viernes, 3 de junio de 2022

Quienes dijeron sí y quienes no a la paz del Zanjón.


De una manera un tanto turbia, se nos ha hecho creer que los mambises (rebeldes cubanos del siglo XIX) habían rechazado la oferta pacifista del gobernador general de la isla, el general Arsenio Martínez Campos, conocida como la negociación de paz, o pacto del Zanjón.

Nos dibujaron a un Antonio Maceo tan grande, que poco faltó para que se peleara allí mismo a los golpes. No obstante la historia nos relata otra cosa un tanto distinta. De hecho fueron los cubanos -precisamente- los que promovieron la vía de paz y no los Españoles. El 15 de marzo de 1878, aquellos soldados y oficiales Cubanos que no estaban de acuerdo o insatisfechos, invitaron al general Martínez Campos a una reunión en los predios del central Baraguá.

Maceo, como el resto de las fuerzas que sucumbieron al pacto, asistió esperanzado de lograr algo más positivo para Cuba que lo redactado en aquel documento. Aquella era una paz encerrada en seis puntos que no satisfacía la total independencia de Cuba, ni abolía la esclavitud por completo.

Martínez Campos les había ofrecido la libertad de los esclavos que se habían sumado a las huestes mambisas, pero la libertad del resto era algo que no estaba en sus manos y sí en las cortes Españolas. No obstante les dejó claro que en lo personal, era partidario de una abolición completa.

Lo acordado en aquel pacto fue lo siguiente:

1- Capitulación incondicional de las fuerzas rebeldes cubanas ante el Ejército español.

2- Aceptar el debilitamiento y desmoralización de las tropas independentistas. (Lo cual era una verdad como un pino)

3- Reconocer al Gobierno español como máxima autoridad en Cuba.

4- Formar partidos políticos pero que no lucharan contra el poder Español.

5- Libertad solo para los esclavos que militaban en las filas mambisas.

6- Libertad de prensa y reunión mientras no se utilizaran para atacar a España.

Como se puede apreciar, era muy poco para una parte de los rebeldes, sobre todo los de Oriente, que no veían en aquel documento nada serio. De ahí que Maceo le interrumpiera la lectura y le dejó dejó claro que no era necesario seguir, que con lo que había escuchado, bastaba para no estar de acuerdo con lo acordado por el Canagüey, y el resto de los pacificados

Martínez Campos le respondió que había asistido a esa reunión con la ilusión de alcanzar algún acuerdo de paz, pero que llegado a este punto no tenía nada más que hablar. 

"Si me hubieran entendido señores, me hubieran ahorrado tener que venir hasta aquí a escuchar semejante petición", le dijo el general Campos a Maceo.

Todo callaron, incluso Maceo, y fue el brigadier, masón y graduado en Barcelona de la carrera de Doctor en medicina, Félix Figueredo Díaz, el entonces jefe de Sanidad y mentor político de Maceo, quien tomó la palabra ...

"Nosotros lo que queremos es la Independencia", dijo de forma tajante y agregó.... "Nuestras fuerzas, al mando del aquí general Antonio Maceo, no estamos de acuerdo con lo que firmaron los Camagüeyanos y el resto de los cubanos, porque para nosotros los de ese comité, así como sus secuaces, han firmado algo sin contar con los Orientales".

La realidad de aquella historia es menos romántica en relación a Maceo, ya que fue Martínez Campos quien le preguntó si eso quería decir que reanudarían las hostilidades. Es más, Campos le preguntó, de manera cortés, que para cuando pensaba hacerlo y Maceo le respondió que le daría 8 días de tregua.

Aún así, Martínez Campos dio la orden al general Camilo García de Polavieja que cuando los cubanos atacaran no respondiera de inicio, en cambio que les gritara "no queremos guerra, queremos la paz, somos hermanos", pero la táctica acordada no cundió el efecto deseado. No obstante algunos conflictos bélicos que se sucedieron, al final el general Martínez Campos le permitió a Maceo abordar un vapor español en Santiago de Cuba y marchar al extranjero. 

El resto de la historia es harto conocida, hasta que el apóstol José  Martí lo organizó todo desde el exilio, New York, Tampa, República Dominicana y Costa Rica, lo que se conoció como la "Guerra Necesaria" o la del 1895. Las palabras de Máximo Gómez dejan muy claro algo para reflexionar y entender que, llegado a este punto, no había nada mas que hacer. Gómez dijo esto:

"Éramos solo un puñado porque unos se doblegaron a los pies de los amos y otros marcharon al extranjero; y una revolución como la nuestra, que había llamado la atención en el extranjero por lo grande y sublime, se encontraba agonizando hasta que al fin murió y fue sepultada en Zanjón. 

Sintámonos orgullosos los que peleamos en la guerra gloriosa del 68 donde combatimos con tesón y lealtad y ahora, al terminar como terminó, marchemos al extranjero con nuestra bandera y con muy alta esperanza.".

El pacto o paz del Zanjón se consumó al final. Y llámelo humano, engañoso, insuficiente o necesario, al final fue una tregua que llegó en un momento en que la insatisfacción, el desanimo y el cansancio del ejercito mambí, era una realidad inevitable. Pese a todo, la protesta de Baraguá quedará siempre como un símbolo de rebeldía, de eso no cabe duda.

