INVASIÓN DE GRANADA: Cuarenta y un años después.
Cuando el dictador Fidel Castro decidió fusilar aquellos tres jóvenes en abril del 2003, Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac, lo hizo por miedo.
Sabía perfectamente que el ejercito de EEUU estaba en alerta naranja desde los atentados de las torres gemelas en New York, y le habían advertido concretamente que si seguían llegando aviones robados a la Florida, se verían obligados a "tomar medidas drásticas". En pocas palabras, Castro "se cagó en los pantalones", pues nadie como él para saber que una medida de ese tipo hubiera acabado con su reinado en pocas horas.
Un escenario parecido le había dado de nuevo sus frutos, cuando el caso del general Ochoa y demás fusilados. Castro no quería ser otro Manuel Antonio Noriega, que días antes de la navidad del 1989, un contingente de 26.000 hombres de las unidades de élite del ejercito americano, enviados por el presidente George Bush, le recetaron lo suyo con el respaldo del pueblo Panameño.
Total, que hoy se cumplen 41 años de aquellos hechos en Granada, donde 25 cubanos perdieron la vida mientras que los dirigentes, dígase la del embajador Julián Enrique Torres y el herido levemente en una pierna, coronel Benigno Tortoló, designado por Fidel para dirigir la defensa, huían hacia la embajada Soviética. "Hasta el ultimo hombre y la ultima bala", habían sido las ultimas ordenes del dictador en jefe, previas a a lo que hubiera sido un suicidio masivo.
Quizás hubieran muerto algunos que él mismo tiraría al ruedo como hacían los romanos con sus esclavos, pero de que sería cuestión de horas, eso delo por seguro. Por eso el fusilamiento fue la medida que tomó como un freno, y con el consentimiento de todos los inmorales genuflexos que, con una complicidad inmunda, se "curaron en salud" firmando aquella miserable carta.
GRANADA
Había sido tan miserable que unos años antes, en 1983, había probado fuerzas en la isla de Granada con los cubanos que allí tenía. Les hice enfrentarse a más de 1,800 soldados de la Infantería de Marina.
Había sido tan miserable que unos años antes, en 1983, había probado fuerzas en la isla de Granada con los cubanos que allí tenía. Les hice enfrentarse a más de 1,800 soldados de la Infantería de Marina.
Otros 750 efectivos de la 82va. División Aerotransportada fueron lanzados en paracaídas más efectivos del 75 Regimiento de “Rangers”; los Equipos SEAL 5 y 6; efectivos de la fuerza Delta y del 160 Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales. Todos, apoyado desde el mar por el porta aviones USS Independence y el porta helicópteros Black Hawks, el USS Guam.
En este caso la operación quirúrgica denominada "Furia Urgente", decretada por el presidente Ronald Reagan, se desató en el momento que percibieron el peligro que tenía aquella anormal pista de aterrizaje de "Point Salines".
Hasta el más tonto se dio cuenta que se trataba de un trampolín para los aviones rusos y cubanos de cara a los conflictos armados en Guatemala y El Salvador. No solo eso, recordemos que aquel gobierno había derrocado con un golpe de estado al primer ministro Eric Gairy en 1979.
En total fueron 10 mil soldados —de los cuales 7.000 eran norteamericanos y 300 de otras islas de la Commonwealth— que tomaron el enclave en pocas horas y pese a la resistencia de algunos seguidores del presidente Maurice Bishop, y de los tontos Cubanos que hicieron el papel instigados por él.
Como resultado, el 19 de octubre los marxistas Granadinos disidentes del gobierno "Nueva Joya", ejecutaron sumariamente a Maurice Bishop y a su facción más cercana de colaboradores.
El coronel Pedro Benigno Tortoló Comas, fue degradado y enviado a Angola. Se desempeñaba como chofer de taxis y que agradezca a dios todos los días que no fue pasado por las armas. En tanto que el embajador Julián Torres Rizo, según se dijo, "se buscaba la vida" como guía de turismo en La Habana.
Por tanto, Castro conocía muy bien de lo que era capaz de hacer aquel monstro cuando se encolerizaba. Lo demostraron en el 2013 de nuevo, no contra enemigos pequeños como estos, si no cuando el supuestamente "super ejercito Iraquí", vendía su defensa como "la madre de todas las batallas" y que en cambio solo duró 40 días.
Aún recordamos la noticia fake del supuesto grupo de Cubanos que se había "inmolado abrazados a la bandera". Los partes de Granada eran demoledores desde el mismo momento de la llegada de Tortoló, cuando incluso ya habían asesinado a Bishop. ¿Qué sentido tenía hacer permanecer a aquellos Cubanos en esa isla que en esos momentos era ya un seguro matadero?.
Había uno, su enfermiza obsesión por quedar como un héroe de cara a la galería. En cambio se equivocó de a medio, porque los marines estaban dispuestos a llevarse por delante a quien fuera. De hecho, atacaron a las tropas cubanas y granadinas con morteros y con metralla de la aviación. No obstante la resistencia cubano granadina acabó con 19 de ellos, mientras que por la parte cubana murieron 24 personas, mientras 59 resultaron heridos. En total fueron hecho prisioneros 638 Cooperantes cubanos.
Y menos mal que la orden del loco dictador no fue cumplida, pues en ese caso no hubiera quedado nadie para hacer el cuento. En concreto, se puede decir con total seguridad, que el coronel Tortoló no hizo otra cosa que aplicar el sentido común y que, gracias a eso, hoy son cientos los cubanos que aun viven que tendrían que agradecerlo eternamente. La historia de coronel en fuga, solo vive en la mente de los cretinos que en Cuba se creyeron el cuento.
No obstante, los las tropas se mostraron amables con las maestras y el personal civil retenido. Aún así, varias de ellas, que servían en los campamentos de prisioneros como cocineras, fueron expulsadas de sus trabajos una vez que regresaron a Cuba. Así de miserable ha sido esa dictadura.
Hoy, y luego de 41 años de aquellos hechos, siguen siendo miles los cubanos que solo conocen una versión completamente distorsionada de lo que en realidad ocurrió en aquella polvorienta isla. Con los años fue elegido Herbert A. Blaize, un hombre que había sido Ministro Principal de Granada cuando la isla era una colonia británica entre los años 1960 y 1961. Que a pesar de ser políticamente un centro izquierdista, alejó definitivamente el fantasma comunista de la isla.
Murió de cáncer el 19 de diciembre de 1989 a la edad de 71 años. Hoy, al ser una monarquía parlamentaria dentro de la Mancomunidad de Naciones, es el monarca Carlos III quien ejerce como jefe de Estado, mientras que el joven abogado Dickon Mitchell, un líder del congreso nacional democrático, es quien ejerce como primer ministro ganador de las ultimas elecciones del 2022.
Maldita Hemeroteca