Hace unos días alguien publicó una nota en las redes sociales ponderando la figura del desaparecido peso pesado del boxeo cubano, Teófilo Stevenson.

Me llamó la atención como los que comentaban, porque el 99,99% eran Cubanos, ignoraban el pasado de este deportista e incluso anteponían sus logros a su vida personal. Sí, porque una cosa es su carrera deportiva y otra bien distinta lo que significó para el resto, les importaba un bledo los actos criminales cometidos por este sujeto, que si bien pudo esquivar la ley fue gracias a ser ahijado del hombre más poderoso de Cuba en el ultimo medio siglo, Fidel Castro. 

Incluso no pocos comentaristas arremetían con saña contra todo aquel que "intentara recordárselos" en los comentarios, como nos pasó a nosotros sin ir más lejos. Es la tendencia que poseen los individuos por exaltar criminales y transgresores. Para empezar, sería imposible ponderar la carrera de un criminal, nos parece que esta bastante claro.

Si usted me hablara de compasión por ejemplo, uno podría hacer un esfuerzo por entenderlo, porque es cierto que en ocasiones se comete un delito presa de las circunstancias y las emociones, pero si en cambio se trata de un ser violento que comete los suyos con toda intención e incluso alevosía, tendría que vérselo cuanto antes con un médico.

No se alarme. El asesino en serie norteamericano Ted Bundy, un tio que mataba brutalmente a las mujeres, algunas a palos, una vez capturado recibió infinidad de cartas de amor y no pocas propuestas de matrimonio. Le llaman hibristofilia, que en términos generales se trata de una tendencia a sentir atracción por personas que han cometido delitos criminales.

En el caso de Stevenson, se conoce que estuvo largos años considerado un prófugo de la justicia estadounidense. Así estuvo desde 1999 hasta el 2012 que muere de un infarto. Fue a raíz de las lesiones que le ocasionó a un empleado de la aerolínea United Airlines en el Aeropuerto Internacional de Miami. En esa oportunidad fue arrestado y permaneció por varias horas en una cárcel del condado Miami-Dade. 

Enseguida "el comandante" ordenó a uno de sus empleados en tierras del imperio pagar la fianza, y fue así como el ex boxeador pudo regresar de inmediato a Cuba. Posteriormente un juez emitió una orden de arresto en su contra, por no presentarse a la citación del tribunal. De más está decir que este hecho fue en presencia del famoso karateca cubano Ramiro Chirino, y el destacado actor norteamericano Chuck Norris, a la sazón presidente de la federación de artes marciales de ese país, quien les había cursado la invitación.

Periodista Cubana Lissette Bustamante. 

Y hablamos de hechos comprobados, no vamos a entrar en otras leyendas como la que dicen le ocasionó la muerte a un ciclista mientras conducía su auto borracho, porque el alcohol fue su perdición, ni el intento de asesinato contra la entonces pareja de su ex, no, mejor nos referimos a la violación cometida contra la periodista Cubana Lissette Bustamante, hecho constatado contra esta señora que en sus días de gloria fue una de las favoritas del máximo líder.

Bustamante fue violada por este criminal en 1984 en una habitación del hotel Tritón, en Miramar, la Habana, y lo dio a conocer en 1992 a raíz de su decisión de quedarse a vivir definitivamente en España. Según su confesión, aquella violación ocurrió tras la victoria obtenida en un torneo internacional celebrado en La Habana, dentro del programa de los Juegos de la amistad auspiciados por los países del antiguo bloque socialista, y como respuesta alternativa al boicot de la Olimpiada de Los Ángeles de 1984. 

 ''Después de ganar la pelea final al soviético Valeri Abadzhan, Fidel Castro fue hasta los camerinos a felicitar a Stevenson'', recordó.  "Luego había una fiesta en el Hotel Tritón y varias gentes del mundo del deporte y la televisión fuimos invitados''. Una vez terminada la fiesta, Stevenson invitó a un grupo de personas a compartir en su habitación, entre ellas Bustamante. 

Lo tenía todo calculado.

En un momento en que la periodista pidió ir al baño, al retornar se encontró que Stevenson había sacado de la habitación al resto de los invitados, aprovechando para insinuársele. ''Me empujó y me rompió la ropa [...]. Yo comencé a gritar y él me tapó la boca'', y agregó: "Poco podía hacer yo contra una mole de casi cien kilos".

De acuerdo con el testimonio, al día siguiente Stevenson le envió un ramo de flores y luego se apareció en la casa de Bustamante para disculparse. Ella refiere que lo insultó con fuertes palabras y lo echó de la vivienda, y que al poco rato recibió una insólita visita. 

''Eran oficiales de la Seguridad del Estado que me recomendaron olvidar lo sucedido porque de divulgarse podía afectar seriamente la imagen de la revolución al estar involucrados una periodista vinculada a Fidel y un símbolo del deporte cubano'', recordó Bustamante en una pasada entrevista en el canal "Mega TV de Miami.

Claro que sabemos a que se deben estas actitudes, se trata de baja autoestima. Históricamente los regímenes totalitarios han dominado las mentes de sus sometidos lastimando seriamente su "amor propio". Es como la impotencia y la indefensión que sufrimos durante años ante alguien que es infinitamente más fuerte, y el convencimiento que nos produce el no poder hacer nada.

El escritor Francés François de Rochefoucauld afirmaba que los hombres estamos tan acostumbrados a disfrazarnos para los demás, que al final nos disfrazamos para nosotros mismos. Y esto es muy cierto, porque intentar justificar alguien semejante es algo que vulnera y lacera seriamente nuestra autoestima, y en eso querido hermano, los cubanos andamos muy, pero que muy cortitos.