina tomó otra embarcación. Terminó siendo expulsado por su viejo enemigo, el general Camilo García Polavieja, que como nuevo capitán general y gobernador de Oriente, en sustitución de José Chinchilla, ordenó inmediatamente su salida del país y, junto a su esposa María Cabrales, los embarcó en el vapor Cienfuegos con destino a la capital Jamaiquina.
Salamanca le concedió pasaporte sabiendo perfectamente que la estancia de Maceo en Cuba no era otra que para conspirar. Una vez llegado a la Habana se alojó en hotel Inglaterra, donde tuvo varios encuentros con los llamados "jóvenes de la acera del Louvre". De la capital viajó por ferrocarril hasta Batabanó y en ese puerto embarcó a Santiago de Cuba expulsado a Nueva York.
No por gusto misteriosa fue su muerte. El general Manuel Salamanca y Negrete, inflexible pero honesto, falleció el seis de Febrero de 1890 tras una serie de rumores que fue una muerte provocada por un envenenamiento no probado. Ocurrió en la misma sede del Palacio de los Capitanes Generales de la Habana, y se supone que fue debido a su posición intransigente con la gran corrupción que había en Cuba por parte de comerciantes y militares.
Sus restos reposan en el panteón del español nacido en la Habana, Ramón de Herrera y Sancibrián, Conde de la Mortera, ubicado en el cementerio de Colón en la Habana. Lo que sí fue cierto es que el 5 de julio de 1890 se constituyó un nuevo Gobierno en España presidido por Antonio Cánovas y del Castillo, y donde Marcelo de Azcárraga ocupó la cartera de Guerra aumentando los efectivos de la Guardia Civil en Cuba a más de cinco mil trescientos hombres.
Pero antes, Maceo pasó por Cienfuegos siendo recibido allí por Antonio Argüelles Ferrer, alias Antoñico, hijo del famoso comerciante Mallorquín Arguelles, y un patriota Trinitario muy activo en esa zona. Trabajaba en una empresa de barcos de vapor, y conocía a Maceo desde su etapa como estudiante en Conecticut, EEUU. Gracias a su puesto como administrador en los Almacenes del Muelle Torriente, lograba pasar documentos conspiratorios procedente de la junta revolucionaria dirigida por Don Tomás Estrada Palma en Estados Unidos.
Con la policía española acosándole, Maceo intenta llegar a Oriente con la intención de secundar el alzamiento villareño que fue neutralizado por el general Camilo Polavieja, entonces jefe de la comandancia de Santi Espíritus a las ordenes del capitan general Arsenio Martínez Campos.
Aquel intento fallido de rebelión se hizo llamar "La Paz de Manganeso", al no recibir el apoyo de los empresarios que no lo vieron muy claro que digamos. Y fíjese en este detalle. Esa detención de Maceo marcó un diferendo histórico con el mayor general Francisco Adolfo Crombet y Tejera, más conocido como "Flor", que terminó aplazado en un duelo a muerte tras una hipotética victoria Cubana.
Se dijo que Maceo fue quien le denunció, motivo por el cual Flor se vio obligado a huir de Cuba en dirección Costa Rica. ¿Cierto, falso?. Un duelo a muerte es cosa seria. Total que el destino quiso que el uno de abril de 1895, ambos enemigos, ahora necesarios mambises por necesidad de la patria, regresaran en la misma embarcación tras el levantamiento organizado por José Martí desde Puerto Colón, a bordo de las embarcaciones Adirondack y después la Goleta Honor.
QUE FUE DEL HUMILDE HOTEL
En los albores de la República, la Asociación de Autores y Escritores Antonio Maceo, presidida por Bienvenido Espinosa Morejón, aquel que publicó la noticia y posterior entrevista al general Loynaz del Castillo, a raíz de la muerte de Quintín Banderas en el Guatao, develó una tarja conmemorativa en el sitio donde Maceo durmió esos días.
Más tarde la casona, registrada como el hotel La Plata y situada en la esquina formada por las calles Casales y Argüelles, fue comparado por comerciantes chinos que instalaron allí una fonda, "La Joven China", y bueno ya para rebasar el límite de la deshonra fue transformada en una cuartería familiar con la llegada del régimen Castrista.
El siete de diciembre de 1936, aniversario de la muerte del Titán, un grupo de cubanos develaron allí una tarja, no sabemos si aún existe, en un acto que fue presidido por el veterano mambí Antonio Oviedo. Hoy, repleta victima de la desidia, repleta de descascarados y en plena supervivencia, la casona sirve de escenario para sus hipócritas actos patrioteros, donde réplicas de su machete son entregadas a los que hoy reprimen al pueblo.
Maldita Hemeroteca








