miércoles, 14 de septiembre de 2022

Dios siempre estuvo presente entre los mas valientes Cubanos


Muchos aseguran que dios no existe o, incluso, los hay aun peores, los que creen que es un enemigo y que hay que combatirlo. Son los que detestan y les persiguen. Las razones para no creer en dios son numerosas. Casi siempre se escudan con que si Dios existiera no habría injusticias ni el mal en este mundo, aunque luego lo van descubriendo muy lentamente, como escondidos en multitud de ocupaciones. 

Otros, pensamos en una gran mayoría, creen en dios a su manera, y no necesitan ir a una iglesia para demostrarlo o sentirse en paz con ellos mismos. Cada uno es libre de su opción religiosa, y de eso se trata. Hacia el año 1845, Cuba contaba con 438 curas eclesiásticos, de los cuales 252 residían en el departamento occidental, ósea las provincias de La Habana y Matanzas, 101 en el Central, Las Villas y Puerto Príncipe y 85 en la región Oriental, dígase Santiago de Cuba y Bayamo, que para la cantidad de habitantes que había en aquellos años eran bastantes, o la menos suficientes.

Sin embargo la mayoría de la dirección del alzamiento cubano contra España eran masones, de hecho todo se fraguó en aquellos salones, y la mayoría de aquellos jefes decían ser liberales, republicanos y laicistas y se mostraban rebeldes ante el orden establecido por España. Aún así, cuando nos remitimos a las vidas de algunos de estos jefes, vemos que casi todos, por no decir todos, fueron fervientes creyentes en dios y en la iglesia católica. De hecho fueron ellos lo que le solicitaron al Papa Benedicto XV el patronato de la Caridad del Cobre como virgen mambisa.

No digamos entonces Félix Varela, considerado el padre del nacionalismo cubano, empecemos mejor con el cubano más grande que ha dado nuestra historia: José Martí. Aunque en el caso del maestro, se sabe que se acercó al cristianismo pero ateniéndose a la pureza de la doctrina evangélica, pero en cambio se mantuvo ajeno a las instituciones eclesiásticas. Martí fue un ferviente creyente en dios; y la prueba fue que siendo un estudiante en la Madre Patria escribió en uno de sus cuadernos de apuntes lo siguiente:

“Cristiano, pura y simplemente cristiano. Observancia rígida de la moral, –mejoramiento mío, ansia por el mejoramiento de todos, vida por el bien, mi sangre por la sangre de los demás–; he aquí la única religión, igual en todos los climas, igual en todas las sociedades, igual e innata en todos los corazones”.

En otras de sus frases referentes al altísimo, el apóstol dejó escrito esto:

 "Todo pueblo necesita ser religioso, no solo lo es esencialmente sino que por su propia utilidad debe serlo. La idea de Dios es la más grande de todas las ideas. Todo pueblo que no crea en dios morirá, porque nada en él alimenta la virtud".

Es que en Martí había amor cristiano, compromiso con el prójimo y prioridades que centraban a la persona humana. Sus escritos bien podrían formar parte hoy de los textos de doctrina social de la iglesia. De hecho, estudiosos del prócer afirman, que en el pensamiento martiano se afirma la convicción de que dios está en la idea del bien y justo allí se encuentran los sentimientos más profundos que dieron fuerza a Cristo. Era, en realidad, el apóstol fue un propulsor del respeto por todas las manifestaciones de fe que ubicaran al Creador como centro y raíz de sus motivaciones compasivas para conseguir el bien común. En otra oportunidad exclamó: 

“Cuán desventurados son los pueblos que matan a Dios!”.

El Mayor...

¿Quiere ver un Cubano más valiente inteligente e intrépido que el mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz?. No solo su valentía, es que de los mambises de su época era el mas democrático de todos. Su sueño de una Cuba democrática entró de inmediato en conflicto con los planes totalitarios de Carlos Manuel de Céspedes.

En cartas a Amalia Simoni, el gran amor de su vida, lo deja perfectamente claro. Además de narrarle las peripecias de los combates y las vicisitudes de la manigua, llama la atención los capítulos donde se refiere las polémicas entre los revolucionarios cubanos sobre el modo de gobernar la república y sus instituciones democráticas una vez fueran libres. 

