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| Trescastro, el supuesto asesino |
Cuando ocurre el alzamiento de Granada en julio del 1936 y el poeta Federico García Lorca se sintió en peligro, en vez de buscar refugio en el bando republicano comunista, se fue corriendo a casa de los Rosales Vallecillos que eran falangistas. Quizás pensó que allí estaría a salvo, no digo que no.
Los represores falangistas en vez de sacarle lasca a eso, sobre todo tratándose de quien era, decidieron cobardemente fusilarlo en el barranco de Víznar por ser, dijeron, un "espía ruso" y un homosexual, aunque importantes biógrafos apuntan a inquinas familiares por tierras y demás. De hecho, el pintor Gabriel Morcillo, tambien granadino, era homosexual y nadie se metió con él por eso.
En fin, que aquella España crispada por el odio entre nacionalistas y comunistas, no había mucho tiempo para pensar. ¿Alguien puede asegurar hoy que Lorca era realmente un comunista? todo indica que no. Y este fue un ejemplo del peaje que pagan los represores en la historia. Hoy la izquierda, que si sabe sacarle filo a todo, se ha apropiado de su nombre y lo ha subido a un altar que de ahí no hay quien lo baje.
Solo añadir que la estancia de Lorca en Cuba se produce durante el gobierno del general Gerardo Machado y Morales, posiblemente el presidente más anti comunista que haya tenido la republica en cambio al granadino, que recorrió la isla de punta a cabo y visitó desde lo más culto a lo más sórdido de ella, no lo molestaron ni las moscas.
Maldita Hemeroteca
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