Atruena el vocerío: Paddy Ryan vs John L Sullivan y José Martí de testigo
Grabado original de aquel combate entre Paddy Ryan y John Sullivan |
En los albores de la era del pugilismo no enguantado, las afirmaciones sobre un campeonato eran difíciles de probar, o al menos sostener, por carecer de registros confiables para garantizar que las peleas de premios pudieran llevarse a cabo y sin la interferencia de la policía.
Para 1880, desde que Jem Mace unificó los títulos británico y estadounidense en 1870 y luego renunció a su corona para pelear exhibiciones pagas, el boxeo carecía de un campeón de peso pesado reconocido. Fue entonces que un peleador irlandés, Patrick "Paddy" Ryan, emergió como el nuevo rey, tras haber conseguido una victoria.. lea bien ... en 87 asaltos sobre el contendiente Joe Goss.
Un periódico de Ohio, "The Plain Dealer", resumió su articulo señalado esta pelea como brutal. "Dos objetos de aspecto repulsivo difícil de imaginar, se hicieron profundos cortes y se dañaron los rostros, mientras que labios hinchados y ojos negros evidenciaban la fiereza del combate. Sobre los pechos desnudos y los brazos de los hombres, había manchas de sangre que les daban la apariencia de pintadas salvajes". Sin embargo....
Esta vez los periódicos anunciaron que Ryan tendría delante en el cuadrilátero a John L Sullivan para el 7 de Febrero en el Barnes hotel en New Orleans. Como de notorio habrá sido este anuncio, que que no pasó desapercibido para un periodista deportivo como José Martí que, un día como hoy 4 de marzo, redactó una crónica de este combate por encargo para el diario "La Opinión Nacional" Caracas, en Venezuela.
Un total de 5000 espectadores se dieron cita en aquel ilegal combate, donde Sullivan salió del ring con el campeonato estadounidense de peso pesado bajo su brazo. Fueron 11 rounds solamente los que necesitó el norteamericano para salirse con la suya por la vía del nocao ante el fogoso irlandés, en un pleito donde los rounds solo finalizaban cuando alguno de los dos peleadores cayera al suelo.
Fue "The Boston Strong Boy", como llamaban a Sullivan, por cierto primer atleta americano que ganó un millón de dólares, quien marcara toda una década como campeón mundial a puño limpio, hasta que en 1892 el californiano Jim Corbett, esta vez con las manos enguantadas con 5 onzas de cuero y un boxeo más novedoso a base de potentes jabs, le derrotara en el round 21 por nocao en el club olímpico de New Orleans.
Aunque Martí le dio cobertura periodística, se sabe que nunca gustó de este deporte. También le tocó la época del salvajismo de los puños limpios, eso también es verdad, pero está comprobado que el deporte de fistiana no era lo suyo.
Aquí un fragmento de aquella crónica:
“A poco, ruedan por tierra; llévanlos a su rincón, y báñanles los miembros con menjurjes, embístanse de nuevo, sacúdense sobre el cráneo golpes de maza; suenan los cráneos como yunque herido; mancha la sangre las ropas de Ryan, que cae de rodillas, en tanto que el mozo de Boston, saltando alegre y sonriendo, se vuelve a su ‘esquina’.
Atruena el vocerío, álzase Ryan tambaleando; le embiste Sullivan riendo; ásense de los cuellos y estrújanse los rostros; van tropezando a caer sobre las cuerdas; nueve veces se atacan; nueve veces se hieren; ya se arrastra el gigante, ya no le sustentan en pie sus zapatos espigados, ya cae exánime de un golpe en el cuello, y al verlo sin sentido, echa al aire la esponja, en señal de derrota, su segundo”.
Puntos de vista. // Fuente: Boxiana thefightcity / varias notas de Internet.