Le alertaba sobre una Cuba que se debatía entre un modelo dictatorial de gobierno, el de Céspedes y su cuñado claro está, y el ideal de republicano y democrático que él y muchos otros defendían. Agramonte murió joven a los 31 años, pero hasta entonces creó un ejercito capaz de liberar el Camagüey. El propio Máximo Gómez, quizás de oficio, el militar mas profesional de todos, reconoció que no hubiera sido posible sin la enseñanza que Agramonte supo darle a aquellas tropas.

No hay mas que leer la forma de gobierno que proyectaba para Cuba: "Me ocuparé de uno de esos poderes: del poder ejecutivo o administrativo; y solo ese, porque es el terreno en que me coloca la proposición que defiendo". En su doctrina del pacto social, Agramonte deja claro que el progreso humano es un deber marcado por la Providencia de Dios. Al respecto dijo:

"La divina mano del omnipotente ha grabado en la conciencia humana la ley del progreso, el desarrollo indefinido de las facultades físicas, intelectuales y morales del hombre; y para llegar a ese fin, ciertas condiciones que constituyen en él deberes de respeto a dios, porque tiene que someterse a ellas, para llegar al cumplimiento de su destino grandioso, sagrado, marcado por la providencia; y derechos con respecto a la sociedad que debe respetarlos y proporcionar todos los medios para que llegue a aquel desenvolvimiento".

Su única derrota fue esa precisamente, su muerte, ocurrida el 12 de Mayo de 1873, cuando trataba de cruzar el arroyo Basulto en la zona de Jimaguayú. Según versiones todo apunta a un exceso de ímpetu por su parte, porque ese adelanto que hizo al resto de los jinetes, cuando ya se había decretado la retirada, resultó fatal debido al blanco que hicieron un grupo de rifleros agazapados entre la yerba alta de guinea. Por cierto, está constatado que ni Henry Reeve ni Serafín Sánchez hicieron mucho por rescatar su cadáver. Más bien nada.

Procesión de la patrona de Cuba la virgen Caridad del Cobre

Con la paz del Zanjón, los religiosos españoles ocuparon enseguida un lugar preponderante en la enseñanza no universitaria. Ya desde 1879 los paúles (los misioneros del padre Vicente Paul) se hicieron cargo del seminario de la Habana, luego los jesuitas abrieron nuevos colegios y los escolapios las congregaciones femeninas. Para el 1894, más de mil jóvenes cubanos recibían educación en las escuelas baptistas de las provincias de La Habana y Matanzas.

La participación del clero cubano independentista fue intensa y siempre respondió a la voz del patriotismo. Tomó parte activa y principal en los esfuerzos hechos para obtener de la metrópolis los derechos y libertades que le negaban a Cuba al punto de que se puede decir, sin temor a equivocación, que no ha habido en Cuba un movimiento político, una conspiración, un alzamiento en que no aparezca complicado un sacerdote Cubano. Aun así, los creyentes en Cuba fueron en aumento a raíz de la separación de la Iglesia- Estado, sancionada en la constitución del 1901.

Siglo XX ...

Manzanita // 

En su Testamento al Pueblo de Cuba, uno de los mas valientes hombres en el enfrentamiento contra la dictadura de Fulgencio Batista, José Antonio Echeverría Bianchi, dejó patente en su Testamento al pueblo de Cuba la influencia de la doctrina social de la iglesia, aquella que tantas veces fuera el centro de la polémica en la juventud católica. En uno de sus fragmentos dice:

"Esta acción envuelve grandes riesgos para todos nosotros y lo sabemos. No desconozco el peligro. No lo busco. Pero tampoco lo rehuyo. Trato sencillamente de cumplir con mi deber. Confiamos en que la pureza de nuestras intenciones nos traiga el favor de Dios para lograr el imperio de la justicia en nuestra Patria. Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad." 

Citando a la web "vida cristiana"... "Su activismo en esta organización estuvo enfocado en analizar cómo la Doctrina Social de la Iglesia y los consejos evangélicos de opción real por los más necesitados eran base fundante en la construcción de la sociedad cubana". 

