El tiempo le da voz a los vencidos
Monumento a Eloy Gonzalo en la plaza Cascorro en Madrid, España |
Un 18 de abril de 1874, las tropas de los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo inician el ataque al pueblo de Cascorro, situado en la provincia Cubana de Camagüey, entonces Puerto Príncipe en Cuba. Este pueblo tiene una plaza en Madrid que lleva su nombre, la Plaza Cascorro, que está localizada en un barrio del centro de la capital Española.
Es que Cascorro tiene mucha historia que contar de ambas partes, vencedores y vencidos, pero vamos por parte. Para empezar nos referimos a un combate donde muere uno de los hermanos Maceo, el teniente coronel Miguel, de solo 21 años y que no sería ni el primero ni el último de esa familia en dar su vida por la independencia de Cuba.
En este pueblo hubo mucha guerra y se suele resaltar los éxitos y las heroicidades de los mambises, pero muy poco, o casi nada, la poca que logró apuntarse España. Como dice el dicho, la historia la escriben los que vencen, sin embargo el tiempo da voz a los vencidos.
Este cabo había sido asignado a la comandancia de Algeciras en Cádiz, en 1894 y allí conoció a su novia con la que esperaba casarse. Resulta que un día recibe un permiso para visitarla y, al llegar a su casa, la sorprende siéndole infiel con un teniente de esa misma comandancia.
Pero necesitados como estaban de hombres que estuvieran dispuestos a ir Cuba a pelear, entonces se perdonaban las penas de prisión y lo que fuera necesario. Esa fue la excusa de aquel cabo para salir del talego. Puso a Cuba por destino el 22 de diciembre de 1895 en el vapor León XIII, y una vez en la Isla fue asignado al regimiento No 63 de infantería "Infanta María Cristina" que operaba en la zona de Puerto Príncipe.
El 15 de octubre, el periódico El Imparcial, así como la revista "Blanco y Negro", daban cuenta de la heroica hazaña de Gonzalo, de quien decían "llevó su valor y su abnegación a un límite sobre humano". La noticia de su gesta corrió de boca en boca por toda España y le fueron conferidas condecoraciones económicas y reconocimientos públicos.
La muerte de este Maceo un 18 de abril, no está muy clara. Ni la forma, ni el lugar exacto donde el joven coronel exhaló su último respiro. Resulta curioso que el mayor general Máximo Gómez, participante en este combate, no apuntó nada en su diario de campaña con esta muerte. El generalísimo solamente anotó la caída del Teniente Coronel Martín Castillo y como prueba, aquí les dejo lo que escribió en su diario ese día:
"Murió el Teniente Coronel Martín Castillo, cuyo Géfe (se escribía así entonces) tenía orden de que mientras durase el ataque y toma de Cascorro llamara la atención del enemigo en Sibanicú, y ya después de haber cumplido su encargo y haberse retirado sin ninguna novedad, volvió y fué víctima de su temerario arrojo".
Es más, no existe una sola referencia en todo su diario dedicada a este hermano menor de esta belicosa familia. El ingeniero e historiador camagüeyano Fernando Figueredo Socarrás, en su libro "La Revolución de Yara" (Wentworth press/Toledo España) plantea que su muerte no ocurrió en Cascorro propiamente dicho, si no varios días después mientras era atendido en un hospital de campaña en Plátano Morado, sierra de Najasa, también en Camagüey.
Incluso su paisano, y no menos prestigioso investigador, Jorge Juárez Cano, coincide en esto y agrega además que murió de tétanos. En cambio el biógrafo de Antonio Maceo, José Luciano Franco, opinión de peso si de aquella guerra se refiere, plantea en su obra "Antonio Maceo" que Miguel resultó acribillado a balazos durante aquel asalto a Cascorro.
Total que si ellos que son los que saben no se ponen de acuerdo, arreglados estamos. Pero hablando de Cascorro, es deber dejar claro una cosa solo para empezar. Y es que se trata de un el pueblo que tiene posiblemente más historia militar que ningún otro en Cuba. Tan es así, que fue atacado por los mambises en 6 ocasiones durante las dos contiendas, la del 68 y la del 95.
En la primera fue tomado el 9 de mayo de 1873 por el teniente coronel mambí Gregorio Benítez, luego fue atacado de nuevo el 18 de abril de 1874 por el mayor general Máximo Gómez, brigadier Antonio Maceo y mayor general Vicente García, que en abril se cumplirán 149 años.
