viernes, 4 de octubre de 2024

ACERA DEL LOUVRE: Cuando el honor importaba más que la vida


Se asume como cierto, que el primer duelo de la historia fue el celebrado el 12 de mayo de 1627, a las dos de la tarde, entre François de Montmorency-Bouteville, conde de Bouteville, y François de Harcourt, Conde de Beuvron, en una céntrica plaza de París. 

A sus 27 años, el conde de Bouteville era un espadachín consumado que ya había librado una veintena de combates de ese tipo, y había dado muerte al menos a dos contrincantes. Se batieron en camisa, primero con espada y daga, luego sólo con esta última, y cuando estaban agarrados y tenían la daga cada uno en la garganta del otro, decidieron darse por satisfechos. 

Sin embargo, los asistentes se calentaron tanto paralelamente, que llegaron a enfrentarse entre ellos dejando como resultado a uno sin vida, Clermont-d'Amboise, que murió a manos de Rosmadec, más otro que quedó malherido. Por esta muerte, tanto Rosmadec como el conde de Bouteville fueron encarcelados en la prisión de la Bastilla, mientras que el Conde de Beuvron consiguió escapar a Inglaterra.

Aunque ya para entonces hubo duelos con armas de fuego, la favorita siempre fue la espada, y entre ellas ninguna como la Rapiere, por su característica empuñadura decorada con un cordón de alambre enrollado. La Deschaux Rapier fue una espada con un diseño clásico, ligero y rápido, ideal para los duelos. 

Pero en cambio, observe este dato. Mientras que en Europa la mayoría de los duelos se celebraban con la punta de las espadas romas, tal cual venían de fábrica, en Cuba no, allí le sacaban filo adicional para causar más daño todavía. Total, que en el último tercio del siglo XIX los duelos se hicieron muy frecuentes entre los jóvenes que frecuentaban la Acera del Louvre, en su mayoría de buenas familias de la sociedad habanera, muy valientes y con un alto concepto del honor.

Entonces tenemos que en el siglo se llevaron a cabo en Cuba un total de 202 duelos, 103 de ellos a sable, 30 a espada, 66 a pistola y 3 con revólveres. Como resultado 113 de los duelistas que emplearon el sable terminaron heridos, dos muertos y tres sin consecuencias, mientras que con la espada la proporción fue de 26 heridos, cero muertos y cuatro sin consecuencias, en tanto que la de pistola 11-9-46 y revólver 2 - 2 - o, por ese mismo orden.


En general, el saldo de esos 212 duelos fue de 13 muertos, 152 heridos y 53 envites sin consecuencias, según los datos aportados por el escritor Agustín Cervantes en su libro, "Los Duelos en Cuba", de 1894, publicado por la imprenta "La Moderna", y que contó con el reconocimiento del esgrimista italiano Eugenio Pini y un prólogo escrito por el periodista Aniceto Valdivia, el famoso "Conde Kostia".

Uno de los últimos duelos de ese siglo fue celebrado por el patriota y periodista Juan Gualberto Gómez y su colega de profesión, Ignacio Solá, celebrado el 24 de junio de 1893. El motivo, por un artículo ofensivo publicado en el periódico «La Libertad» por el señor Solá, siendo la espada el arma escogida. Se verificó en una casa de la villa de Guanabacoa a las cinco de la tarde, y después de doce minutos y dos reprises, Solá resultó herido levemente en la mano derecha dándose por concluido.

Un dato curioso es que de los políticos Cubanos el que más veces acudió al campo de honor fue Eduardo "Eddy" Chibás, y no solo porque fueron nueve veces, si no porque en todos salió derrotado. Era lógico con esa miopía que padecía. Entre sus vencedores estuvo Tony Varona, Alberto Inocente Álvarez e incluso, el presidente Carlos Prío Socarrás.

Ahora, si de cantidad estamos hablando, el periodista y doctor en pedagogía, Antonio Iraizoz Villar, celebró un total de 16 duelos. Este gran maestro de la masonería fue articulistas de periódicos, como "La Noche", "La Discusión", "La Prensa" y "La Lucha", de ahí que haya tenido que enfrentar a varios "ofendidos" con sus artículos. En su caso, Villar resultó herido en varias ocasiones. Con la llegada de la república fue uno de los embajadores Cubanos en España. Murió en 1976.

Pero si de curiosidades hablamos, entonces hay que citar el celebrado entre Félix del Corral y Alberto Pérez, en 1888, que tan airados que estaban que ni padrinos presentaron. Al punto que del tiroteo que armaron los dos quedaron tendido en el suelo. El azar quiso que las dos balas disparadas al unísono por sus revólveres, dieran justo en el blanco.

Solo añadir que el propio autor del prólogo de este libro, el espirituano Don Aniceto Valdivia, conocido como Conde Kostia, entonces director de "La Lucha", retó a duelo a su oponente, el señor Francisco Durante, debido a un comentario injurioso que le hiciera y que publicara en "El Estandarte". Este encuentro, celebrado a pistola en 1889, no tuvo consecuencias afortunadamente para ninguno de los duelistas.

Maldita Hemeroteca

Fuentes: 
--Artículo de Luis Bay Sevilla
Diario de La Marina 27 marzo 1947

--Los Duelos en Cuba. Agustín Cervantes.
La Habana 1894

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