Manzanita, como le llamaban sus amigos por lo rosado de su rostro, asumió la presidencia de la Federación estudiantil universitaria y su directorio revolucionario, una de las principales fuerzas opositoras a aquella dictadura, y así se mantuvo hasta el día de su muerte, más bien inmolación, ocurrida el 13 de Marzo de 1957.

¿Cuántas veces hemos imaginado lo que hubiera pasado en Cuba, si Carlos Gutiérrez, Echeverría, Goicochea, Carbó, Wanguemert, Machadito, Prieto o Valdés hubieran ajusticiado a Batista, ¿Qué sentido hubiera tenido la Sierra Maestra entonces?. Por tanto la democratización de la isla hubiera seguido su curso, aunque en esta ocasión fueran otros los protagonistas políticos. 

Los País García ...

Los Padres de Frank País eran Españoles. Tanto su madre Rosario García como el padre Francisco País Pesqueira, habían venido de Pontevedra, Galicia. Su padre era pastor de una iglesia protestante en Santiago de Cuba, y uno de los miembros fundadores de la primera Iglesia Bautista de esa provincia.

Por lo tanto Frank y sus hermanos se criaron en ese ambiente cristiano, de hecho a los trece años recibió su bautismo. Sin embargo ese cristianismo no impidió que con el tiempo fundara la organización Acción Liberadora Nacional, cuando ya se había graduado de maestro. Más tarde creó Acción Revolucionaria Oriental mientras integraba ANR. 

El 26 de julio de Fidel Castro se fijó en él y le utilizó como quiso. Con el 26 de julio llegó a ser jefe de acción y sabotaje de la provincia Santiago de Cuba con apenas 21 años. Lo increíble de todo en Frank, era que fue capaz de combinar toda esta violencia con su fe en dios. En Frank estaban perfectamente imbricados un crucifijo y una pistola.

Todo indica que el amor que profesaba por la patria tenía implícito la comprensión de los demás, y quizás por eso resultaba incómodo "para alguien". Hoy se sabe que, quemado completamente, esperaron más de la cuenta hasta que lo mataron aquel 30 de junio de 1957. Primero asesinaron a su hermano Josué y, exactamente un mes después, en el Callejón del Muro en Santiago, cayó él y su compañero Raúl Pujol.

Luego de comprobar que la fe de estos 4 hombres tenía sus bases en el nuevo testamento, tenemos que hacernos una pregunta obligada: ¿Cómo fue posible que hombres de tan profunda espiritualidad cristiana fueran capaces de portar una pistola o un sable y optar por el enfrentamiento violento?. La respuesta, aunque extraña de entender para algunos, no es otra que ese impulso cristiano de no callar ante la injusticia.

Total que con estas pequeñas historias detrás,... ¿Cómo se puede entender que el régimen castrista persiguiera a los creyentes por casi 40 años?. No solo eso. En esos tiempos la iglesia católica fue tan cobarde, que a la muerte del cardenal Manuel Arteaga, en 1963, le prometió al tirano no efectuar ningún acto publico durante el funeral. (Hemos oído decir que en cambio Castro les liberó a 4 sacerdotes presos).

Digo más. No pocos de aquellos sacerdotes - en franca complicidad con el régimen - barajaron la posibilidad de fundar una iglesia que estuviera ajena al vaticano. "Con la Cruz y con la Patria", decía su slogan. Lo cierto es que para entonces el líder barbudo, que no creía ya ni en aquellos que le protegieron cristianamente en la Sierra Maestra, había desmantelado todas las estructuras eclesiales y los movimientos de acción católica a todo lo largo de la isla. 

Y si no la siguió persiguiendo después fue porque la visita del santo padre, no la del comunista, montonero y guevariano este que tenemos ahora, la de Juan Pablo II, le vino que ni pintada para limpiar su imagen. Ahora se entiende porque la mayoría de aquellos cientos de hombres que fueron masacrados en el foso de los Laureles en la fortaleza de Cabaña, gritaban antes de la descarga "Viva Cristo Rey".

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