Un tercer ataque se produce el 30 de noviembre de ese mismo año por el brigadier Henry Reeve, "el inglesito" y de nuevo el brigadier Gregorio Benítez. Luego, ya en la guerra del 95 es atacado entre los días 2 y 5 de Julio de 1895, y dos veces más durante el siguiente año 1896.
Primero en septiembre, por tropas del los mayores generales Máximo Gómez y Calixto García, con resultado de la única victoria Española de los seis intentos, y por el último del 3 al 6 de octubre de ese mismo año, liderada por comandante José Manuel Capote, que consiguió expulsar a los españoles que huyeron hacia Sibanicú después de darle candela al pueblo.
Como se puede apreciar, Cascorro tiene historia de sobra para contar. En cambio en uno de aquellos combates, el penúltimo intento de 1986, hubo otro héroe y no fue cubano precisamente si no Español. Nos referimos al entonces cabo del décimo segundo regimiento de caballería "Dragones de Lusitania", Eloy Gonzalo García que, si llega a ser cubano, hoy tuviera un monumento a su nombre en la calle G en el Vedado.
Monumento a Eloy Gonzalo en la plaza Cascorro en Madrid, España |
Este cabo había sido asignado a la comandancia de Algeciras en Cádiz, en 1894 y allí conoció a su novia con la que esperaba casarse. Resulta que un día recibe un permiso para visitarla y, al llegar a su casa, la sorprende siéndole infiel con un teniente de esa misma comandancia.
Eloy echó mano de su revolver, y si no lo dejó "tieso" de milagro. Sus compañeros se lo impidieron a tiempo. Como es de suponer, fue procesado por agresión e insubordinación y, según lo narró el historiador Gabriel Rodríguez Pérez, de la Real Academia de la Historia, fue condenado a 12 años de cárcel y traslado a la prisión de Valladolid.
Estando asignado en el fuerte de Cascorro, el ahora soldado raso (había sido degradado) realizó una jugada que lo convirtió en héroe directamente. El capitán Francisco Neyla, jefe del fortín, se había negado a claudicar pese a que los mambises se habían hecho fuertes en una casa muy próxima al enclave.
La única solución para detener el nutrido fuego que de allí salía era prenderle fuego a esa casa, y para esta peligrosa misión el soldado Eloy se propuso dvoluntariamente. Lo único que puso como condición fue que su cuerpo fuera atado a una cuerda para que, en caso de morir, recuperarán su cadáver.
Bajo un nutrido fuego de cobertura el día 5 de octubre, con petróleo y mecha en mano, Eloy logró llegar hasta allí y prenderle fuego a la casa sin sufrir ni un rasguño. E incluso, participó en el contra ataque aprovechando la confusión de las llamas y la retirada mambisa.
Dibujo de Eloy Gonzalo |
Amigo, estamos hablando de un asedio de 2000 mambises armados con 3 cañones de 70 milímetros, contra apenas 170 soldados españoles. Los cubanos dispararon entonces 219 obuses de artillería sobre los tres pequeños fuertes que defendían Cascorro, matando e hiriendo a 21 soldados.
Lo único que mantenía a raya a los Cubanos era la potencia y precisión de los rifles Mausers españoles, pero no por ello la situación dejaba de ser insostenible. Sobre todo a partir de que los Cubanos tomaran el punto referido situado a solo 50 metros del fortín.
Sin embargo su muerte no fue allí en Cascorro, pues el principal enemigo de los Españoles terminó con su vida. El 18 de junio de 1897 murió como tantos otros soldados mal nutridos, de una enfermedad intestinal que le produjo diarrea, cólicos abdominales y fiebre, posiblemente el vómito negro o la fiebre amarilla.
Hoy, si va por Madrid, a la altura de la plaza del rastro, (Rastrillo) verá una hermosa estatua dedicada a su heroísmo que fue erigida en 1902 por el rey Alfonso XIII. Y es lo que tienen las guerras, que hay héroes en los dos bandos.
Fuente: «Eloy Gonzalo, héroe de Cascorro» (Revista Española de Defensa, 2018). ABC / El Español. / Revista Blanco y Negro: Artículo del 24 de octubre de 1896. Lamentablemente no pude conseguir foto alguna de Miguel Maceo.