Fuerzas cubanas que sí aceptaron el Pacto

Tercer Cuerpo de Las Villas.

- El 28 de febrero de 1878 el Brigadier Francisco Jiménez Cortés, jefe de la 1ra División Villas Orientales, capitula con 245 hombres de tropa el en Ojo de Agua, cerca de Sancti Espíritus.

- El 18 de marzo de 1878 capitula el Mayor General Carlos Roloff, jefe del 3cer Cuerpo con el Brigadier Ángel Maestre Corrales, jefe de la 2da División Villas occidentales, y parte de la 1ra División, sumando 478 hombres.

2do Cuerpo Camagüey-Tunas

-Capitularon todas las fuerzas de la 1ra División Camagüey:

- El 28 de febrero de 1878 el Brigadier Gregorio Benítez, jefe de la 1ra División Camagüey, junto a los brigadieres Rafael Rodríguez Agüero, Manuel Suárez Delgado y Gabriel González Galbán, capitulan con un total de 400 hombres armados en la capital Puerto Príncipe.

- Mayor General Máximo Gómez, ex miembro de la Cámara. Salió al exilio el 6 de marzo.

1er Cuerpo Oriente

- Capitularon una parte de la 1ra División de Bayamo:

De la 2da Brigada de Bayamo:

- El 6 de marzo de 1878 el Mayor General Modesto Díaz, jefe del 1er Cuerpo Oriente, junto al brigadier Juan Fernández Ruz, coroneles Bartolomé Masó, Mariano Domínguez y Francisco Guevara de la brigada Bayamo, capitulan con 60 hombres el 6 de marzo en Yara

- El 6 de marzo de 1878 el Mayor General Luis Figueredo, jefe de la 1ra División Bayamo, capitula con 110 soldados en Yara.

De la 1ra Brigada "Cuba" :

- Los coroneles Benjamín Ramírez, Jacinto Durán, Ismael Céspedes y Matías Vega Alemán lo hacen en Guisa.

- El comandante y doctor José Enrique Collado con las fuerzas del

Cantón Independiente, capitula en Holguín.

- Los capitulados hasta abril de 1878 ascendieron a 11 generales, 127 jefes, 426 oficiales, 5887 de tropa y 3567 individuos de sus familias.

Fuerzas que no aceptaron.

3er Cuerpo (Las Villas). 

-Prácticamente rendido en casi su totalidad, solo se hallaba en pie de lucha el Coronel Ramón Leocadio Bonachea con fuerzas en la región de la trocha Júcaro - Morón.

2do Cuerpo Camagüey - Tunas

-Permanecía el Mayor general Vicente García González, jefe de este cuerpo, con las fuerzas de la 2da División Tunas.

1er Cuerpo Oriente

- De la 1ra División Bayamo, permanecen fieles las fuerzas correspondientes

- 2da Brigada Bayamo: 

Solo la representaban los capitanes Gabriel Liens Cabrera, Joaquín Meriño, Francisco Estrada Estrada, Alejo Macareño y Andrés Saturnino Bazán entre otros.

- 1ra Brigada Cuba: 

El Coronel Leonardo Mármol, jefe de la disminuida 1ra Brigada Cuba, junto al coronel Flor Crombet.

La 2da División Guantánamo no tuvo afectaciones: 

Mayor general Antonio Maceo, jefe de la 2da División Guantánamo, lo apoyaban el coronel Arcadio Leyte Vidal, de la 1ra Brigada Holguín Oriental, y el coronel Silverio del Prado, de la 2da Brigada Guantánamo.

Maceo después del Pacto 

Tras la firma del Pacto del Zanjón, el Titán de Bronce salió de Cuba a cumplir un exilio forzoso. En ese ir y venir, que lo llevó a varias naciones latinoamericanas, entre ellas Jamaica, Honduras, Costa Rica, Perú y Panamá, se trasladó además a los Estados Unidos, donde debió realizar diferentes actividades para poder sobrevivir a la penosa situación y contribuir así a la manutención de su familia.

Finalmente se radicó en Costa Rica (desde febrero de 1891 a marzo de 1895), en la provincia de Guanacaste, donde el presidente de esa nación le asignó labores de organización militar y una pequeña finca para residir. (Algunas fuentes aseguran que fue Maceo quien la adquirió mediante sus ahorros).

Bibliografía : 

-Cuba, la lucha por la libertad de Hugh Thomas-Camps Feliú, Francisco: Españoles e Insurrectos. Tercera edición. La Habana, año 1890.-Casasús, Juan J. E.: La emigración cubana y la independencia de la patria. Editorial Lex. La Habana, 1953.

-Castellanos, Gerardo: Panorama histórico, ensayo de la Cronología Cubana 1492-1933. Tomos 1, 2 y3. Imprenta Uca-García, La Habana, año 1934.-Castillo, José Rogelio: Autobiografía. La Habana.1923. Fuente: González Diego en "La nobles pasiones del 68". Academia de historia de Cuba, la Habana 1938.

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