domingo, 19 de junio de 2022

HISTORIAS DE MI CUBA : La familia Batista Fernández

Marta, en 1950, visitando a una familia pobre.

Hay una frase milenaria que reza así: "Dos tetas tiran más que dos carretas". Llevamos muchísimas décadas escuchándola decir de este modo y su significado viene a indicarnos el influjo y dominio que tienen las mujeres sobre la voluntad de cualquier hombre, siendo éstas las que finalmente deciden en cualquier lance de la vida.

Como fue en este caso.   

Emelina Miranda Casáis era una gallega que llegó a Cuba como emigrante desde Vilameá, en la provincia de Lugo en Galicia, donde había nacido el 5 de enero de 1894. No era pobre la chica, de hecho se fue a Cuba a estudiar al prestigioso colegio de las Ursulinas, gracias a que su familia se lo podía pagar. 

Esta señora se casó en Cuba con un mecánico y paisano suyo nombrado Ramiro Fernández Ledo. Este señor era hijo del gallego Manuel Fernández, soldado que había peleado en la guerra de Cuba. 

Diez de Septiembre de 1955

El destino de cada uno estaba escrito. 

Ramiro se fue a Cuba huyendo de un servicio militar que a Cuba, o Filipinas, lo hubiera mandado con total seguridad. Sin embargo se escapó donde le esperaba la fortuna. De ese matrimonio con Emelina tuvieron cuatro hijos, pero jamás imaginaron que su prole sería una camada de cachorros tocada por la varita mágica.

Solo para empezar, su hija Marta dio el mayor "braguetazo" en la historia de Cuba... y tanto, que con sus ojos verdes, entre otras virtudes que tenía, embrujó nada mas y nada menos que a Fulgencio Batista y Zaldívar. Conocido es aquel accidente en que Batista la atropelló con su coche mientras ella montaba bicicleta en Marianao. Gracias a eso se enamoraron. 

Algunas mentes enfermas aseguraron que ella fue la que se le atravesó en el camino, pero eso no es cierto. Hombre, aquello era una hembra. Y sin despreciar para nada a la señora Elisa Godínez, muy guapa también, Marta era lo que en Cuba le decían un "caballo americano". Lo que si fue cierto es que a Batista le dio tan fuerte aquel amor, que del tiro se divorció de su mujer de toda la vida. 

Y como para comer hay que pagar, pues Batista tuvo que hacer frente a un alto precio por enamorarse de aquella belleza Cubano-Gallega. Por ejemplo permitió que su hermano Roberto, entonces su cuñado, diera el salto hasta la cartera de deportes, entre otros negocios inmobiliarios. Además de ser el encargado de cuidarle la vida como jefe de su escolta. 

Edificio "de la botica" en 114 entre 47 y 49 Marianao

Roberto, que en los Quemados era dueño del edificio conocido como el "de la botica", ese que se ve en la foto en calle 114 entre 47 y 49, era uno de los pocos inmuebles de esa zona que no era propiedad del rico magnate inmobiliario "El Gallego Paco". Fue dueño además de varios hoteles, socio secreto de Codeco - la constructora del gobierno - y accionista de clubes y casinos. 

Tenía además dos hermanas, Cecilia y Lilia. La primera se casó con el secretario de obras públicas Rafael Saladrigas Hevia, ingeniero e hijo del abogado y diplomático Carlos Saladrigas Zayas, el que fuera primer Ministro en el gobierno constitucional y Ministro de Trabajo en el periodo de la Dictadura. 

Su otra hermana Lilia, se casó con Carlos Salas Humara, el Ministro de Sanidad en 1957, mientras que su madre Emelina, murió estando viviendo en Madrid en 1968, luego de haber huido de Cuba junto a su hija y su yerno en 1959. A Marta se le agradecen varias obras que de cierta forma han soportado los embates de esta demoledora dictadura, 100 veces peor que la de su marido. 

Al entonces primera dama se le atribuye la creación de la Galería Nacional, el Museo Nacional de Bellas Artes. También creó la Organización Nacional de Dispensarios Infantiles y promovió una escultura de Jesús de Nazareth en Casablanca -conocido como el Cristo de la Habana- una figura colosal que mide 51 metros, pesa 320 toneladas, obra de la arquitecta Cubana Jilma Madera.

La estatua, que fue tallada en mármol blanco de Carrara y parece bendecir la entrada de la Bahía con sus brazos extendidos, fue inaugurada el 24 de diciembre de 1958, apenas siete días antes de que las columnas de los comandantes guerrilleros Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara entraran en La Habana. A Jilma se le conoce también por ser la autora del busto de José Martí que se encuentra en el pico Turquino, la elevación mas alta de la isla con 2008 metros. 

Marta y Batista durante una inauguración ¿?

La labor de Marta traspasó fronteras. En octubre de 1957, el Concello de Ribadeo, presidido por Pancho Maseda, la nombró --Hija Adoptiva-- por ser su madre «natural de este antiguo Condado» y por «sus atenciones y caridades con los hijos de esta Comarca en Cuba». 

No fue el único homenaje a la familia. En julio de 1953, su madre, Emelina, fue homenajeada por el Centro Gallego de Madrid con una cena en el Hotel Ritz. Por otro lado su padre se montó un cacao que no vean. Por ejemplo en 1937 le dio por regresar a España a luchar en la guerra civil al lado del bando republicano, y cuando los Franquistas le detuvieron y se dieron cuenta de quien era, lo enviaron de regreso a la isla. Tuvo suerte don Ramiro.

Cuando Batista dio el golpe de Estado el 10 de marzo de 1952, la casa de Emelina sirvió para recluir a los detenidos. Y el propio Ramiro se quedó en Kuquine, la finca del dictador, con un pelotón para defender la familia y los bienes en caso de fracaso. "Menudo valiente", si es que a su yerno lo estaban esperando con globos y una tarta allá en Columbia, que fracaso ni fracaso.

Total que la señora Marta Fernández Miranda, que había nacido en 1923, murió en la floridana ciudad de Palm Beach en el año 2006, afectada por el Alzheimer. Dicen que jamás se recuperó de la muerte de Fulgencio. De hecho ordenó que fuera enterrada junto a él en el cementerio madrileño de San Isidro, donde también esta sepultada su madre. 

Memorias 

Tags